Bajo Cero

Capítulo 6

Kaia

A la salida del estadio decidimos ir cada uno por su lado, June necesitaba seguir gritándole a Kevin y yo estar con mi hijo, meterme en mi cama y pensar.

—¿Estás bien mamá? —preguntó Ryan cuando entramos en el calor de nuestra casa.

Me quité los zapatos y el abrigo mientras le daba mi sonrisa más sincera.

—Claro, hijo. —él sonrió de vuelta y el estómago se me cayó a los pies.

Ryan era una versión de Asher más joven con mucho de mí, ademanes, gestos, comentarios y otras cosas que fui inculcándole desde que nació, pero sus ojos, su sonrisa, su cabello, su nariz era todo de su padre.

Siempre supuse que él era guapo, no vi su rostro bajo el maquillaje, pero viendo la genética de Ry no era difícil creer en esa suposición, pero cuando lo vi hoy en la sala de juntas me quedé sin respiración.

Condenadamente guapo.

—¿Fue mal la presentación con el equipo? —Insistió.

—No, fue excelente. —Me acerqué a él mientras se quitaba las botas y lo abracé—. Fue maravilloso de verdad. Dime qué te preocupa.

—Estás muy callada —Se rio bajito—, no es normal en ti. Además, no me regañaste porque no use el traje en la pista para hacer unos tiros.

—Me dijiste que usaste casco, ¿me mentiste? —Lo observé con seriedad.

—Creí que no me habías oído. —Se alivió.

—Cada palabra. Siempre. Tú estás primero en todo, hijo. —Escuché su experiencia en la pista, solo que mi cabeza se disparaba hacia el hombre de traje que había quitado la alfombra bajo mis pies sin una advertencia.

Él asintió.

—Tengo hambre. —Sonreí ampliamente.

—¿Qué quieres de cenar? —Seguramente en la cafetería había comido, pero mi hijo de metro ochenta de altura siempre estaba con hambre.

—¿Bistec y patatas? —Puso esa mirada de cachorrito hambriento.

—A la orden. —Lo solté y salí caminando hacia la cocina—. ¡Vamos a alimentar ese cuerpo flacucho!

Una hora después pude terminar de lavar los platos, dejar pulcra la cocina y subir las escaleras a mi habitación.

Me puse de espaldas a la cama y caí con los brazos abiertos como estaqueada a una cruz.

Aún no sé cómo soporté una hora frente a Ryan haciendo de cuenta que no me pasaban mil pensamientos por la cabeza cuando me dio el historial deportivo de los jugadores principales entre ellos de Asher Hamilton. Él hablaba del hombre que hizo posible que viniera al mundo como si fuera un Dios con un palo de hockey.

Me preguntó si la noticia ¿lo hará feliz o no?

En realidad me preguntó muchísimas cosas, soy consciente que al principio será un balde de agua fría para ambos, pero quizás al tener algo en común como este deporte pueden congeniar más rápido.

Mi móvil sonó desde algún sitio, donde cayó en la cama, giré la cabeza sin levantarla para buscarlo.

Estiré el brazo y lo tomé, y desde mi posición miré el mensaje.

Desconocido: ¡Hola, Pumpkin!

Gemí con angustia. ¿Qué quiere? ¿Qué le respondo? ¿Le respondo?

Kai: Me acaba de enviar un mensaje Ash, ¿qué le respondo? (emoji de llanto)

June: ¿Qué quiere?

Kai: No lo sé, ¿ponerse al día?

June: Trátalo profesional; dile que no son horas de estar enviando mensajes y si se repite te quejarás con Kevin.

Desconocido: Fue una agradable sorpresa volver a verte.

Gemí un llanto, otra vez.

Kai: Señor Hamilton, ¿puedo serle de ayuda?

¿Qué? Es obvio que no quiere asesoría legal a la medianoche.