Bajo el disfraz

Capítulo 5. Tensión en el set

– ¡Corten! ¡Hagámoslo todo de nuevo!

Mario, Rosa, Casandra, Lucas y Matilda dieron un bufido en conjunto. Ya era la décima vez que el director repetía la escena y se sentían completamente fatigados. Por su parte, Jorge estaba frustrado debido a que los actores no estaban con todas las pilas y cometían errores cada vez más abismales.

– Recuerden, esto no es una obra de teatro – les repitió el director por enésima vez - ¡No muevan tanto los brazos! ¡Tampoco hagan muecas raras! Lucen antinaturales y parece más que están en una comedia que en un drama.

– ¿No podemos na tomarnos un descanso? – dijo Matilda, mientras se desplomaba en el suelo – Demasiado denso ko ya sos, Jorge.

El director respiró hondo un par de veces y contó hasta diez. Los actores lucían agotados y eso se notaba. El problema era que no podía seguir posponiendo el estreno del próximo episodio, debido a que los fans se impacientaban y querían saber, a toda costa, lo que sucedería con los protagonistas.

– Está bien. Descansen por diez minutos y regresemos. ¡Pero háganlo bien, chicos! ¡Pónganse las pilas! ¡Este proyecto lo hacen ustedes!

Todos se dispersaron. Jorge se tomó el tiempo para observarlos detenidamente. Primero se fijó en Lucas y Matilda, quienes comenzaron a discutir por algo. Eso le extraño, ya que ellos dos solían tratarse aparentemente bien detrás de escenas. También se fijó en Casandra, quien siempre mostraba esa actitud de ser superior a todo el mundo mientras fumaba su cigarrillo.

“El ambiente está tenso, todos parecen despertarse con el pie izquierdo”, pensó el director. “Esto me preocupa, si siguen así tendremos que cancelar el proyecto y todos terminarán decepcionados”.

Fue directo a las oficinas de la producción, donde vería con ellos algunas dinámicas para aligerar las tensiones dentro del set. Habían hecho propuestas de todo tipo, desde incentivarlos a participar en trivias hasta darles vacaciones pagadas al Brasil para disfrutar de la playa.

Tras eso, Jorge comentó:

– Se me ocurrió que podríamos rodar algunas escenas fuera del set. Es decir, en un entorno más… natural. ¿Y si nos vamos de campamento?

– ¿Pero eso no aumentará más las tensiones? ¿Por convivir varios días? – le cuestionó uno de los productores.

– Al contrario – dijo Jorge – la naturaleza los ayudará a relajarse. Además, no solo estaremos filmando sino, también, participando en dinámicas que ayudarán a mejorar las relaciones entre los miembros del elenco.

Jorge activó su celular y les mostró a todos las fotos de una estancia, situada a lo alto de un cerro y que estaba rodeada de árboles bien frondosos.

– Este lugar será perfecto para los chicos – dijo Jorge, con optimismo – aquí podrán relajarse y jugar. También instalaré algunas cámaras para registrar sus movimientos. Tomaría algunas capturas para incluirlas en la serie y, así, lograr relucir la espontaneidad que busco transmitir en cada episodio.

– Me parece bien – dijo uno de los productores – pero… ¿No se sentirían “observados” con tantas cámaras?

Jorge sonrió, mientras los productores los miraban extrañados. Y mientras guardaba su celular, continuó:

– Mientras no les diga nada, no se sentirán vigilados. Habrá horarios en que rodemos las escenas pero, en sus momentos de descanso… ¡Podrán relucir sus verdaderas personalidades sin límites! Ellos se amoldan a sus personajes, lo cual me parece bien. Pero a veces entran tanto en el papel que se olvidan de sí mismos y se desvían por el camino. Al hacer que actúen de forma natural es lo que nos llevará al éxito rotundo de índole internacional.

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– ¿¡¿Un campamento?!?

– Sí. Así es. Un campamento.

Luego de terminar al fin con el rodaje, Jorge los convocó a todos a una reunión privada para darles la propuesta. Todos estaban curiosos e intrigados por saber cómo se le ocurrió la idea del campamento y no paraban de preguntarle cosas como:

– ¿Pero qué pasará con la serie?

– Nunca fui a un campamento. ¿Hay bichos?

– ¿Habrá señal?

– Chicos, cálmense – les mandó callar Jorge – será por un fin de semana. Hay una parte del guion que señala que los personajes están en un bosque. Y pensé que lo mejor sería rodar esas partes en un entorno natural para darle mayor dramatismo a la serie.

– Lo entiendo – dijo Rosa – sería extraño usar un jardín o árboles artificiales que no concuerden con la estética de la serie.

– ¿Pero qué pasará con la señal? – preguntó Casandra - ¿Y si nos ataca una víbora? ¿Quién nos atenderá? ¡Estaremos aislados del mundo!

– Habrán paramédicos por si alguien se lastima – respondió Jorge – Y Casandra, las víboras solo atacan a los que las atacan. No te van a hacer nada, así es que estate tranquila.

– A mí me gusta la idea – dijo Matilda – este set es un tufo, necesitamos respirar aire fresco.

– Sí, últimamente ando muy tenso – dijo Lucas - ¿Y si jugamos fútbol en el campamento?

– Sabes que no me podés ganar en eso – le dijo Mario – Siempre fui bueno en los deportes.

– ¡Sí, claro!

Jorge notó que el elenco se sentía emocionado con la idea. Incluso Casandra, quien se había quejado instantes antes, tenía un brillo de interés en sus ojos que nunca podría olvidar. Rosa, por su parte, estaba pensando, pero también se veía contenta con la idea. Así es que el director los volvió a callar y continuó:

– Vamos la semana que viene al lugar. Pronostican buen tiempo, pero igual lleven paraguas y campera por cualquier cosa. Les aseguro que la estancia es un sitio seguro y confortable, todo estará delimitado para no pasar ningún peligro. Eso sí, deben comprometerse a cumplir las reglas y no alejarse demasiado si quieren explorar los alrededores. ¿De acuerdo?

– De acuerdo – dijeron todos, al unísono.

– Por mí está bien – dijo Rosa – Por cierto, ¿hay pileta?




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