Capitulo 13. Corazones divididos

Al día siguiente, Rosa parecía haber olvidado todas las dudas que la aquejaban y trato a Mario como lo hacía habitualmente. Por su parte, el joven se sentía algo incómodo en su presencia, ya que aún le rondaba en la cabeza de que ella se gustara de él.  

Quizás fuera por eso que comenzó a contemplarla desde otra perspectiva.  

Durante el rodaje, a Rosa le toco actuar junto a Lucas, puesto que correspondía a una escena en que Gina era molestada por sus compañeras de clase y sería defendida por Bill, el secuaz de la bruja, quien se hacía pasar por un estudiante de intercambio para engañar a la heroína.  

Luego de que las chicas se marcharan, Bill y Gina se quedarían conversando. Tanto Rosa como Lucas entraron muy bien en sus personajes, por lo que las escenas fluyeron con naturalidad. Eso a Mario le molesto, debido a que parecían entenderse bastante pese a que solo estaban actuando.  

“Jorge nos explicó que Bill ayuda a la bruja”, recordó Mario. “Y ahora está engañando a Gina con sus artimañas. Aunque el guion todavía no está completo, presiento que nuestro director quiere armar un triángulo amoroso entre Bill, Gina y Jack. No sé si sea buena idea”.  

En algún momento de la escena, Mario noto que Lucas se reía por un comentario hecho por Rosa. Si bien eso estaba en el libreto, lo percibió tan natural que casi sintió un malestar en su interior. Pero pronto se preguntó a sí mismo por qué le fastidiaba ver a Rosa con otro chico, como si se tratara de su novia.  

— ¡Corten! - grito el director, rompiendo al fin con el suplicio de Mario – Pueden descansar.  

Rosa y Lucas se separaron, yendo cada uno por su lado. Mario quiso aprovechar para acercarse a ella, pero Casandra se interpuso en su camino y le dijo:  

— Necesito algunos consejos tuyos para elegir mi próximo disfraz. ¡Saldré en la siguiente escena! 

— No creo que pueda ayudarte – dijo Mario, con un dejo de impaciencia en su voz. Pero Casandra no pensaba rendirse.  

— ¡Por favor! Ese chaleco que me diste la otra vez me genero el doble de reacciones que lo habitual. ¡En serio tenés buen ojo! ¡Lo juro!  

Mario dio un ligero suspiro y pensó: “Bueno, solo tengo que elegir algo al azar y ya. No creo que me lleve mucho tiempo. Además, puedo conversar con Rosa en cualquier momento, no rodaremos más escenas adelante”  

— Está bien. Te acompaño – dijo Mario – pero no prometo mucho.  

— ¡Excelente! - dijo Casandra, dando un aplauso – Sé que lo harás genial. ¡Confío en ti!  

Y mientras ellos iban rumbo al camerino, Lucas los observaba desde lejos.  

Lucas aún recordaba la conversación que tuvo con Casandra en el campamento. Si bien no hizo prácticamente nada para hacer que la falsa pareja se distanciara, le sentaba mal formar parte de esto. Pero en esa escena donde él pudo actuar junto con Rosa, se sintió tan afortunado que había deseado que nunca terminara.  

“Quizás logre persuadir a Jorge para que me incluya en más escenas junto con Rosa”, pensó Lucas, mientras recorría en círculos por el estudio. “Bill trabaja para la bruja, pero terminará cambiando al bando de los buenos por la gentileza de Gina, quien fue la única persona que lo trato bien. Mi personaje tendrá un camino de redención y eso me gusta. Estoy seguro de que a más de un fan le gustaría que él se quedara con la heroína. Creo”  

Sus pasos lo llevaron hasta la calle, en donde encontró a Rosa apoyando la espalda contra el muro para poder mirar los vehículos que pasaban cerca. En la otra esquina vio a un grupo de jóvenes que la señalaban y cuchicheaban entre sí, seguramente diciendo obscenidades.  

Molesto con eso, se acercó a Rosa y le dijo:  

— ¿Quieres coca? Están sirviéndolo en el estudio, pensé que tendrías sed.  

Rosa asumió con la cabeza y lo siguió, aunque también fue consciente de los jóvenes que comenzaron a darle besos y silbarla tal cual una gallina.  

Una vez dentro, intento sacarse el asco que le provoco ese grupillo y le dijo a Lucas:  

— Gracias. No me di cuenta de que esos babosos me miraban.  

— Aaah… no es nada – dijo Lucas, quien noto sus mejillas coloreadas, por lo que esquivo la mirada rápidamente – odio a esa clase de sujetos que no respetan a las mujeres.  

— Supongo que pasaré por estas situaciones más de seguido – comento Rosa, mientras tomaba la bebida – mi mamá me dijo que solo los ignore y ya, pero es tan difícil…  

— Descuida, yo te protegeré – dijo Lucas, poniéndose firme y golpeándose en el pecho, tal cual soldado.  

Rosa comenzó a reírse, lo que hizo sentirse a Lucas como un tonto, pero luego ella se calmó y, sin dejar de sonreírle, le dijo:  

— Por poco y pensé que te volviste a meter en el papel de Bill. Pero, aquí, entre nos, me agradas más vos que el personaje.  

— ¿En serio? - dijo Lucas, mostrando una ligera sonrisa de alegría que, pronto, el borro de su rostro – ¿Quiero decir, por qué? Creo que Bill es un buen personaje.  

— Sí, pero no me gusta que se deje manipular por la bruja – dijo Rosa, encogiéndose de hombros – en cambio, vos sos diferente. Sabes lo que querés y pienso que nunca dejaras que nadie te manipule.  

Mientras conversaban, Mario salía del camerino para dirigirse a la sección de bebidas. Fue así que los vio, tomando coca y conversando animadamente. No logro escuchar lo que se decían, pero sí se quedó embelesado por la sonrisa que Rosa le dedicaba a Lucas.  

Lo primero que pensó fue que lucía muy hermosa sonriendo de esa manera. Lo segundo, que lamentaba que ninguna de esas sonrisas sinceras se las dedicase a él. Normalmente, ella solo sonreía por compromiso o para ocultar su incomodidad. Como actor, Mario sabía bien cuando una persona era auténtica y cuando no lo era.  

“Casandra lo dijo hace tiempo, los actores somos maestros del engaño”, pensó Mario, mientras se alejaba del lugar. “Es verdad que Rosa suele sonreírme cuando salimos en escenas o nos tomamos fotos para el Instagram. No entiendo el porqué me duele saber que fueron todas falsas, que solo reflejaban incomodidad. Nadie se dio cuenta de eso, excepto yo”