Bajo el disfraz

Capítulo 19. El valor de la amistad

— Lo amas. ¿Verdad? Entonces entrégame a esa chica y él será todo tuyo.  

— Pero si es mi amiga.  

— ¿Amiga? ¡No me hagas reír! ¡Esa maldita solo te quiere hacer de menos! ¿Acaso no lo captás, querida? ¡Ella es una rata traicionera! Cuando cambies de opinión, solo búscame.  

Esos diálogos fueron trasmitidos por la televisión, causando un gran asombro en la audiencia al ver que Luna, la querida amiga de Gina, se aliaría con la bruja tras ceder a su manipulación emocional. Miles de teorías surgieron por internet, diciendo que la chica no haría eso y defendería a la protagonista. Otros, en cambio, aseguraban que sí la traicionaría por culpa de algún malentendido.  

Todo eso lo leyó Matilda, ya que sabía cómo transcurriría la historia de su personaje debido a que los actores siempre leían el guion por adelantado. No le agradó para nada ese camino, debido a que pensaba que ella jamás le daría la espalda a su amiga por un chico.  

Mientras navegaba por la web, Lucas se acercó a ella y le dijo:  

— Casandra sí que es una auténtica villana, tanto en la ficción como en la realidad.  

— ¿A qué te referís? - le preguntó Matilda, dándole su atención - Puede que Casandra nos mire por encima del hombro, pero no la considero una “villana”.  

Lucas dio un largo suspiro y desvió la mirada. Luego, mientras se llevaba una mano en la nuca, le respondió:

— Cierto, tienes razón. Casandra solo es una estrella que teme perder vigencia por los nuevos talentos. En el fondo, la entiendo, no me gustaría estar en su lugar. Bien, como sea, es mi turno de rodar. ¿Vas a verme? 

—Sí, claro – dijo Matilda, siguiéndolo - quiero ver esa escena donde Bill está lleno de dudas y la bruja lo felicita por su desempeño. ¡Seguro será brutal! 

Unos cuantos minutos después, Matilda vio la escena en donde Lucas, encarnando a Bill, estaba reunido junto a la villana para darle su informe de avances.  

— Jack está lejos y Gina no deja de pensar en él - le explicó Bill a la bruja – Dudo mucho que consiga seducirla.  

— Ya no es necesario que lo hagas, insecto – le dijo la bruja, mientras lo miraba desde su trono de diamantes y flores secas – lo mejor será que apuntes a su amiga. Ella está enamorada de ti y seguro que podrá servirnos para nuestros planes.  

— No entiendo. ¿Por qué tendría que enamorarla? ¿No sería contraproducente?  

— ¡Claro que no, bobo! Solo hazte más cercano a esa chica. Yo ya hablé con ella y está dispuesta a cooperar con nosotros. ¡La traes loca!  

Los ojos y la boca de Bill se abrieron de la sorpresa, como si no entendiera ese cambio de planes. La bruja se levantó de su trono, dio un par de pasos sensuales hasta estar cerca de él y lo tomó del mentón, mientras le decía:  

— Solo sígueme la corriente y las cosas se unirán por sí solas.  

Tras eso, la bruja retrocedió y se “desvaneció” en una cortina de humo.  

Matilda vio las máquinas activadas, junto a una carcajada grabada de una bruja desquiciada. El director, satisfecho con la toma, dio el corte y los mandó a descansar. La joven se acercó a Lucas y le dijo:  

— ¡Estuviste genial! ¡De verdad sos un groso!  

— Sí, gracias. Supongo – dijo Lucas, sintiéndose extrañamente avergonzado por el halago – por cierto, ¿dónde está Rosa? No la he visto hoy.  

— Ella está rodando para un comercial de perfume – le respondió Matilda, mientras hacía una extraña sonrisa pícara - se ve que la extrañas un montón. Pero ojo, eh, que ya tiene novio.  

— ¡No molestes! - le dijo Lucas, poniéndose completamente colorado - ¡Es una relación falsa! Ellos no se bancan… creo.  

— Pues pareces bastante molesto por una “relación falsa” - le contradijo Matilda, llevándose una mano en la boca - ¿O será que, realmente, a ti te gust...?  

No pudo terminar la frase porque fue interrumpida por Casandra, quien se puso entre los dos y exclamó:  

— ¡Qué día tan agotador! ¡Y me muero de sed! ¿Vamos a tomar algo?  

— Sí, me encantaría - le respondió Matilda.  

Casandra la miró, como si recién se percatara de que estaba ahí, y le dijo:  

— Jorge te estaba buscando. ¿Por qué no vas a ver lo que quiere?  

— Ah, entiendo. En ese caso…  

Matilda procedió a alejarse de ellos para buscar al director. Pero cuando lo encontró, resultó que estaba en una reunión privada con los productores y pidió que nadie lo molestara.  

— ¡Qué raro! - dijo Matilda - ¿Por qué Casandra me diría que Jorge quiere hablar conmigo, si no está disponible ahora? ¡Seguro se confundió!  

Decidió regresar y vio que los dos ya se habían ido. Así es que se acercó a un integrante del personal y le preguntó:  

— ¿Has visto a Casandra y a Lucas? Estaban aquí reciencito nomás.  

— Fueron al camerino de la estrella – le respondió el empleado – no los vi salir aún.  

— Gracias.  

Matilda se dirigió al camerino, el cual tenía la puerta entreabierta. Estuvo a punto de golpear, cuando escuchó que estaban discutiendo ahí adentro. Y lo que oyó, la escandalizó.  

— ¿No crees que sería demasiado retorcido interferir en una relación? Tal parece que sí se gustan y no es una farsa.  

— ¡Oh, vamos! ¿No me dirás que vas a arrugar a estas alturas del partido? Créeme que Rosa está confundida, ella piensa que Mario y yo salimos y no sabe qué hacer. Así es que andá y seducila como te dije.  

— Aún no entiendo qué buscás con esto.  

— No te hagas del boludo. Es claro que quiero acabar con esta farsa y hacerles entender a todos que esto no nos ayuda con el proyecto. Estamos juntos en esto, Lucas, no hay marcha atrás.  

Matilda se marchó rápidamente de ahí, mientras su corazón se aceleraba. Si bien sabía que Casandra le tenía manía a Rosa por haberse quedado con el papel protagónico, nunca pensó que intentaría boicotear la relación que tenía con Mario y que, pese a sus traspiés, estaba yendo por buen camino.  




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