Bajo el fuego

Capítulo 18: Distancia Forzada

​Durante las siguientes tres semanas, la vida de Lucía se convirtió en una doble misión: dominar el caos en Vitali Enterprises y evadir a Fabrizio Vitali en la Torre Le Parc.

​En la oficina, Lucía era una fuerza imparable. Se sumergió en el Proyecto Palermo, revisando minuciosamente los planos del nuevo rascacielos. Presentó un informe detallado a Silvana Cáceres, proponiendo una reestructuración completa del presupuesto de interiores, eliminando a los proveedores sospechosos de la era Gómez.

​Lucía propuso priorizar materiales argentinos de alta calidad sobre la costosa importación europea, lo que no solo ahorró millones, sino que también demostró un profundo conocimiento del mercado local.

​Para asegurar el control absoluto y la implementación de sus reformas, Lucía puso en marcha la primera decisión clave que había tomado: eligió a Sofía como su mano derecha. Sofía, su antigua colega y ahora su única aliada de confianza, fue ascendida a Coordinadora de Compras y Materiales. Lucía le confió la supervisión de todos los movimientos financieros del proyecto, sabiendo que la lealtad y la ética de Sofía eran a prueba de balas. Instaló con ella un sistema de auditoría triple en la compra de materiales, cerrando cualquier puerta a la corrupción. Martín y el resto de la vieja guardia la odiaban, pero no podían refutar sus cifras.

​En el trabajo, Lucía era intocable. Fuera del trabajo, era una fugitiva. Adoptó la táctica del "asalto y huida": salía de su apartamento a hurtadillas al amanecer, con la capucha puesta y el laptop como escudo, para evitar cualquier encuentro en el pasillo o el ascensor. Regresaba exhausta a altas horas de la noche, asegurándose de que el Maserati de Fabrizio no estuviera aparcado en el lobby antes de subir.

​Fabrizio lo notó todo. Sabía que ella estaba jugando un juego de evasión. Recibía informes brillantes de Silvana sobre su rendimiento, pero Lucía se las arreglaba para no tener reuniones a solas con él. Todas las comunicaciones eran por correo electrónico o a través de terceros.

​Dos veces, Fabrizio intentó acorralarla para una reunión "estratégica", pero Lucía siempre tenía una "inspección urgente en la obra" o un "compromiso de proveedor".

​A pesar de su aversión personal al lugar, Lucía visitaba el terreno en Palermo a diario. Pararse sobre los escombros de su antiguo hogar era un acto de tortura y de empoderamiento. Usaba ese dolor como motor, diseñando con una pasión fría y profesional que garantizaba que el rascacielos de Fabrizio fuera una obra maestra, la máxima expresión de su talento.

​"Ya que destruiste mi pasado, Vitali, haré que tu futuro sea perfecto. Y te costará cada centavo," pensaba ella.

​La tensión de su vecindad era casi insoportable. Una tarde, al regresar, Lucía vio la caja de pizza vacía de Fabrizio frente a su puerta. Era un recordatorio banal de que la vida normal continuaba para él justo al frente. Ella lo pateó accidentalmente. Escuchó un movimiento brusco dentro del apartamento de él y se apresuró a entrar en el suyo, el corazón latiéndole como un colibrí.

​La cercanía era una tortura.

​La tercera semana de trabajo de Lucía coincidió con la víspera de Navidad.

​Lucía tenía todo planeado. Había tomado el día libre para pasar la festividad en el único lugar donde se sentía verdaderamente segura y amada: el Orfanato Corazón de María.

​El día anterior a Nochebuena, mientras Lucía revisaba unos presupuestos, su teléfono de escritorio sonó. Era Fabrizio.

​—Lucía, necesito que vengas a mi oficina. Ahora.

​Lucía tragó saliva. No había forma de evadirlo esta vez.

​Entró en el despacho de Fabrizio. Él estaba de pie junto a su escritorio, con un aire inusualmente melancólico.

​—Toma asiento. —Fabrizio hizo un gesto hacia la silla. —Quería discutir la estrategia de presentación del Proyecto Palermo. Los planos están casi listos y la junta quiere un avance para después de Año Nuevo.

​La conversación era estrictamente profesional, pero había algo en el ambiente. Fabrizio se veía solo.

​—Y... —continuó, su voz más baja—... y sobre Nochebuena. Sé que es un día familiar, pero. Mi familia está en Italia y en estas fiestas yo me quedaré aquí.

​Lucía esperó, cautelosa.

​Fabrizio la miró, y por primera vez, no había un atisbo de depredador en su mirada, solo vulnerabilidad. —Me preguntaba si, dado que estamos enfocados en el Proyecto Palermo y hay una necesidad imperiosa de alinear detalles clave, tú estarías disponible... para una cena de trabajo tranquila. Es esencial que estemos ambos en la misma página para esta presentación.

​La propuesta era transparente, y la excusa laboral era pésima. Lucía se dio cuenta de que su jefe no quería hablar de mármol. Estaba solo.

​Lucía sintió una punzada de compasión, pero la determinación de proteger su santuario era más fuerte.

​—Agradezco la oferta, señor Vitali —dijo Lucía con firmeza, pero con una dulzura inesperada. —Pero ya tengo planes.

​Fabrizio no ocultó su decepción. —Comprendo.

​Lucía tomó una decisión impulsiva. No podía cenar a solas con él, pero tampoco quería dejarlo solo. El orfanato era un lugar de calor humano.

​—Sin embargo, señor Vitali, si está usted libre, quizás podría acompañarme. Estoy yendo al Orfanato Corazón de María, donde crecí. Pasaremos la Nochebuena con los niños y la Madre Superiora.

​La mención del Orfanato hizo saltar una alarma en la mente de Fabrizio.

​—¿Un orfanato? —preguntó.

​—Sí. La cena no será lujosa, pero será real. Quizás pueda darse una vuelta.

​Fabrizio se quedó en silencio, procesando la invitación. Ir al orfanato era entrar al corazón de la vida secreta de Lucía. Era la oportunidad perfecta para descubrir más sobre su pasado y, sobre todo, para acercarse a ella sin la coraza del empresario.

​—Acepto, Lucía. —Dijo, asintiendo lentamente. —Será un honor.

​Lucía sonrió, sintiendo que había ganado una batalla sutil. —Excelente. Entonces, le recogeré mañana. A las seis de la mañana.




Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.