Era una mañana normal en la casa de Ivy Summer. Se levantó como de costumbre a las 6 de la mañana para bañarse y arreglarse para la universidad. Después de despedirse de su papá, salió de su casa para recoger a su amiga Lilian, con quien siempre iba a clases. Luego de eso, esperaban a Alec, ya que Ivy los llevaba en su auto.
Lilian hablaba, como siempre, sobre los chicos que conocían en las fiestas, pero esta vez algo era diferente. Lilian le dijo que había conocido a un chico perfecto para ella. Al escuchar eso, Alec no pudo evitar ponerse celoso, pero no dijo nada durante todo el viaje. Lilian seguía hablando sobre las cualidades del chico con entusiasmo, mientras Ivy se mantenía callada, pensativa.
De repente, Alec, con tono sarcástico, dijo:
—Si tanto te gusta, quédate con él, Lilian.
Pero Lilian, sin perder su energía, le respondió:
—¡No, es para Ivy! Ella necesita un novio, sobre todo después de David, su ex, que era un patán y feo.
Alec, con una sonrisa burlona, replicó:
—¿Cómo sabes que era un patán?
Lilian se cruzó de brazos y, con tono desafiante, dijo:
—Por lo menos es guapo y millonario, no como David.
El comentario de Lilian hizo que Alec frunciera el ceño, pero antes de que la conversación fuera más lejos, Ivy los interrumpió, pidiendo calma.
—No quiero un novio, solo quiero concentrarme en mis estudios.
Finalmente, llegaron a la universidad y se dirigieron a sus clases. En medio de la mañana, un hombre grande entró en el aula. Su cabello rubio estaba algo revuelto y sus ojos verdes brillaban con una intensidad cautivadora. A su lado, dos chicos más lo acompañaban. Ivy no pudo evitar fijarse en él, y cuando sus miradas se cruzaron, él le ofreció una sonrisa pícara.
Ivy, algo sorprendida, siguió observándolo hasta que Lilian, emocionada, le susurró al oído:
—¡Ese es el chico de la fiesta del que te contaba! Se llama Asher Miller. Viene de una familia súper famosa y exitosa. Su mamá es Sheyla Miller, la cantante de ópera, y su papá es Owen Miller, el mejor pianista del país.
Ivy, aún sorprendida, no podía creerlo.
—¿En serio? ¿Y por qué está estudiando Derecho? ¿No debería estar estudiando música?
Lilian, con una sonrisa, respondió:
—No sé, pero parece que no es su vocación.
La clase pasó rápido, y cuando terminó, fueron a la cafetería a comer. Mientras estaban sentadas, Asher y sus amigos se sentaron en la mesa contigua. Alec, Lilian e Ivy hablaron con ellos, pero Asher no dejaba de observar a Ivy mientras leía su libro. Finalmente, se acercó y, con una sonrisa encantadora, le dijo:
—Te ves linda leyendo.
Ivy, algo incómoda, respondió:
—Gracias, sé que soy linda.
Él se rió con suavidad, y el ambiente se volvió un poco más relajado.
Al finalizar las clases, Lilian se fue con Iván, el amigo de Asher. Ivy, por su parte, le pidió a Alec que la llevara a una tienda de libros porque había encontrado el que tanto quería. Alec aceptó encantado, pero justo cuando estaban en la tienda, la mamá de Alec lo llamó. Su hermano había regresado del ejército, y Alec tuvo que irse. Ivy le dijo que no se preocupara, que ella se quedaría buscando su libro.
Una vez que compró su libro, salió de la tienda y se dirigió a la parada de autobús, justo cuando comenzó a llover. De repente, un auto negro y moderno se detuvo frente a ella. La ventana se bajó, y Asher apareció.
—¿Qué haces aquí empapada? —le preguntó, con tono preocupado.
—Obviamente, esperando el bus —respondió Ivy, algo sarcástica.
—Bueno, si quieres, te puedo llevar a casa.
Ivy lo pensó un momento y aceptó, ya que no quería enfermarse.
El camino a casa fue tranquilo. Hablaron de todo, desde sus familias hasta sus bandas favoritas. Ivy le contó sobre sus hermanos, y Asher, sorprendido, le dijo que tenía solo una hermana pequeña. Cuando Ivy le habló de su madre, Asher se mostró comprensivo y le expresó sus condolencias.
—Lo siento mucho —dijo él, con una sonrisa triste.
—No importa, ya pasó —respondió Ivy, con voz tranquila.
Después de unos segundos de silencio incómodo, Asher, con una mirada juguetona, le preguntó:
—¿Tienes novio?
—No, ¿y tú? —respondió Ivy, con un tono algo desconcertado.
—No, espero a la indicada. Pero parece que ya no tengo que esperar más. —sonrió él, provocando que Ivy se sintiera rara, pero al mismo tiempo bien.
Al llegar a su casa, Ivy fue recibida por su hermano mayor, Jasper, quien la miró de arriba abajo y, con una sonrisa, preguntó:
—¿Quién era él? ¿No se suponía que te traía Alec?
Ivy le explicó todo, y después de un par de preguntas, Jasper se calmó, pero Remy, su novio, le dijo con una sonrisa:
—Relájate, es solo un amigo de ella. No seas un hermano celoso.
Esa noche, Ivy se fue a su cuarto, se dio un baño y se puso su pijama. Mientras hacía tarea, habló con Lilian y Alec sobre todo lo que había sucedido con Asher. La incertidumbre sobre lo que sentía comenzó a invadirla, pero por ahora, solo quería concentrarse en lo que venía.
Sin embargo, algo en Asher le decía que su vida podría estar a punto de dar un giro inesperado.
Era una mañana normal en la casa de Ivy Summer. Se levantó como de costumbre a las 6 de la mañana para bañarse y arreglarse para la universidad. Después de despedirse de su papá, salió de su casa para recoger a su amiga Lilian, con quien siempre iba a clases. Luego de eso, esperaban a Alec, ya que Ivy los llevaba en su auto.
Lilian hablaba, como siempre, sobre los chicos que conocían en las fiestas, pero esta vez algo era diferente. Lilian le dijo que había conocido a un chico perfecto para ella. Al escuchar eso, Alec no pudo evitar ponerse celoso, pero no dijo nada durante todo el viaje. Lilian seguía hablando sobre las cualidades del chico con entusiasmo, mientras Ivy se mantenía callada, pensativa.
De repente, Alec, con tono sarcástico, dijo:
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Editado: 05.05.2025