Bajo la misma luna

Capitulo 1

 

Pasaron seis meses desde el entierro de mi padre, aún sigo sufriendo por su muerte. Es algo muy difícil de superar más cuando piensas que es tu culpa.

En este tiempo el único que estuvo a mi lado, aparte de mi madre, fue Derek. Él siempre logra hacerme sonreír, es el único amigo que tengo o he tenido, el único con el que puedo contar cuando más lo necesito.

Después de esa tarde cuando me fui sin despedirme, lo volví a ver al día siguiente. Él me conto que venía de otra ciudad, el motivo de su traslado fue por problemas que tuvo su hermano mayor. Derek era dos años mi mayor, el también asistía al mismo instituto que yo y también su hermana. Si, Derek tenía una hermana de mi misma edad, se llama Nuria, a la cual no le caía nada bien.

Él sabía lo que sucedió con mi padre, se lo conté porque empecé a confiar en él además que el no dejaba de insistir de por qué me fui de repente cuando nos conocimos.

En estos meses nos convertimos en amigos inseparables, se ganó el cariño de mi mamá la cual acepta gustosa sus visitas para que yo pueda distraer mi mente y no piense en lo ocurrido hace meses, que poco a poco voy superando.

–Anaria cariño, ven– me llama mi madre.

–Ya voy– grito en respuesta. Bajo rápidamente las escaleras y me dirijo a la sala.

–¿Qué pasa mamá? – pregunto, mi madre ladea su cabeza dirigiendo a una mujer con su hijo, de los cuales no me había fijado, presto más atención y me doy cuenta de que se trata de la mujer de mi padre y mi hermanito. Los saludo disculpándome de no haberme fijado y espero que mamá diga lo que sucede ya que me sorprende su visita.

–Hija, Amalia se quedará en casa un tiempo– dice mi madre, solamente asiento –Ella esta atravesando un problema económico y me pidió ayuda, la cual no pude negar– termina mi madre.

–No te preocupes mami, por mí no hay problema en que se queden– sonrío mirando a mi hermanito –Además estaré gustosa de convivir con mi hermanito– digo por ultimo.

–Agradécenos que nos ayuden, pero tengan en cuenta que no nos quedaremos mucho tiempo– comenta Amalia.

 

 

***

Ayer después de platicar un poco con Amalia y mi madre me puse a jugar con Liam, así se llama mi hermanito tiene el mismo nombre que mi papá. En la noche Derek me llamo, había olvidado que tenía que acompañarle a comprar un regalo para su madre, le explique por qué no fui, que ahora la mujer de mi padre viviría con nosotras por un tiempo.

Amalia aún era una mujer joven, tenía 27 años, ella era una mujer fría y de carácter, pero aun así es una buena que amaba mucho a mi padre y ama mi hermanito.

Sé muy bien que Amalia y yo no llevamos una buena relación, aunque yo le tengo cierta estima y siento que ella también a mí.

Bueno ahora llevaba a pasear a mi hermanito al parque de mi barrio, aun el sol no se ocultaba, mi madre no llegaba y Amalia había salido a buscar trabajo. Como no llegaban el niño se aburrió y decidí llevarlo ahí.

–¡Anaria! – escucho que alguien grita –Anaria aquí– vuelven a decir. Busco con la mirada a quien me está llamando hasta que doy con la persona.

–Derek­­– me acerco a él –¿Qué haces aquí? Hoy no era el cumpleaños de tu mamá– digo desconcertada.

–Estoy aquí porque estaba aburrido en mi casa– responde a mi pregunta y continua –Mi papá se llevó a mi mamá a celebrar su cumpleaños sin nosotros, como un día para ellos– termina de hablar, sonríe y ve a mi hermanito como preguntándose quién es él.

–Él es Liam mi hermanito– miro al pequeño el cual se veía un poco asustado por la presencia de Derek lo que ocasiona que ría –Él es Derek un amigo– me dirijo a mi hermanito.

–Hola Liam, que te parece si vamos por helado– le menciona Derek y mi hermanito acepta feliz. Nos vamos a una heladería, pasamos un buen tiempo juntos riéndonos por las monerías que hacían ambos.

Cuando salimos de la heladería el sol ya se estaba ocultando, así que nos apresuramos en volver, sabía que mamá ya habría regresado al igual que Amalia y que ambas me regañarían por no estar en casa.

–Hasta mañana Ani descansa– se despide Derek –Adiós pequeño.

–Igualmente Derek descansa– contesto.

Entro a casa y lo primero que veo es a mi madre con gesto de desaprobación. Amalia está a su lado, suelta un suspiro al ver a su hijo el cual corre hacia ella y la abraza.

–Hija ¿dónde estabas? Te estuve llamando, pero no contestabas­– mi madre me mira molesta –Amalia estaba preocupada, y al igual que yo teníamos miedo de que algo malo les pasará– expresa, pero ahora más tranquila.

–Lo siento, Liam estaba aburrido así que le lleve al parque para distraerse– explico, un poco asustada al ver la expresión de mi madre.

 –Pudiste informarnos, sé que ya no eres una niña…– no termina porque empieza a perder el equilibrio.

–¡Mami ¿estás bien?!­–cuestiono preocupada, mientras la sostengo con fuerza.    

–Si cariño, no preocupes estoy bien– responde intentando sonreír. Sé que mi mamá no se encuentra bien ultimadamente e intenta ocultármelo.

–Lo mejor será que descanses, debes de estar muy cansada– mi madre solo asiente, ya que sabe que no dejare de insistir y a ella al parecer no le conviene.

–Amalia discúlpame, en otra avisare antes de salir con Liam– digo un poco apenada, ella al igual que mi madre asiente.

–Es lo mejor, bueno ahora vamos a cenar– y con lo último que dice todos nos dirigimos al comedor.

 

 

 

 

 




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