Bajo la misma luna

Capitulo 3

Habían pasado varios días en los que no hable con Derek, pues la última vez que lo vi andaba raro, el aun no sabía la situación de mi mamá, a menos que ella se lo haya contado, aunque lo dudo.

Exactamente ya había pasado dos meses desde que me entere de la enfermedad de mi mamá, ella hasta este momento seguía todas las indicaciones del doctor, pero había días que se sentía bien y otros que no.

Amalia seguía viviendo con nosotros, y agradecía eso, ella encontró un trabajo y ayudaba a mi madre con los gastos de la casa. Hubo una ocasión en donde le dije a mi mamá que conseguiría un trabajo, pero se opuso rotundamente.

Sabía que mi mamá gastaba mucho en sus medicamentos y quería ayudarla, a pesar de saber que su enfermedad estaba muy avanzada, ella no podía seguir trabajando, pero aun así se esforzaba. Ultimadamente la vi más demacrada que nunca y eso me dolía.

Hoy tenía una cita con el doctor para ver si estaba mejorando mi madre con el tratamiento o no, pues la última vez que fuimos nos dijo el doctor que está en la etapa II del cáncer, por lo cual ella empezó con las quimioterapias, según el doctor los medicamentos no estaban dando buenos resultados.

–Doctor buenas tardes– saludamos al mismo tiempo con mi mamá.

–Buenas tardes, tomen asiento por favor– dice el doctor.

Tomamos asiento, el doctor hace las preguntas y revisión correspondientes a mi madre. Después nos da una noticia que no es buena.

–Doctor ¿está seguro? – pregunto pasmada por la noticia.

–Si señorita.

–Pero… ¿Cómo? Si mi madre siguió las indicaciones al pie de la letra.

–Señorita tranquilícese, su madre al parecer no se está alimentando bien y las preocupaciones que tiene no la están dejando mejorar…– escuchar lo que dice el doctor me cae como balde de agua fría.

De regreso a casa no dejo de pensar en lo que dijo el doctor, mi madre necesita que se lleve a cabo la cirugía lo más antes posible.

En el consultorio, cuando mi mama se fue al baño, el doctor me informo que ella no estaba cumpliendo con las sesiones de quimioterapia y eso había afectado gravemente a su salud, ya que el tumor seguía creciendo. 

No puedo creer que ella haga algo así, no toleraría estar sin su presencia, no aun cuando falta muchos momentos por vivir juntas, que le falta muchas cosas por enseñarme.

Sin mas entro a su habitación, ella ya sabe que estoy molesta por mentirme y a estado evitando esta charla, todo el resto del día, desde que regresamos del hospital.

–Mamá ¿porque lo hiciste?

Se toma su tiempo en responder, la veo dudar, se que esta buscando palabras para mentirme. Esta vez no dejare que ella sigo con esa farsa de que está bien y que el doctor solo está exagerando.

–Por favor, solo quiero la verdad… mamá- digo sutilmente, para que entienda que solo se hace daño con mentirme y ocultarme información para mejorar su salud.

–Cariño lo siento, sé que hice mal, pero no quería preocuparte eres muy joven para hacerlo.

– ¡Basta de rodeos!, dime de una vez ¿por qué?­– la corto tajante, sin poder dejar de alterarme más.

­–An si lo hice fue por la falta de dinero, no podía dejarte trabajar ni mucho menos hacer crecer la deuda que tenemos. Sabes que las quimioterapias cuestan un dineral y aun mas la cirugía, todo eso no lo cubre el seguro del hospital– la veo suspirar.

–Ver tu cara llena de preocupación después de volver de las quimioterapias me lastimaba, a pesar de que lo intentabas ocultar. Además, no es justo ver a Amalia llevar una carga que no es la suya, ella igual se preocupa por mi salud y me estuvo ayudando a pagar las deudas.

–Es tu salud de lo que estamos hablando mamá, no puedes ponerlo en segundo plano solo por las deudas que estamos acumulando, se que Amalia es una gran persona por ayudarnos­ y se lo agradezco– digo todo esto alterada y sin poder comprender en su totalidad los pensamientos de mi madre.

–¿Mama alguna vez pensaste en lo que seria mi vida sin ti? ¿El dolor que sentiría al verte en un ataúd?  Sabes todo lo que tuve que pasar por la muerte de mi padre, y no quiero volver a sentir lo mismo­– recrimino con lagrimas rodando por mis mejillas.

–Si hija lo sé, lo he pensado por mucho tiempo y sé que lograrías superarlo– dice con mucha tranquilidad, se acerca y limpia mis lagrimas con sus suaves manos –Tu eres una joven que podrá soportar todas aquellas malas situaciones y superaras aquellos bajones que te de la vida– termina y me da un beso en la frente.

–No puedo creer lo que estas diciendo, tu te salvaras y estarás conmigo por mucho más tiempo mamá…

 

No, no por favor… no otra despedida…




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