Ares no estaba prestando atención a lo que la decidan. Solo se hizo la vista gorda, sabía que todos en la clínica estaban pendiente de Arianna la protegida
—Hola... Veo que estás bien hoy y tienes a todos pendiente de ti.
— Su padre fue quien estipuló que deben de estar pendiente de mi.
—Vaya que te has ganado la atención de mi padre.
—Sera porque su padre es el mejor amigo se mi padre, su padre y el mío deben de tener buenas relaciones.
—Ellos se conocen desde muchos años atrás.
—Una pregunta Ares vino hablar de nuestros padre y viene por algo más.
—Tienes razón, porque no hablamos de ti, porque quieres morirte.
—Dije cosas que no debería, solo fue eso.
—En serio Arianna.
Arianna se sonrojo pensando en todo lo que Ares hablaba. Pero este le estaba preguntando porque quería morirse.
— Tienes familia Arianna, un padre que te quiere mucho.
— No... No tengo familia, mi padre me envió con su padre aquí.
— Si, es cierto pero tú debes haber hecho algo que no le agrado.
En ese momento alguien llamo a su teléfono y al mirar el número se extraña. El padre de Arianna Romanov llamándolo a su teléfono si nunca había tenido una relación muy estrecha con el, solo con su padre Zeus. Se aparto de la cama y contesto.
—Ares Katsaros. —dijo Viktor con voz fuerte y autoritaria al otro lado de la línea.
—Con el habla, y usted. —le contesta con la misma autoridad.
—Zeus me hablo de ti, así que mejor vamos al grano.
— Muy directo señor, dígame que es lo que desea de mi.
—Solo que me cuente cómo está mi hija, quiero que la proteja.
—¿Puede decirle sé quién?
—No se preocupe Ares yo hablé con su padre el le contará todo.
—Esta bien.
Ares se quedó mirando a Arianna muy extraño con aquella llamada del padre de ella. Viktor colgó la llamada, ahora que podía hacer, sabía muy bien que su padre era un ser muy insistente y algo de seguro trataba. En ese momento llegó el doctor, que la atendía reviso a Arianna y luego salió con Ares al pasillo.
—¿Qué ocurre doctor?
—Han preguntado al padre sobre que le ocurrió, has sabido algo de ello, y también si la van a llevar a un sicólogo.
—Papá, es quien sabe. Yo hablare con el sobre lo que me ha dicho.
—Entonces voy a firmar el alta para que te la lleves, no es necesario tenerla aquí.
En ese momento Ares regreso a la habitación. Observó a Arianna y luego se acerca a ella.
—Arianna tengo una propuesta que hacerte.
— ¿Qué propuesta...? —pregunto ella.
—Porque no hacemos un viaje juntos tú y yo. Te invito a conocer Grecia.
—Vaya que bicho te pico Ares Katsaros, ustedes los griegos no son muy dados. —Arianna estaba confundida con todo aquello, de la propuesta de Ares.
—Arianna solo acepte mi propuesta solo le pido eso.
—No se que decirte.
—Que acepta lo que le dije, y la invitó a conocer Grecia.
—Ummm, está bien.
Ella frunció el ceño, recordó todo lo ocurrido con Sergey la mentira y si regresaba con su padre tenía aceptar lo que le había dicho. "te lo dije Arianna, Sergey es un vil mentiroso" era mejor aquello que le proponía Ares y olvidarse de todo lo ocurrido en su vida.
—Está bien acepto, iré de viaje contigo Ares.
—Ya verá que no te arrepentirás.
Eso le alegro mucho a Ares, quién ahora estaba tranquilo. Sabía que ya no pensaría en morir, sino en seguir su vida. El le enseñaría su país y cada lugar donde fueran.
Al rato después de hablar con ella, llamó a su chófer para que fuera por él a la clínica. Frederic estaba muy extraño que su jefe Ares, el enigmático jefe de una de las más poderosas familias de Gracia, estuviera tan interesado en aquella joven Arianna después de todo lo que sabía. Se subieron a la limusina y el auto comenzó anda, Ares estaba tan sumidos en sus pensamientos. Que no se dio cuenta que se acercaban a la mansión, un edificio que se alzaba como un guardián silencio en medio de la opulencia y los secretos.
El coche se deslizaba suavemente por la entrada, sus ruedas crujían sobre el grava mientras se acercaba a la puerta principal. Ares observaba a través de la ventana, su mirada era un reflejo de pensamientos que nadie más podía descifrar así estaba desde que Arianna acepto su propuesta. Al detenerse el vehículo, Frederic el chofer de confianza, salió rápidamente para abrirles la puerta, ofreciéndole una reverencia respetuosa.
— Señor, ha estado muy callado, pensativo diría yo.
— No pasa nada Frederic.
—Lo conozco desde que nació señor, soy mayor que usted dígame qué le pasa. Es sobre la joven, sobre Arianna Romanov.
—Su padre me llamó y quiere que ayude a su hija, que la proteja.
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Editado: 12.03.2025