Ares fue a la cocina y alli estaban Héctor y Lidia en una conversación, muy intrigante y misteriosa. Cuando voltearon miraron a Ares en la puerta mirándolo a los dos.
—¿Qué.. tienen algo que decirme?
—No señor, solo que de donde salió la joven no es una chica griega.
—Es la hija de un amigo de papá, Arianna es rusa, por eso su aspecto.
—Por favor jefe, y que hace con usted. Es muy diferente a la señorita Fedora. Debe saber que todo el mundo ha visto las noticias y leído las revistas de farándula.
—Ya está bueno. Fedora es pasado. Ahora Arianna se quedará aquí, por unos días. Y tú Héctor te encargarás de ser mi chófer
—Señor... Pero...
—Nada, desde ahora no serás el jardinero si no el chófer. Y a trabajar.
Los dos empleados se quedaron callados y Ares dio la vuelta y se fue a su estudio. No estaba dispuesto a escuchar a nadie. Mientras que Lidia y Héctor seguían en su conversación después que Ares se retiro.
—¿Qué le ocurre a Ares, está de mal humor? ¿Porque está haciendo muy atento con esa joven? —le dijo Lidia.
—Sabes que Ares, es una persona testaruda, y cuando quiere algo lo obtiene en especial a esa joven, de seguro el señor Zeus le abra dicho algo, por eso está mal humorado.
—Si, pero no entiendo porque está de tan mal humor.
—Sus razones tendrá.
—La verdad que desde que se separó de Fedora, Ares está viviendo una vida de amargura. Ahora llega esta chica y lo cambia todo.
—Sus razones tendrá.
Las sígueme día, Ares va en busca de Arianna para ir de paseo y no la consigue allí. Y piensa que ella no deseaba verlo. Luego fue a la cocina y escucho muchas risas y alli estaba ella sonriendo descaradamente a los empleados. Cuando los empleados vieron a su jefe, todo comenzaron a retirarse de la cocina dejando un silencio total entre ellos.
—Disculpe señor Ares, pero la joven llegó a la cocina de sorpresa y comenzamos hablar con ella.
—Está bien, solo que me sorprende que todos se fueran al verme.
—Claro, como no lo van hacer si tienes cara de ogro Ares.
—Necesito hablar contigo Arianna.
Arianna frunció el ceño y miro a Ares, y se fue con el a el salón.
—Ellos no tienen la culpa se nada, fui yo quien llegó a la cocina, y me puse hablar con ellos. Quería comer algo, así que la próxima vez se más educado. Y saluda, no estés con tú cara de perro.
—Mas respecto Arianna.
—Ya... Ares y dime que quieres platicar contigo.
Ares iba a decir algo y Arianna lo silencio poniéndome una mano en la boca. Esto le provocó una corriente eléctrica a Ares hasta su parte más íntima y maldijo para su adentro.
—Dime que es lo que quieres decirme.
En ese momento Lidia entra en el salón y dice muy seria.
—El desayuno está listo Ari... —y no aguantaba las risas, cuando la joven le hizo callar a Ares con la mano en la boca.
Héctor que estaba allí, se dio la vuelta y salió de allí, porque no aguantaba las risas. Después de unas horas interminables Ares sale de la villa a hablar con una amigo de negocios
—Vamos Héctor a casa se Apolo, y porque me dejastes allí con esas mujeres solo.
—No aguantaba las ganas de reír señor, esa joven lo hizo callar y con mucha gracia. Y disculpe pero veía que no pudo hacer nada, esa jovencita lo silencio de una sola vez. Y de una forma...
—Ya basta, y vamos.
—Bueno señor es que en verdad, dio risa de la manera que entró y hablo con la joven, y luego lo hizo callar.
—Ya basta y vamos a visitar a Apolo.
—Está bien señor, no hablaré más de lo ocurrido.
—Eso está mejor.
Lo que no sabía Ares que los secretos corrían como pólvoras. Al llegar a de su amigo Apolo, este lo esperaba con estusiasmo. Y fue llevado al estudio de Apolo, cuando llegó este lo esperaba. Dos hombre tan fornidos y guapos. Apolo al ver a su amigo se levanta de su asiento y le da la mano.
—Ares un placer verte. He oído que los negocios van viento en popa.
—Así es, los números no mienten.
—Pero dime, ¿a qué se debe tu visita? Además tenías mucho tiempo que no venías por aquí. —Apolo le sonríe.
—Tienes razón tiempo sin venir a visitarte amigo, pero hay algo que necesitamos hablar.
—Esta bien Ares, también quería felicitarte. Hay rumores que dicen que te casas pronto.
—Vaya que lo chismes vuelan y son como pólvoras. Si pero ya sabes que papá es un caso perdido, de seguro el fue quien ha regado ese comentario, pero no estoy aquí para eso chisme. ¿Qué propuesta traes a la mesa?
—Claro, al grano. Estoy interesado en expandir nuestras operaciones conjuntas en el Mar Ego. Creo que hay un potencial sin explotar y...
—Sí, he revisado los informes. El Mar Ego es prometedor, pero es un terreno complicado, políticamente hablando. ¿Estás preparado para navegar esas aguas?
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Editado: 12.03.2025