La luz del atardecer se filtraba a través de las persianas, proyectando sombras alargadas en la habitación donde estaba Fedora. Se sentó frente a su amante Darius, sus manos entrelazadas sobre su regazo. Había algo en el aire, una tensión que se podía cortar con un cuchillo.
—Sabes algo Darius, necesito tu ayuda. —En que puedo ayudarte Fedora.
—Quiero que me ayude a averiguar sobre la vida de una mujer llamada Arianna. Quiero saber todo sobre ella, de dónde salió, quién es, y todo lo que pueda saber.
—Bueno, solo dime que es lo que tengo que haces.
—Haste su amigo sabes cómo seducir a una mujer Darius.
—Veo que está muy interesada sobre la vida de esta joven. ¿Hay algo más que no me haya dicho? —Darius levantó la vista, sus ojos agudos como los de un halcón. —Ya veo, que quieres saber de esa mujer. Bueno, tendremos que planear algo bueno, como tú, Fedora.
—Entonces me ayudarás en todo lo que quiero hacer—Darius asintió lentamente, su mente ya trabajando en las posibilidades.
—Dime, Fedora, ¿Que no te perdono Ares? Que estuvieras con otro.
—Maldita sea Darius, no preguntes solo ayudame, hacer lo que quiero con ella. Y no preguntes mucho.
Darius se puso de pie, su silueta recortada contra la ventana. Mirando a Fedora con aquella travesura en su mirada, que pensaba hacer con ella en la cama
—Entonces, eso es lo que quieres, Fedora: hacerle la vida a cuadros a la joven, porque está con Ares ahora. Si esa tal Arianna tiene un pasado oculto, lo sabremos.
Fedora asintió, con una mezcla de alivio y ansiedad en su expresión.
— Gracias, Darius. No sé qué haría sin ti. Gracias por ayudarme.
Con un gesto de su mano le acarició la babillas a Fedora y con una ceja levantada le dice Darius a Fedora.
—Eres una traviesa Fedora, entonces vamos a ver qué puedo hacer con esa tal Arianna.
Fedora salió de hotel, donde se encontraba con Darius. Estaba muy contenta, pronto los planes de Ares se arruinarían totalmente. Fedora era una de kas mejores triunfadora y con una nueva rival nadie podía con ella.
Mientras que en la villa Ares estaba estresado por la visita de su madre. Enderida se quedaría con ellos varios días. Así que tuvo que hablar con Arianna de la situación.
—Mamá piensa quedarse unos días
— Vaya, y ahora que vamos hacer
—fingir estar enamorados
—Tengo que fingir algo en lo que no estoy de acuerdo.
—Olvida lo del contrato, mamá es muy insistente y no se irá hasta no verme feliz.
—Entonces es mejor estar fuera todo el tiempo, llevarme de paseo. Prometiste llevarme a conocer Grecia, lugares hermosos.
—Cierto pecosa.
—Ya te he dicho que no me digas pecosa.
—Mi pecosita, está bien vamos a conocer Grecia
Arianna sintió que la vida le daba una oportunidad más, además estaba a punto de contraer matrimonio con Ares, tal vez sería bueno para Adrianna olvidarse de Sergey. Pero había un inconveniente para Ares que tenía que resolver pronto. Así que se fue al estudio con Héctor.
—No he podido contactar a su padre
—Quiere decir, que papá se fue de viaje y ahora con mamá aquí es difícil la cosa.
—Señor Ares, creo que mejor que tenga paciencia con su madre.
—Héctor conoces bien a mamá y no va a dejarme en paz, solo papá la sabe controlar.
—Tendré que averiguar dónde está su padre metido, sino vamos a estar en problemas todos
—Se que la vas a encontrar a papá Héctor, y cuando lo hagas, que llame a mamá.
—Está bien, señor Ares.
Ares estaba furioso por ello, su mamá en la villa, su padre de viaje el maldito contrato encima. Eso lo tenía que resolver muy pronto, y que su vida sugiera como siempre. Dueño de su vida y de todo. Arianna era una joven hermosa pero ella no era para el. En ese momento entra su amigo Apolo, al estudio, su fiel amigo.
—¿Qué tienes amigo que estas furioso? Pregunté me dijeron que estabas en el estudio.
—Si, aquí ando estaba hablando con el chófer. Sobre algunos acontecimientos que quiero resolver.
—Ha caray Ares y que ha pasado.
—Muchas cosas desde que llegó esa jovencita a la mansión y comprometerme a cuidarla, como una sombra en su vida..
—Bueno culpable o no, es tu responsabilidad cuidarla, sabes como somos los griegos.
—Si, muy posesivos y proyectores.
—Bueno, Ares tienes que tratar de resolver ese problema y cuando me presentas a tu futura esposa
—Claro, que te la voy a presentar, haré una reunión en la villa, en unos días.
—Bueno amigo, yo y que, vine hablar de negocios y hablamos de tu vida.
—Que puedo decirte Apolo, así es mi vida, ahora entonces cuéntame que vamos hacer con el negocio de mar de ego.
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Editado: 12.03.2025