Bajo la Sombra del Zar

Capítulo 24

Habían pasado dos semanas y Anya seguía sedada. No tenía voluntad de ella misma, Patón aprovecho su situación para casarse con ella sin su consentimiento. Así fue como logró casarse con ella por medio de un juez amigo de él. Y también que Anya la tenía dominada Patón con que la ayudaría a encontrar su hija, sin decir aquella mentira de que estaba muerta.

— Vas a ayudarme a conseguir a mi hija Patón.

— Sí, Anya no te preocupes, solo quiero que te mejores. Cuando estés bien buscamos a tu hija.

— Gracias, Patón, gracias.

Pero aquello fue un engaño, porque el hombre fue tan cruel que se la llevo a Sanpestesburgo. Allí, lejos de todo el mundo, la dejo en un cuarto de su mansión con una enfermera para que la sedara y la tuviera así. Pero Anya se daba cuenta en su lucidez que aquel hombre la había engañado, y tenía que llenarse de valor para seguir así. Aunque estaba casada ya con él, pero lo haría pagar lo que le había hecho.

— Como amaneciste Anya, te sientes bien.

Ella lo miraba soñolienta y le dice.

— Estoy cansada de estar así, todo el tiempo durmiendo.

— Lo sé, pero es para tu bien, entraste en una crisis cuando supiste lo de tu hija.

— Donde está ella, la han encontrado.

— Anya es mejor que dejes de pensar en eso, tu hija de seguro...

— No lo digas, no.

En ese momento se pone desesperada e histérica. A llorar era un dolor tan grande, que comenzó a golpear a Patón. En ese momento la enfermera la inyecta con sedante y ella se queda dormida. Patón la mira y dice a la enfermera.

— Quiero que él siga administrando ese sedante, espero que ella supere todo esto.

— Sí, señor, la mantendré así, pero le aconsejo que la lleve a un lugar donde la puedan ayudan a superar todo esto.

— No te pongas como la otra enfermera que estaba antes de ti, mantén a mi esposa así.

— En serio señor, su esposa necesita ayuda, y la mejor forma es llevarla a un sanatorio, allí la tratarán, y será mucho mejor.

— No quiero llevarla a ningún lado, solo haga lo que le dijo, si no la despido como la anterior enfermera, solo haga eso.

La mujer se quedó mirando a Patón, aquel hombre era cruel con aquella chica. La pobre ya ni sabía que día era, o qué momento sé su vida tendría lucidez. Así que Marian se quedó callada, pero buscaría otra manera, la chica necesitaba ayuda y con aquel hombre loco no la tendría.

Patón salió del cuarto y se dirigió a su estudio, estaba dando vuelta y vuelta. Pensando que Anya estaba perdiendo su mentalidad, se portaba de modo agresivo y ansiosa también por saber de su hija. Así que llamo a un amigo de él, necesitaba que Anya volviera hacer la misma de antes.

— Marlon es Patón.

— Vaya tiempos sin saber de ti, cuéntame que necesitas de mí.

— Aún trabajas en la clínica esa.

— Claro, aún estoy allí, que pasó alguna víctima que quiera desaparecer.

— No, quiero que me ayudes con mi esposa, necesito que mejore.

— No me digas que te casaste de nuevo, cuántas van.

— Cállate y dime, estás disponible algún lugar en esa clínica que tienes.

— Déjame ver mañana, y te llamo, sabes que hay muchas familias de dinero, que se deshacen de persona, que no quieren que estén con ellos, tú sabes bien eso.

— Ya dije que te callarás, entonces me ayudarás con esto.

— Está bien, ya te dije, déjame revisar mañana si hay algo disponible.

— Espero tu respuesta mañana.

Patón tranca el teléfono y luego se queda allí pensando, como hacer que Anya recupere su vida. Sabía que su hija era lo más importante para ella, por eso ella estaba así, solo quería a su hija.

Mientras que en Moscú, Dimitri tramitaba todos los documentos para adoptar a la pequeña.

— Estás seguro Dimitri que quieres adoptar a la niña, mira que puede aparecer su familia.

— La voy a adoptar, será mi hija, será una Volkov y la vamos a querer mucho, verdad Sabrina.

Sabrina se acercaba a ellos con la pequeña en brazos, la chiquita sonreía de la alegría. Irina tenía alguien que se preocupara por ella, después de hacer todos los trámites necesarios. Ya la pequeña sería parte de la familia Volkov.

— Eres un sol hermano, yo sabía que lo harías, ahora tienes una hija.

— Si mi pequeña ahora tiene una familia y somos nosotros hermanita, ahora a celebrar que estaba familia está feliz.

— Si vamos a llevar a Irina a casa y celebrar en grande.

Dimitri estaba feliz porque había metido los papeles para adoptar a la pequeña, solo tenía que esperar unos días, tal vez para ser papá oficial de la pequeña.

— Vamos, hija, mi pequita a casa.

— Papi... Papi...

— Hija preciosa, vamos.

Irina se echa en sus brazos y estaba muy felices. Irina también que jugaba sobre los brazos de Dimitri.




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