Bajo la Sombra del Zar

Capítulo 37

A los siguientes días, Anya estaba muy nerviosa por el encuentro con Dimitri, el la había invitado a tomar un café.

— Eso estás hermosa, Dimitri se va a sorprender mucho.

— Por favor Ruperto sabes que Dimitri no me recuerda, si perdió la memoria.

— Pero puede que relacionarse más contigo recuerde algo del pasado.

— Vamos Ruperto desde que Dimitri perdió la memoria no recuerda quien soy yo.

— Bueno esperemos que recupere la memoria y te recuerde. Además mereces otra oportunidad.

— Bueno eso lo veremos ahora me voy a vestir y ponerme hermosa, hoy es el día veré a Dimitri en una de cafetería para comer y tomar algo.

— En serio Anya deseo que tenga suerte y que Dimitri recuerde su pasado.

— Bueno gracias Ruperto.

Anya estaba muy emocionada por aquel encuentro, Dimitri y ella se verían después de mucho tiempo. Ella habia pasado por mucho y ahora quería darse una oportunidad de nuevo.

Mientras que Dimitri estaba muy emocionado por ir a ver a la chica que el había conocido en la fiesta. Su familia estaba muy contento de verlo feliz.

— Uyy hermanito está muy guapo vas a ir a ver a la mujer misteriosa que conociste en la fiesta.

— Vaya que interesada eres Sabrina, será que me dejas tranquilo.

— Pues fijate que no, quiero saber de ella así que pregunta todo Dimitri. De donde es a que se dedica, sabe que no quiero que te hagan daño, sabes que te quiero mucho.

— Yo igual hermana, así que deja que me termine de arreglar sal de mi cuarto para poder hacerlo.

— Uyy vaya... Que humor.

— Sabrina Volkov no me irás a ver desnudo.

— Hay por Dios hermano, mejor me salgo. Y antes de irte mamá quiere hablar contigo así que ya sabes.

— Cuando me dejes terminar de arreglar, voy hablar con mamá y ver a mi pequeña hija.

— Uyy hermanito está mal humorado.

— Ya lárgate de aquí Sabrina.

Su hermana sale de la habitación de él, y se queda mirando el espejo de la comida. Cuando un recuerdo invade su mente. El susurró de una mujer invadió su mente. —¿Mi bebé? — ¿Por favor ayúdeme?

En ese momento el se pasa las manos por la cara y estaba sudado, que luego se sentó en la cama y se pasó de nuevo las manos por la cara y luego un dolor lo invadió. Luego al momento se le quitó, pero aquel susurró de aquella mujer que siempre le decía algo, no la podía olvidar. Se levantó y se fue a ver a su madre, sabía que ese dolor ya se hacía presente a cada rato de su vida. Al entrar en la habitación de su madre este le dice.

— Madre, quieres hablar conmigo.

— Si hijo necesito decirte algo.

— Dime mamá que pasa.

— Hoy hablé con una amigo que es médico especialista en perdida de memoria, quiero que vayas a verlo lo más pronto posible.

— Mamá vas a comenzar de nuevo con esto, sabes que estoy bien.

— Dimitri Volkov soy tu madre y aunque ya eres un hombre me preocupo por ti, así que quiero que veas a este amigo, así que no espero un no por respuesta, quiero que estés bien, no quiero un hijo que en cualquier momento te pase algo.

— Mamá pero ya, no hemos hablado de ello, te dije que iré pero no ahora, no quiero visitar un medico.

— Ya hablé Dimitri eres mi hijo, así que vas a ir a ver ese medico mañana sin poner pero o chistiar.

— Esta bien madre, pero ahora tengo que ver a mi hija y voy a salir también.

— Ya se a donde vas, tú hermana me contó a donde vas y con quién te vas ha ver.

— Mamá porque está tan pendiente de lo que hago, no soy un niño, ya soy un hombre mayor.

— Si un hombre mayor que se dejó engañar por una mujer, que murió que solo recuerdas lo bueno de ella, no las cosas malas que te hizo, además también está...

Anadayatj se quedó callada ya le iba a decir el nombre de la joven que no recordaba, así que su hijo se quedó mirándolo y le dice.

— Mamá te has quedado callada, que quieres de mi, sabes que me ha costado recordar cinco años de mi vida, eso cinco años son una laguna para mí que no existe, solo me acuerdo de Ana y ese hombre que siempre andaba con ella, deja eso en el pasado Ana ya está muerta.

— No voy a insistir más pero quiero que vayas con mi amigo y será la últimas vez que me meta en tu vida.

— Está bien mamá, trataré de ir mañana a su consultorio.

Su madre se acerca a el, y le pellizca los cachetea y le sonrie.




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