Bajo la Sombra del Zar

Capítulo 38

Más tarde, Patón estaba pensando que trampa hacerle a Anya. En esos momentos haría cualquier cosa por ella. Patri sonrió. En ese momento había una mujer a su lado.

— Voy a ir a vestirme. ¿te parece?

Patón se relajó, comprendiendo el significado de sus pensamientos.

— Ya te vas je hermosura.

— Si, Patón espero volverlo a ver de nuevo, eres una buena compañía.

— Yo también digo lo mismo. —le dice el a la mujer que estaba al lado de el.

— Bueno ahora sí me visto y me voy. Espero que nos podamos reunir de nuevo.

— Yo te aviso Dayanara.

La mujer después que se vistió salió de la casa de Patón dejándolo solo. El se levantó y miro por la ventana de su cuarto. En ese momento entra uno de sus empleados y le dice.

— Buenos día señor, todo está listo.

— ¡No sabes lo contento que estoy! —exclamó Patón volviéndose y mirando al empleado — Puedes retirarte, dile al chófer que en un momento salgo.

— Si señor.

El empleado se fue, y dejó a Patón solo este se comenzó a vestir.

— Voy a ir por ti Anya, y está vez seras mía para siempre.

Mientras en la cafetería allí estaba Anya esperando a Dimitri. Ella está mirando todo a sus alrededor y estaba muy nerviosa. Hay salido con la intención de compartir con Dimitri, pero ella se sentía feliz pero a la vez un poco inquieta.

— Buenos días señorita va a pedir algo.

— Disculpe estoy esperando a alguien.

— Ok, señorita la dejo cuando quiera pedir solo tiene que decirme.

— Gracias.

Pasaban los minutos y Anya miraba el reloj no sabía que hacer si quedarse o irse y no ver a Dimitri. Una vez en el interior del local Dimitri echo un vistazo a las mesas en busca de una mujer de cabellos rojos sola. Cuando la consiguió alli estaba ella en un rincón de la cafetería.

Anya levantó la vista y allí estaba el frente de la mesa, donde ella estaba sentada. Aquella mujer era la más atractiva que el había mirado. Dimitri se acercó a ella y el dice.

— Eres hermosa princesa.

— Hola. —fueron las únicas palabras.

— Eres mía verdad, me imaginé lo hermosa que eres, aunque no te haya visto tu rostro.

— Puedes sentarte, tanto vas a estar allí parado.

— Gracias y disculpame por ser falta de respeto.

— No te preocupes, más bien llegue tarde debería de ser yo el que tuviera esperándote.

— Bueno ya no han nada que hacer, además estamos aquí porque querías concierne Dimitri cierto.

Cómo no ser cierto y ella lo conocía bien. Pero el no a ella con su falta de memoria.

— Bueno Mia, podemos hablar de lo que tú quieras.

— Te diré que la mesera ha pasado varias veces por aquí, si quieres podemos pedir de una vez.

— Claro, que quiere tu.

— Tal vez un café y una pasta.

— Entones esos es lo que quiero yo igual, y así comenzamos las preguntas.

— Eres muy gracioso, Dimitri.

— Que tal si después de comer vamos a caminar a un parque.

— Bueno porque no Dimitri, creo que sería muy interesante caminar a tu lado.

— Nunca antes había conocido a una persona como tú.

— Siempre hay un primera vez, no crees sería genial eso, y haci podemos hablar mas y saber mas del uno y del otro.

— Bueno vamos a comer y luego ir más allá de esta cita Mia.

Pero con lo que no contaban era que Patón estaba cerca de allí, observándolos a los dos y muy seguro de que Anya sería suya siempre.

— Bueno días señor, quiere algo de comer.

— Si, un café gracias.

— Ya se lo traigo señor.

Cuando la joven se va de la mesa, de nuevo se queda mirando a los dos. En ese momento llega una hermosa mujer.

— Hola Patri y para que me has llamado, que quieres de mi.

— Siéntate que vamos hablar algo importante.

La mujer se sentó y miro a Patri con cara de seriedad. Luego miro a un lado de ella, hacia la mirada de él, a una mesa con dos parejas muy jóvenes y elegantes.

— Vaya que pasa aquí Patri, te llama la atención de aquella pareja, no sabía que tenía esos gusto.

— No pienses lo que no es, Marion solo quiero que me ayudes en algo.

— Que será mi querido amigo.

— Ya sabes que observó aquella pareja, bueno quiero que hagas algo por mi.

— Vaya que es lo que quieres que haga por ti.

— Después te digo, vamos a comer.

— Está bien.

La mujer se quedó viendo, a las dos personas y miraba a Patri.

Ella se imagino que algo se tramaba Patón con esa pareja.




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