En ese momento volvió la mesera que había atendido a Anya antes y esta le sonrió. Dimitri en ese momento cambio de parecer y era mejor pedir para comer.
— Hola, ya no queremos café y pasta, nos podría decir el menú de hoy.
— ¿Entonces han decidido qué van a pedir?
— Sí, ya hemos visto la carta, y me gustaría un ramen de cerdo con extra de huevo, por favor. —le dice Anya responde.
— Y para mí, un ramen de miso con tofu. ¿Podría agregar un poco de picante?
— Por supuesto. ¿Les gustaría algo de beber?
— Un té verde para mí.
— Yo tomaré una cerveza japonesa, por favor.
— Perfecto, en un momento les traigo sus bebidas.
Después de unos minutos, el camarero regresa con las bebidas y los platos de ramen.
— Aquí tienen, disfruten su comida.
— ¡Gracias! Este ramen huele delicioso.
— Sí, se ve increíble. ¡Vamos a probarlo!
Al rato el camarero vuelve a la mesa con ellos.
— ¿Todo está a su gusto?
— Sí, todo está delicioso. Gracias.
— ¡Gracias! Nos encanta este lugar.
— ¿Les gustaría ver el menú de postres?
— Claro, ¿qué nos recomienda?
— Nuestro mochi de té verde es muy popular, y también tenemos dorayaki relleno de crema de frijol rojo.
— ¡El mochi de té verde suena perfecto! Pediremos uno para compartir.
— Excelente elección.
Enseguida se lo traigo. Anya estaba muy contenta por qué Dimitri estaba allí al lado de ella, y también que había cambiado mucho después que él había perdido la memoria.
— ¿Qué pasa por qué me miras así hermosa Mía?
— Solo que me encantas como disfruta tu comida, nunca te había… —Anya se calló en ese momento ya iba a cometer un error.
— Que querías decirme Mía con eso.
— Nada Dimitri solo te observo.
Los dos disfrutaron de aquella comida y era hora de ir a caminar por el parque. Después de pagar la cuenta se fueron de allí, Anya se sentía feliz porque estaba al lado del amor de su vida. Para ella era el momento de que todo cambiara en su vida.
— Te gusta este lugar Dimitri.
— Es hermoso aquí traigo a mi hija, mi pequeña cuando no hay nada que hacer.
Aquello le sorprendió a la pobre Anya que pensaba que había perdido a su hija, lo miro y luego miro al lago y le dice.
— Que bueno que tengas una hija Dimitri, debes ser un padre muy bueno.
— Si mi hija llego en el momento que la necesitaba, pero háblame de ti Mía que haces, tienes familia.
— La verdad que no Dimitri, no tengo hijos, mis padres murieron mi. Solo tengo dos amigos que parecen mis hermanos, pero los quiero mucho a los dos.
— Bueno, espero conocerlos algún día, espero también que conozca a mi familia.
Anya se puso tensa en ese momento porque sabía que la madre y hermana de Dimitri, la conocían y eso sí que ella no quería que la viera. Pero en algún momento tenía que enfrentar todo aquello. Ella y Dimitri sequían caminando por el parque hasta que llegaron a unos banquitos que se sentaron allí. Dimitri en ese momento se sentía feliz.
— Vaya, este lugar es hermoso, me encantan.
— A mí me fascina porque tú estás aquí conmigo preciosa, eres la mujer que soñé.
— Como es eso que la mujer que soñaste Dimitri.
— Sí, eres tu esa mujer que siempre soñé para mí, para ser feliz al lado de ella.
— Dimitri si apenas me conoce.
— Es verdad pero es como si te conociera de siempre, no se lo siento en mi corazón. No sé cómo explicarlo pero es verdad eres esa mujer que falta en mi vida.
— Vamos con calma, Dimitri, sé que tal vez no soy esa persona perfecta.
— No digas eso Mía, eres una mujer hermosa, y la verdad que me atraes mucho, déjame enseñarte lo bello que es el amor.
En ese momento ella le salen unas lágrimas y recordó la primera vez que conoció a Dimitri y como él la ayudó en todo con ella y su hija. Pero ahora era diferente, había pasado por mucho. Y estaba vez ella no dejaría pasar esa oportunidad con Dimitri. Además, le había dicho que tenía una hija. Y tenía ganas de conocerla.
— En que piensa Mía, estás ida. —dijo él observándola.
— Nada solo pensaba que la vida es hermosa, que a veces da otras oportunidades para ser feliz.
— Que me quieres decir con eso, quieres algo conmigo Mía.
— Dejemos que el tiempo diga lo que tenga que decir, esperemos al tiempo.
— No sé qué tanto debo esperar pero me encantaría saber de ti Mía.
Los dos se tomaron la mano y volvieron a caminar por el parque, pero esta vez tomados de las manos como una pareja muy hermosa.