Bajo la Sombra del Zar

Capítulo 44

Al día siguiente Dimitri sale con su madre al médico. Ya se había resignado y había echo caso a su madre, no soportaba los dolores de cabeza y tampoco los desmayo debido a ello.

— Bueno días, a que debemos su vista señora Volkov.

— Buenos días Darius, cómo verás traje a mi hijo para que lo examines, ha tenido muchos dolores de cabeza y tambien desmayos.

— Está bien y cuántos años tiene su hijo.

— Mi hijo es un hombre ya mayor de cuarenta y tantos.

— Ya entiendo, y dígame qué le ha pasado, porque no ha ido a un médico, y viene conmigo.

— Porque se que es un buen especialista y quiero que lo vea y se sus opinión en ello, quiero saber si mi hijo puede recuperar parte de su memoria.

— Por eso ha venido conmigo señora Volkov, sabe que me especializó en perdía de memoria. Pero que también implementos otros metodos ortodoxo a mis pacientes.

— Lo sé por eso he venido con usted quiero que ayude a mi hijo, quiero que recuerde cinco años de su vida que el ha borrado.

— Y su hijo vino con usted, o esta aquí por el para averiguar de mí trabajo.

— No, mi hijo está allí afuera, esperando que lo atienda, es un hombre muy testarudo pero bueno ya está aquí y quiero que lo ayude.

— Está bien señora Volkov, le diré a la secretaria que lo haga pasar para hablar con el, mientras usted lo espera afuera.

— Está bien.

Mientras ella salió la secretaria lo llamó para que el entrase, en ese momento miro a sus madre. Está solo lo beso en la frente y se fue a sentar en una de las sillas que estaban allí en la sala de espera.

Al entrar Dimitri al consultorio mira todo a su alrededor, y luego al médico que estaba en el escritorio revisando algunos papeles. Este revisaba unos documentos cuando subió la alzó la cabeza y miro a Dimitri.

— Me imagino que eres Dimitri.

— Vaya mi mamá es buen informarte.

— La señora Volkov siempre ha sido una buena amiga y quiere que atienda a su hijo, su único varón.

— En serio que mamá le informo bien de la familia.

— Claro, ahora siéntete y hablemos.

— Que quiere que le diga que mi madre me trajo aca, porque está preocupada por mí.

— Una madre siempre se preocupa por sus hijos, además ella quiere ayudarte deberías de ser más atento a eso.

— Y usted que sabe de ello, esto me está fastidiado debería de irme de aquí.

— Vaya... Usted cree que con irse de aquí mejorará su actitud señor Dimitri Volkov, es mejor que se quede tranquilo y hablemos de lo que acontece en su vida. Porque su madre me ha dicho que no recuerda cinco años de su vida y ella está muy preocupada por ello.

— Mamá siempre ha sido así, siempre se preocupa por uno.

— Ya dejé de hablar tantas tonterías y hablemos de su vida.

En ese momento Dimitri, hizo una pausa y reflexionó sobre ello. Miró al médico y luego sus manos.

— Ya veo que calmo sus inpulos. Ahora es mejor hablar dígame Dimitri porque no quiere recordar esa parte de su vida.

— No lo se, solo se que tuve un accidente y estuve muy grave y perdí parte de mi memoria, cinco años borrados.

— Por el informe que tengo en las manos usted, estuvo casado y también que conocio a una persona muy querida. Porque no recuerda esa parte de su vida.

— Ya le dije que no se.

— Seguro que no lo sabe, no será que no quiere recordar algo con su esposa que le pasó o alguna otra persona.

— Le he dicho que no se, solo recuerdo despertar en el hospital, solo eso.

— Bueno Dimitri ya veo que se niega a aceptar algunas cosas en su vida. Ejemplo que si esposa lo engañaba y lo supo y se volvió loco pero ellos y en un ataque de ansiedad fue tras ella y por eso tuvo ese accidente.

— No lo se ya le dije.

— Todo esta escrito en estos papeles que su madre me facilito, así que es mejor estar tranquilo, yo no quiero hacerle daño sino ayudarlo nada más.

— Si usted lo dice, pero la verdad recuerdo nada de.

En ese momento Dimitri se puso las manos en la cara, y un recuerdo vino a su mente. La sonrisa y la cara de una mujer hermosa, allí se quedó pensativo mirando al médico que lo atendía. No sabía que decir o que hacer al recordar ese rostro tan hermoso y una sonrisa. Pero también un reguero de pecas hermosas por su rostro. Y en ese momento pensó es si hija Irina que también tenía esas pecas por sus mejillas, de pronto mira al médico confuso.




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