La mirada de Paton se endureció y volvió a apuntarle con el arma en un costado, haciéndole gemir.
— Eres una mujer hermosa pero siempre con esa obsesión de amar a quien no debe y en especial a tu hija y yo este hombrecito.
Y le dió una cachetada con el arma a Anya, que ella calló al suelo, su pómulo se puso rojo y una pequeña ruptura en el la hizo sangra. Dimitri seguía con el dolor de cabeza, los ojos los tenía rojos y no podía moverse. Anya se levantó con fuerzas del piso y lo atacó, pero este la lanzo a un lado. Y apunto a la cabeza de Dimitri que estaba allí arrodillado con las manos en la cien, soportando en dolor intenso.
— Serás mía, sino este hombrecito se irá al infierno.
Con los ojos fijos en Dimitri, Anya dio un paso atrás. No quería que aquel hombre matara a Dimitri.
— Cuidado Anya, primero tienes que ser mia y de nadie mas. —dijo el hombre sádicamente, y la sujetó brutalmente por un brazo dejo a apuntar a Dimitri ya que lo veia que no estaba bien.
Paton se inclinó junto a ella y miró a sus ojos y luego la beso.
— Quieres que vuelva contigo deja que Dimitri se vaya de aquí. —Paton se rió a carcajadas.
— Nada voy a matarlo y después tal vez quizás te pase lo mismo.
— La policía te encontrará Y después que vas haces nada.
En ese momento se escuchó un silenciosa y alguien dijo.
— No... No morirán ninguno de los dos.
Paton gira rápidamente al oír la voz de un hombre, pero logró mantener la pistola en la cabeza de Anya.
— Vaya, vaya, vaya. —dijo, y sonrió. — Tienes ahora guardaespaldas Anya, mira pues quién iba a pensarlo.
— Déjelos en paz señor, sino lamentablemente esto terminará mal.
— Mal, como si tengo Anya apuntado su cabeza, o la quieres muerta.
— No, Antony no se acerque. —gritó ella con miedo.
Antony la miró. Vio el temor y la desesperación que reflejaban sus ojos. Estaba apunto de ser asesinada por aquel hombre que estuvo involucrado con todo lo que le había pasado, lo sabía por sus dos jefes. Dejo de pensar tenía la vida de Anya en juego. Bajó lentamente la pistola y la arrojó al suelo.
— Eso está mejor muchacho así nos ahorramos tiempo. —dijo Paton satisfecho.
— No se va a salir con la tuya señor.
El guardaespaldas se quedó allí parado sin poder hacer nada, pero Dimitri estaba ahora más cociente de lo que estaba pasando. Ya sus recuerdos habían venido a su mente y todo lo que había pasado y sufrido a causa de Ana y de su perdida de memoria.
— Vamos...
Paton dio la vuelta y apunto a Dimitri para accionar el arma. Pero Dimitri se levantó y forcejearon para que no le disparara. Anya grito de furia al ver cómo Dimitri forcejeaba con Paton.
— ¡Corre! —gritó a la vez que cerraba una mano en torno a la muñeca del hombre, para detenerlo.
Mientras Anya se alejaba, Dimitri apretó con todas sus fuerzas, la mano de aquel, para lograr que soltara la pistola pero no pudo. Con la pistola en las manos y el forcejeó, cañón apuntando en dirección al pecho de Dimitri. Luego el sonido del disparo se fundió con los grito de Anya. Y los dos hombres cayendo al suelo, luego un silencio, bullas de sirenas y todo una alboroto.
— Dimitri... Dimitri...
Cuando ella llegó a su lado este estaba respirando, y tenía mucha sangre en su cuerpo. Dimitri al verla la abrazó con fuerza.
— Eres tu amor, mi Anya mi sol, mi vida.
— Recuperaste la memoria, gracias a Dios.
— Ahora se que ha pasado con mi vida, pero estás aquí a mi lado.
Cuando llego la policía y la ambulancia. Atendieron a Dimitri y la policía luego hablo con ellos.
— Están bien, lamentablemente el hombre murió, y es uno de los hombres que hemos buscado por mucho tiempo. Pero ahora no va a poder hacer nada a nadie, y lo siento mucho por lo que pasaron.
Anya y Dimitri se miran y luego dice Dimitri.
— Quiero ir a casa
El policía los mira y luego les dice.
— Está bien los escoltara un patrulla a su cada, y lo lamento mucho.
Dimitri se levanta y se va con Anya y el guardaespaldas de ella. Pero a mitad de camino ver que sus madre y hermana venían corriendo. Cuando vean a Anya al lado de Dimitri se sorprenden las dos.