Bajo la Sombra del Zar

Capítulo 49

Anya escucho los consejos de Ruperto y Stefan, que había ido a la mansión de la madre de Dimitri esa noche al enterarse de lo ocurrido.

— Ese hombre ahora no va hacer más daño, ya está muerto y tú libre Anya.

— Si ahora hacer feliz, la lado de mi querido amor.

— Bueno esos nos alegra a los dos entonces mejor nos vamos ya sabemos que estás bien.

— Gracias por venir y estar pendiente de mi, ahora sí las cosas están dándose como debe ser.

— Anya te vamos a extrañar mucho.

— Yo a ustedes también.

Los tres se abrazaron y se despidieron de Anya, ahora estaban los dos seguro de que ella sería feliz.

— Ya se fueron tus amigos Anya, necesitamos hablar de nosotros.

— Está bien Dimitri vamos.

Dimitri la llevo al estudio y allí tuvieron conversando un buen rato, diciéndose todo lo que tenían que decir.

— La verdad no sé cómo pasó todo este enredo en nuestras vidas, se que fue nuestra mejor historia Anya, tuvimos muchos obstáculos para estar junto y eso nos afectó en alguna manera.

— Lo sé Dimitri no fue nuestra mejor historia, tú debías de protegerme se ser ese Zar que me protegiera pero no fue así, todo fue un inconveniente para estar juntos los dos, pasamos muchas dificultades para llegar aqui, a este final de nuestra historia. Pero podemos darnos un final feliz.

— Si, Anya lo sé así que vamos hacer de este encuentro un final hermoso, casemonos.

— Si Dimitri vamos a unir nuestra vidas y que seas esa sombra que me proteja.

— Entoces no esperemos mucho vamos a decirle a todo el mundo que nos queremos casar y lo demás que Dios quiera.

— Si, vamos a darle una familia a Irina y en un futuro hermanitos.

— Entones comencemos desde hoy.

Dimitri se acercó a ella y la abrazó y beso con el alma, los dos estaba tan felices porque la vida siempre tenía nuevas oportunidades y más para con ellos que se amaban.

— Que mi hermano y tu por fin se van a casar, eso me alegra mucho.

— Si Dimitri tiene pensado volver a Rusia y casarnos en la catedral.

— Vaya que no hermano está enamorado de ti, bueno mamá y yo tenemos que hacer esos preparativos de inmediato, no podemos dejarlo para luego.

Una semana después todo estaba listo listo para los preparativos de la boda, todo estaba en orden. Solo faltaba que Anya y Dimitri llegarán a la catedral para ser bendecidos.

— Estás lista Anya es hora de irnos a la catedral.

Ella le había dicho a Ruperto que fuera el que la llevará al altar, y la entregará era su mejor amigo y era como un padre.

— Voy.

En la majestuosa catedral de San Isaac, el eco de los pasos de Anya resonaba en las paredes de mármol. La luz de las velas proyectaba sombras danzantes, creando un ambiente místico y solemne. Dimitri con el corazón acelerado, esperaba en el altar, sus ojos reflejando una mezcla de esperanza y amor..

Anya avanzó hacia el, su rostro marcado por la determinación y el amor. Al llegar a su lado, Dimitri tomó sus manos con suavidad, sintiendo la calidez que emanaba de ella.

— Anya. —susurró. — Hemos pasado por tanto, pero aquí, en este lugar sagrado, quiero prometerte que nunca más estarás sola.

Anya, con lágrimas en los ojos, asintió.

— Dimitri, tú has sido mi luz en la oscuridad. Juntos, podemos enfrentar cualquier cosa.

En ese momento, el sonido de un órgano llenó la catedral, y los dos se arrodillaron, sellando su amor con una promesa eterna. La catedral, testigo de su unión, se convirtió en un símbolo de esperanza y redención, un lugar donde dos almas rotas encontraron lap az y el amor verdadero bajo la sombra del zar.




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