Bajo las luces de noviembre (próximamente)

Capítulo 8

Gia

Maratón 1/3

— Se ve como la mierda — murmura una voz femenina y seguido de eso una puerta cerrándose, trato de abrir los ojos pero me siento como la mismísima mierda, cada parte de mi cuerpo se siente como si cien camiones me hubieran pasado por encima sin remordimiento alguno y no contentos me cayeron a batazos.

 

Trato de moverme pero suelto un quejido cuando un punzada de dolor cruza por mi cabeza, abro los ojos poco a poco hasta que mi vista se acomoda, lo primero en ver es la pequeña lámpara que me encandila un poco, volteo el rostro cuando siento una cálida respiración en mi mano. El rostro de Ethan me sorprende, sus ojos me miran fijamente con el ceño fruncido. 

 

— Buenas, buenas dormilona — se para y me ayuda a sentarme, mi mejilla arde y la siento hinchada. — ¿Quieres algo para el dolor? — pregunta señalando la repisa llena de frascos y medicamentos. 

 

Niego con la cabeza, lo último que quiero es volver a pasar por una sobredosis, aún hay algo de marihuana en mi sistema.

 

— ¿Segura?, dudo mucho que a la enfermera le moleste que agarre una pastilla. — se acerca a mí colocando una mano en mi barbilla para examinar de cerca mi rostro, tanto que me sonrojo y desvió la mirada al piso. — tan bonita sonrojada — murmura cerca de mi mejilla, muerdo mi labio inferior y una pequeña sonrisa aparece, siento como el corazón golpea mi caja torácica con fuerza, el se aleja con una sonrisa llena de satisfacción en el rostro.

 

— Si Ethan estoy bien, ayúdame a bajarme de aquí sin que termine de cara al piso — no es que no pueda bajarme pero ahora mismo todo me duele y tengo miedo a que las piernas me fallen.

 

Se acerca a mí y coloca sus manos en mis costados, suelto un gemido cuando me aprieta con fuerza para bajarme él lo nota y me deja en la camilla, me alza la franela dejando mi abdomen al descubierto, debería gritarle o que mandarlo a volar por abusivo pero no hay nada sexual o malicia detrás de lo que está haciendo, toca con sumo cuidado los arañazos y pequeños golpes. 

 

— ¿Qué te pasó? — pregunta aun tocando mi piel.

 

— Me pelie con Camila — ruedo los ojos tratando de sonar obvia. 

 

— No te creo, vi la pelea, Camila  solo toco tu cara — me mira con ojos acusadores, todo en el grita que no me cree. 

 

— Solo... no preguntes ¿Si?. — no es algo de lo que esté muy cómoda para hablar.

 

— De acuerdo, no preguntaré, pero al menos déjame ayudarte con esto — miro mi costado y si que se mal, esta todo rojo e hinchado. 

 

— Esta bien, pero si preguntas — lo señalo con el dedo índice de manera acusadora, el le da un beso y se aleja a buscar algo en el estante. 

 

— Esto servirá — coloca varios algodones, gasas y un alcohol a mi lado — subo mi franela hasta la altura de mis pechos y él comienza a pasar el algodón con algo de alcohol por los rasguños, siseo cuando empieza a arder.

 

— Ya casi está — dice para tratar de tranquilizarme. 

 

Cuando termina deja las cosas aun lado de la camilla y me ayuda a levantarme pero un mareo llega de repente y la bilis se me sube. El se da cuenta y coloca una mano en mi espalda — solo respira profundo ¿Quieres agua? — asiento sin decir nada, el se voltea hacia el botellón de agua que ahí aun lado de la estantería.

 

Agarro el vaso desechable y le sonrió agradecida, tomo el agua de un solo golpe sintiendo como las ganas de vomitar desaparecen poco a poco. 

 

— ¿Mejor? — pregunta y asiento. 

— Me quiero ir, me enferma el olor a medicamentos — refunfuño. 

 

— Las clases están por terminar, podemos quedarnos en las gradas hasta la hora de salida.  — asiento distraída, veo mi bolso en el piso y me agacho para recogerlo, lo coloco en mi hombro y salgo de ahí con Ethan detrás de mí.

 

Mi teléfono suena en el fondo de mi bolso, me detengo para sacarlo, miro el nombre de mi mama en la pantalla y le hago seña a Ethan para que no hable. 

 

— "¿Alo?" — murmuro tratando de calmar el ligero temblor de mis manos. 

 

— El director me llamó diciendo que te peleaste con una chica de tu curso ¡¿Cómo es eso?! — grita colérica, aprieto los labios  en una línea recta y tensa, Ethan quien me mira sin entender alza una ceja, me alejo un poco de el con una ligera sonrisa. 

 

— Ella empezó, ni siquiera me defendí mamá, lo lamento no... — trato de disculparme. 

 

— ¡Y una mierda Gia! ¡Solo tienes una maldita responsabilidad y es estudiar! ¡No ir a meterte en peleas como una maldita callejera!. — sigue gritando, mi nariz empieza a picar y los ojos se me llenan de lágrimas.

 

— Mamá... — trato de tranquilizarla. 

 

— ¡Que no me digas mamá Gia! — asiento aunque ella no pueda verme. 

 

— Lo lamento Selena, no volverá a pasar. — un nudo se instala en mi garganta haciendo que hablar se vuelva una dificultad.

 

— Por supuesto que no volverá a pasara, por que si vuelve a pasar — su voz se vuelve escalofriante — te voy a mandar a un internado hasta que cumplas veintiuno

Trago grueso ante su amenaza — Entiendo... — murmuro.

 

Ella suelta un simple ok y cuelga, me limpio las mejillas, guardo el teléfono en el bolso, me doy la vuelta y Ethan parado mirando el piso mientras tiene sus manos en el bolsillo y se balancea de un lado a otro. 

 

— ¿Esta todo bien?. 

 

Rio de manera sarcástica y seca para terminar asintiendo con la cabeza.

 

— Si Ethan, todo está bien.

 

Aprieta los labios y asiente — De acuerdo... ¿Te llevo a tu casa?.

 

— No, prefiero caminar, pero gracias.

 




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