Bebé y Mamá de Conquista

Bebé y mamá de conquista

AD_4nXea8qJbFFck4AzraVXWJrkSeTrLiJg9TOeiSW7yAu2-q2LBhzW8ytr7MJOiBq48dHuNn769IY_LwV3ihLhJ9xCz_gzn-XKyXkRBDG-6Lke1iU_1BN1kvJg-UlU8CqHLt-Ea6NcBwQuJ3qoll7oJEAvQBn42?key=JTnWqqA4GCka6tisIMui3w

Nyssa

Han pasado dos días desde que llegamos al departamento y todavía siento el corazón en la garganta. No puedo dormir bien, no tengo hambre, y apenas puedo respirar cuando pienso en lo que me espera hoy.
La ciudad suena diferente. Hay ruido, movimiento, bocinazos, voces que suben desde la calle. Pero yo estoy aquí, quieta como una estatua, mirando el reloj por décima vez en la última hora.

—Tranquila, niña. Todo saldrá bien —me dice la señora Elvira con esa voz suya tan firme y maternal, mientras termina de acomodar los pañales y el biberón en el bolso del bebé.

—Eso espero, señora Elvira… —respondo, soltando un suspiro que me sale desde el fondo del pecho, ese lugar donde las emociones se arremolinan sin orden. Me paso una mano por el cuello, tratando de calmar la tensión que tengo acumulada desde que abrí los ojos esta mañana.

Camino hasta donde mi hijo juega con sus manitas, dando palmaditas al aire mientras se ríe con su león de juguete. Su hermosa risa siento que me atraviesa el pecho. Me arrodillo junto a él, sintiendo que mi corazón se fortalece porque él es mi centro, mi calma y mi motor.

—¡Oye! ¡Qué guapo estás! —le hablo con mimos a mi pequeño, acariciando su mejilla suave y oliendo su cabecita que huele a talco y a inocencia—. Eres un hombrecito, muy hermoso… y muy coqueto, ¿sabías? —sigo hablándole bonito, fundiéndome en esa mirada tierna y muy inocente que está fija en mí, mientras me sonríe con dulzura, y justo es hermosa carita lo que me recuerda por qué estoy haciendo esto.

—¿Estás listo para ir a hacer la visita más importante de nuestra vida? —le susurro, mientras le abrocho el suéter con manos que me sudan de los nervios—. Hoy, por fin, vas a conocer a tu papá, mi amor…

Trago saliva, sintiendo el nudo en mi garganta mucho más grande.

—Pronto lo tendremos frente a frente, y a partir de ese momento… seremos tú y yo contra el mundo, dispuestos a enamorar su corazón enojado. Seremos bebé y mamá de conquista… para lograr que papá se vuelva loco de amor por nosotros, ¿de acuerdo?

Él lanza un gritito agudo y feliz, como si entendiera, y aprobara el plan. Le doy un beso en la frente, sintiendo cómo su piel calienta la mía, y me invade un calorcito tibio que me ayuda a mantenerme en pie.

No sé cómo va a reaccionar él.
No sé si me va a gritar, si me va a rechazar, si me va a mirar con ese desprecio que tanto le dolió cuando lo eché de mi vida.
Pero sí sé una cosa: voy a enfrentar todo lo que venga, sin importar lo duro que sea, porque mi bebé crecerá con su padre, y yo viviré una vida entera con mi amor, de eso no tengo duda.

—Vamos, mi amor —murmuro, cargándolo en mis brazos, caminando con él a la puerta de salida, para empezar nuestro destino hacia la empresa de Mauricio, donde en aproximadamente una hora me presentaré como su nueva socia—. Vamos a conocer a papá. —Insisto con mis palabras, mientras que por dentro los nervios me siguen taladrando el corazón…




Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.