Todo el mundo tiene cicatrices. De una caída, de un raspón,de un golpe,de un corte. De una cirugía, de una quemadura.
Hay cicatrices físicas y hay cicatrices emocionales.
El bullying deja heridas emocionales difíciles de superar. Así también las pérdidas,los fracasos,la muerte.
Discutí con Irene. Mi regadera tenía el cabezal tapado con sarro. Paco me había dicho que el me traería uno nuevo y lo cambiaría, pero mi hijo había estado bastante ocupado con el trabajo. Trabajaba de tarde y salía a la una,se levantaba a las cinco y media de la mañana,para prepararse e irse a la universidad, no podía cargar a mi hijo con mis pequeñas necesidades domésticas.
Debía comprarlo yo, era incómodo bañarse con la poquita agua que salía por los orificios no tapados. Le dije a Irene que me acompañase a la ferretería a comprar el repuesto. Lo compraría y lo pondría yo misma. Le toqué la puerta de su habitación, pero ella no salió. Solo respondió que no quería salir.
-Irene-insisti - necesito que vayas conmigo-silencio- no puedo dejarlo para después.
-Madre, ya le dije que no quiero ir -silencio- porque no va usted sola?-
-Te sientes mal-
-No,no me siento mal -
-Acompañame pues-
Insistí. Por lo regular y en consideración a sus dos meses de embarazo,yo la hubiese dejado descansar, pero desde mi viaje a la sierra, los mareos eran más frecuentes, tenía temor de que me diese uno fuerte y estuviese sola.
-Irene por favor, necesito que me acompañes, ayúdame con eso, es solo un rato y nos devolvemos -
-Ya le dije que no quiero ir madre - su frustración iba en aumento y la mía también - porque no lo deja para después?-
-Irene,solo necesito cambiar esa regadera, es por las dos. Anda vístete y vamos -dije en tono más urgente.
-Ya le dije que no voy!, dígale a su hijito perfecto que vaya con usted!-
Se le subió el apellido y a mi también. Le iba a responder la réplica pero comprendí que era inútil. Ella no saldría sino quería. Así que,encomendandome a Dios para no desplomarme en algún lugar, me fui a parar un taxi. -"Mi Dios,que he hecho con esa niña"!- Entonces pense que en efecto yo también era una testaruda.
El domingo, Paco y Bianca venían a visitarnos. Paco se había dado cuenta de mis mareos. Y me dijo que me llevarían al doctor. Yo me reí y le dije que no. Estaba bien, se me iba a pasar. Pero no sé me pasó. Mañana me iría a consulta. Había esperado demasiado.
Mi pensamiento volvió a Irene. Tenía que llevarla al médico,a control prenatal y tenía que hablar con el novio. Nos habíamos retrasado esperando que Irene hablase con el, pero al parecer ella no quería verlo.
Tendría que citarlo yo.
Durante años, había intentado educar bien a Paco y a Irene,lo mejor que sabía y lo mejor que podía.
Cómo todo padre y madre, reconozco que muchas veces me equivoqué. - Mira a tu hermano - le decía yo a ella cuando hacía algunos de sus muchos berrinches -saca buenas calificaciones, nunca me han llamado de la escuela -con esas palabras le daba yo una estocada al corazón de mi hija. Y es que Irene era una mezcla de temperamento colérico - sanguíneo - melancólico. Sí, predominantemente colérico. Irene era una joven muy bonita, pero con un genio pocas pulgas. Era directa y algunas veces poco empática. Estaba encerrada en sí misma.
Irene era una exelente estudiante cuando quería. Tenía comprensión lectora y retenía con facilidad las lecciones.
A la luz de los años comprendí que Irene estaba reaccionando a los años de enfermedad y después a la muerte de su padre y tenía dificultad para procesarlo y aceptarlo.
Irene amaba a Francisco y está demás decir que Francisco amaba a su hija profundamente.
Cuando Irene no quería hacer sus tareas de la escuela, Francisco al verme lidiar con ella me decía - déjala, la hará más tarde -
Yo insistía que debía hacerla en ese momento y comenzaba la fricción.
Cuando Irene peleaba en la escuela,lo cual me causaba bastante molestia,le regañaba y la castigaba.- No tienes permiso de salir,si me entero que saliste, ya lo verás -
La niña se rebelaba en contra mía, y de mis reglas. Ella descubrió con el tiempo, que si llevaba el asunto a su padre, él generalmente la apoyaría y la dejaría hacer lo que quisiera.
Eso llevaba a desacuerdos entre Francisco y yo.
-La consientes demasiado y no me respeta - decía yo.
-Eres demasiado dura con ella - decía el.
En la secundaria se rebeló aún más. Se "volaba" (no entraba ) las clases. Retaba a sus maestros,si alguien la agredía,se peleaba a palabras y golpes. Irene estaba enojada con el mundo.
Yo no lo entendí, hasta mucho tiempo después lamentablemente. No entendí la mejor manera de cuidar, tratar y educar a Irene y a Paco.
Paco e Irene querían a su padre sano, Paco lo manejaba esforzándose, procurando solucionar sus problemas solo, no se quejaba más de lo necesario. Mi hijo se guardaba muchas dificultades que pasaba solo para él,para no preocuparnos. Irene en cambio, se volvió irritable y huraña e hiriente.
Lo que yo no sabía era que, Irene no quería solo recibir regaños, quería que yo resaltase sus puntos positivos. Irene me echaba terriblemente de menos cuando yo trabajaba, pero no sabía cómo expresarlo.
Irene tenía ansiedad, ella veía a su padre enfermo y se enojaba, no sabía como lidiar con eso contínuamente. Irene como todos nosotros quería una familia normal.
Yo me sentía muy avergonzada y enojada con ella algunas veces debido a su mal comportamiento. Especialmente después de salir de alguna reunión de padres en la escuela, donde recibía quejas públicas de ella.
Yo la enfrentaba,le exponía los hechos y la castigaba. Ella me gritaba y se encerraba en su habitación.
-Irene - le decía yo- dime, ¿ dónde fuiste?,¿porqué no entraste a clases?,¿ Dónde estabas?-
-¡Yo no estaba haciendo nada!-
-Irene no estoy tonta,si no estabas en la escuela,¿dónde ? ¿te fuiste a Marte?- le dije con la voz en alto y sarcásticamente.