-No lo hagas así mujer - Francisco me dió uno de sus típicos regaños.
Ahí estaba yo con él y con nuestro hijo, haciendo un esfuerzo por amasar ese gran montón de lodo con agua y pasto y otras añadiduras que Francisco le había puesto.
-Es con los pies,con los pies -dijo acaloradamente.
-No me gusta con los pies - bufé.
-Te van a doler los brazos,como no tienes una idea, además no vamos a avanzar así,no seas terca -
- Amá,(mamá)-intervino Paco, mirándome con una especie de súplica,a mi hijo no le gustaba que discutiesemos- hágale caso a mi Apá (papá)-
Me levanté del suelo de tierra y me fuí a lavar a la pileta. Francisco siguió martillando ,estaba haciendo los moldes para los adobes cocidos que utilizaríamos en la construcción de la casa. Le había dado ya el primer amase a la mezcla.
Francisco había estado leyendo sobre construcción con ladrillo de adobe y también había visto algunos vídeos en Youtube. Desde ahí se había hecho fan,por decirlo de algún modo,de un documentalista español llamado Eugenio Monesma. Había escrito sus propias ideas en papel y ahora aquí estábamos, pisando el lodo enérgicamente.
Me subí el pants hasta arriba de la rodilla y me metí de lleno en la mezcla. Irene vino de dónde estaba jugando a meterse también.
Su vestido de verano ondeo al viento. Sus risas aligeraron la seriedad con la que los demás acometiamos la labor.
A pesar de mis desacuerdos con Francisco al respecto de la construcción de la cabaña, yo nunca podría olvidar esos momentos en familia.
Yo le había dado a Francisco mi "humilde opinión", en cuanto a que era mejor, buscar a alguien que hiciera los adobes o comprar barroblock. A lo que el se opuso. Yo tenía dos temores,uno,que se sintiese mal durante el trabajo y dos ,que no terminase, que se suspendiera todo y no hubiese avance,sino retraso.
-Ahorraremos dinero - había dicho. Yo no discutí con el en ese momento. Por supuesto que las fricciones entre nosotros existían, ambos después de años de matrimonio, expresabamos lo que sentíamos ,específicamente en los momentos de decisiones importantes. Debo reconocer que,era yo quien era más abierta y comunicativa en la relación, en cuanto a los temas de importancia.Francisco era más parlanchín que yo, en lo que no era de seriedad, pero muchas veces guardaba silencio en las decisiones importantes, prefería que yo me hiciese cargo, pero en cuanto a esto, el tomo el liderazgo del proyecto desde el inicio.
Durante todos esos años de enfermedad de Francisco yo había desarrollado ciertos tintes de ansiedad,y tengo que reconocer que incluso las semillas de esa ansiedad se habían sembrado en mí,desde que papá se había ido de la casa. Después se fueron desarrollando y creciendo. Cuando estaba ansiosa no actuaba con sensatez algunas veces.
Irene se estaba divirtiendo. Todos nos contagiamos de su alegría y Francisco entonces vino para unirse a nosotros ,mezclando con la pala y luego con los pies,para darle al barro su punto final.
Olvido.
Ella intentó alimentar a Francisco, pero el no podía mover la boca para tragar. El alimento se le escurrió sobre una comisura del labio. Lo intentó de nuevo.
No sabía que hacer. Ella le hacía las papillas, los calditos y procuraba seguir las instrucciones de los médicos.
Pero la mayor parte del alimento se escurría. Si Francisco no se alimentaba,no podría recuperarse. Ella haría todo lo posible por qué él se recuperase.
Llamó al médico y el sugirió inclinarse la cabeza hacia arriba y dejar entrar el alimento con una jeringa.
Francisco tenía la mirada vacía. Ella lo atendía y procuraba que el estuviese limpio y su habitación aireada. Francisco no la reconocía a ella,ni a sus hijos. No podía hablar y no tenía movilidad en las extremidades.
Ella le había dejado su cama matrimonial a él y se había conseguido un catre para ella. No quería lastimarlo con algún movimiento brusco durante su sueño.
Con el pasar de los meses, ella consideró necesario, hablar con la familia de Francisco y exponerles la situación.
Lo que sucedió después hizo su vida más complicada.
La madre y las dos hermanas de Francisco llegaron un fin de semana. Y se quedaron durante más de dos meses.
Ella no hubiese tenido ningún problema,e incluso hubiese restado importancia a las incomodidades y las carencias, si ellas hubiesen venido solo para ayudar.
Por supuesto que la mamá de Francisco se hizo cargo de ayudarla a alimentarlo y atenderlo, pero su cuñada menor,se quedaba sentada, incómoda y su cuñada mediana, con su voz suave y dulce decía comentarios que sembraban incomodidad aquí y allá.
Intentaba hacer ver que estaba pendiente de su hermano pero la realidad es que no hacía mucho por el. Después de un corto apego y compasión,se iba a la tienda,al parque y se olvidaba que en casa se necesitaba su aporte, aunque fuese poco.
Lo que más molestaba a Luz es que se llevaba a Irene. Irene era una mente impresionable por aquellos tiempos.
Elena ,su cuñada mediana, seguía haciendo comentarios cruzados cuando estaba en casa. Se daba a la tarea de decirle a Luz, con esa cara amable y palabras halageñas que hiciera las cosas de un modo y otro.
Pronto,se gasto el dinero que habían traído para pasar unos días con su hermano y le pidieron a su padre que les depositara,pero el suegro de Luz dijo que ya no podía depositar más dinero.
Después de un mes, Luz a pesar de querer llevar la fiesta en paz,estaba cansada de tener que lidiar con sus propios desafíos diarios,con los de su familia y con la salud y gastos de la casa y de su esposo y encima los comentarios de su suegra azuzados por su cuñada.
Llegado el momento, cuando la señora quiso alargar su estadía o dejar a una de sus hijas con ellos para ayudar, Luz categóricamente dijo:no.
-No tengo dinero para mantener a otra persona - su esposo,si hubiera podido hablar, hubiese puesto el grito en el cielo por sus palabras.