Si hubiese escudriñado cuidadosamente la expresión de los ojos de Ulises, hubiese caído en la cuenta de cuánto me amaba. Me había soltado. Me había dejado porque yo así lo quise.
Considero que,las luchas más importantes del ser humano,se desarrollan en la mente y el espíritu. Esa parte de nuestro ser que siente,desea, y se duele o se exulta de felicidad.
En la mente,se acomodan las dudas, los temores,las inseguridades y las ansiedades.
Cuando Luz se sintió sobrepasada, hablaba con Dios. En su mente, a solas en su habitación. Oraba y como nuestro Señor en el Getsemaní, derramaba su alma.
Refugio.
Mi Refugio y paz, encuentro en tí,
Quiero yo darte a tí,mi herido corazón.
Que solo tu mano fiel,me pueda sanar y darme paz.
Paz en medio de mi tormenta.
Quiero darte a tí, sí a tí Jesús, mi turbación, aquello que asusta y roba de mi alma la paz.
Quiero entregarte a tí,mis fracasos,mis derrotas,mi dolor y mi ansiedad.
Quiero en tí encontrar,nuevas fuerzas para mí día enfrentar.
Has experimentado lo que es vivir la ausencia de alguien que amas?.
La pérdida de un ser amado viene en distintos paquetes.
Pueda ser que ese ser que tú amas haya fallecido, o tal vez,tu pareja te abandonó y se fue. O tal vez,tu ser querido, fue secuestrado o desaparecido ( tristemente, y por distintas causas,se ha vuelto bastante regular en nuestro país) y nunca lo has visto de nuevo.
La ausencia de alguien, también se vive de una forma trágica y terrible cuando la persona está junto a tí, pero a la vez,no está al mismo tiempo.
No cumple su rol en tu vida y en su familia. Se aisla,se autodestruye y te arrastra consigo. Personalmente creo que,está y la ausencia por desaparición forzada o secuestro,son las peores ausencias para sufrir.
Todos los tipos de ausencia tienen características comunes: ausencia, recuerdos, culpa y dolor.
La ausencia de Ulises en la vida de Luz, volvió sus días tristes y meditabundos. Y es que Ulises le había mostrado un mundo diferente al que ella conocía,su propio mundo.
La frase trillada de: Hay personas que dejan huella, había resultado ser completamente cierta.
Ulises había dejado su huella de amor en la vida de Luz.
Ulises la había valorado. Para él, ella era una estrella, brillante, bella y benigna,y no había escatimado en mostrarle su amor,su aceptación, y lo valiosa que la consideraba en su vida.
Para él, ella era como un diamante.
La separación no fue fácil para ninguno de los dos, pero Luz llevaba la carga mental de la decisión final.
Ulises por su parte, aún estaba cayendo en la cuenta de lo que había sucedido. El dolor de perderla estaba llegando a su corazón lento y aserrado.
Luz,era todo lo que él había deseado en una mujer. La mujer que quería junto a él para toda la vida.
Luz era benéfica,como un rayo de sol,para su vida del día a día y para su corazón. El supo, en cuanto la conoció más a fondo, que podía confiar en ella y no sería traicionado.
Ella era su otra mitad. La otra mitad de su corazón. Ella se preocupaba por él,por sus intereses,por su salud, por su alimentación.
Ella le hacía comida casera,ella oraba con él en las dificultades, ella le sostenía la mano, sonreía y le decía lo guapo y valiente que era. La amaba profundamente.
Ahora,ya no la tenía más. Luz había desaparecido de su vida por voluntad propia.
Porqué?.
Esa pregunta rondó la mente de Luz algunos meses después de la ruptura. Porque, aunque le dolía el corazón terriblemente, sentía muy dentro de sí misma, que estaba haciendo lo correcto.
Pueda ser que pienses querido lector que Luz era una loca. Loca por sentir que estaba haciendo lo correcto, que ante los ojos de Dios, ella estaba bien, que tenía su conciencia tranquila.
Pero sí,la duda llegaba algunas veces lenta e implacable, avasallante, arrolladora e inmisericorde.
Sí,hubo quienes pensaron que Luz era una tonta, tonta por dejar a un hombre exelente, bueno, trabajador, amable y encima guapo. Porque como he dicho antes, Ulises era un hombre muy guapo que atraía las miradas y atención de otras mujeres. Encima,como la cereza del pastel,se podía decir a cabalidad que, Ulises era un hombre fiel.
Qué más quería está mujer?
Al conocimiento de sus propias pérdidas personales, Luz había sufrido desde que era niña. Pero cuando más estaba necesitada de fuerzas y de amor, había encontrado a Dios. En él, ella había encontrado su provisión de paz y un refugio seguro. Y esa provisión no le fallaría en este tiempo de necesidad.
Ella estaba convencida de que era amada por Dios.
Alzó los ojos al cielo,una noche que regresaba del trabajo. Juan su amigo taxista,la llevaba a casa. Miró por la ventanilla del coche. Era raro, pero se distinguían unas pocas estrellas en esa noche de ciudad.
"Cuando será, Señor del cielo y de la tierra, que yo vuelva a ver,al que ama mi alma"?
Cómo deseaba ,aveces hasta el dolor,enviarle su amor,a través del tiempo y el espacio. Que el supiese que ella seguía amándolo. Que fuese consolado y tuviese esperanzas. Esperanzas?, de qué? Pensó contrariada y triste. Lo que había hecho no era un juego. Ella no podía alentar esperanzas. Ni en ella,ni en él.
Entonces entraba en su mente humana el desánimo y pensaba que,tan diferentes que eran la mente masculina y la femenina, era muy probable que Ulises, lastimado y herido, hubiese decidido olvidarse de ella,pasar página e iniciar una nueva vida donde ella no tenía lugar. Era probable?, era posible que Ulises deseara tan pronto dejarla tras de sí? Él tenía su libre albedrío, podía decidirlo, ella había decidido ya. Era completamente su responsabilidad.
En los meses siguientes, Luz se esforzó penosa y trabajosamente por continuar con su vida.
Penosamente porque ella no lo había olvidado,y trabajosamente, porque debía trabajar pará ganarse la vida y al mismo tiempo sobrevivir a la ruptura.