Bendita Cotidianidad.

El aparente silencio de Dios.

El hecho de que hagas lo correcto,no garantiza que tengas resultados buenos de inmediato, garantiza buenas consecuencias a largo plazo. Tampoco garantiza que te sentirás bien, luego de hacerlo, pero esa disciplina traerá con el tiempo, buenos frutos a tu vida, después de ser ejercitado en ella.

Un instante.

Un instante de ternura, una palabra amable, para saber que te importo.

Una consideración,una gentileza.

Un suave toque,de tus manos en mi cara,una oración por mí,una píldora para el dolor.

Un oído atento,a mis penas en el mundo,un beso mudo en la cabeza,un abrazo sentido.

Un instante de ternura,de tus ojos que me miran,de tu risa que se extiende y me llega al corazón.

Una mano tendida que me impulsa hacia adelante,una voz serena que me dice mis verdades, que me desea lo mejor, que desea que sea fuerte, valiente,en Dios.

Un instante de conexión poderosa,sin necesidad de palabras, sabes lo que tengo dentro, sé lo que hay en tu corazón.

En el silencio.

Habitar en el silencio de Dios no es fácil. Algunas veces, será formular preguntas que no serán respondidas. Es la verdadera prueba de fuego para la permanencia en la fé en Dios.

El silencio para Luz duró más de un año. En una ocasión incluso, volvió a la ferretería donde Ulises trabajaba,con la esperanza de verlo, pero Ulises ya no estaba ahí.

Lucio,el antiguo subordinado de Ulises, había sido ascendido a gerente de sucursal en su lugar.

-Lucio- Luz lo miró con timidez,- sabes algo de Ulises?

Lucio se aclaró la garganta, miró hacia los lados. El sabía que no debería dar información personal de ningún empleado o ex empleado. Pero Lucio conocía en cierta medida la historia de Luz y Ulises, y verla, simplemente le hizo sentir un poco de empatía.

-Creo que está en M. Su familia se mudó allá y poco tiempo después él también se fué -

Luz, que se había mentalizado para recibir información poco satisfactoria,no dejó de sentir de todos modos una tristeza que le invadió el ser.

Al llegar a su casa,a la intimidad de su habitación, cerró la puerta con seguro interior y se tendió en la blanca cama en posición fetal.

La bola de emociones y expectativas que había sostenido toda la tarde dentro suyo comenzó a desbordarse.

La pequeña luz de esperanza que había guardado dentro de sí, de ver a Ulises, de cruzar con él alguna palabra amable, de saber que estaba bien,se había apagado completamente. Oscuro,todo estaba oscuro.

Ulises se había ido. Se había ido de verdad. Lloró. No con sollozos apagados, ahogados por su almohada,sino a clamor agudo y batiente. Daba gracias a Dios que Irene no estaba en casa. Paco estaba todavía en horario de trabajo y no había posibilidad que fuese a verla en ese momento. Gritó, gritó hasta que su garganta se enriqueció. Y lloró, hasta que ya no tuvo lágrimas que derramar. Ni fuerzas para sollozar.

"Que se muera la esperanza,y que se termine todo,y que yá no quede nada, que pueda doler ni un poco"

A partir de ese día, pasado,un año y días de la última despedida,Luz comenzó a vivir, poco a poco,como en piloto automático,al principio. Apática, encerrada, zombie.

Irene y Paco estaban preocupados por ella - Mamá,que te pasa?- preguntaba su hija.

-Estoy bien - sonreía un poco con desgana y cambiaba el tema.

Irene tenía ya seis meses de embarazo. Había intentado animarla,la había llevado a paseos,la había invitado a fiestas. La había reñido, debido a su apatía, indiferencia y a su falta de alimentos. Luz bajó unos diez kilos ese año.

Luz intentaba fingir. En su trabajo,a pesar de su baja de peso, se la veía sonreír, tranquila, siempre haciendo su mejor esfuerzo. Pero al llegar a casa, se deshacía de su sonrisa,se encerraba en su habitación y no le importaba nada más.

Irene comenzó a desesperar.

-Es que quieres morir mamá?- luz miró a su hija,con la mirada brillante y las mejillas deslucidas. El semblante flaco, flácido,casi transparente y culpable.

-Si- dijo. Irene se asustó y llamó a Paco.

Paco, Bianca e Irene,se dieron cita un sábado por la mañana para estar con su madre.

En los días siguientes Luz recordó las palabras que su hijo le había dicho.

- Mamá usted sabe que la amo y la respeto mucho. Lo que voy a decir,tal vez no le guste pero tengo que hacerlo -el pobre de su hijo, seguramente también estaba desesperado.

-Por qué terminó su relación con Ulises,si usted lo amaba?-

Los ojos de Luz brillaron dolorosamente, enfocando a su hijo.

-No era correcto que estuviésemos juntos. - titubeó - no era nuestro momento -

- Está usted segura de lo que está diciendo?-

-Si -

Hubo un silencio en la habitación.

- Sí usted realmente está segura, de que está haciendo lo correcto, porque actúa como si el mundo se hubiese acabado?-

-No cree usted que Dios tiene control de todo de su vida?,no cree usted que Dios sabe lo que es mejor para su vida?-

-Lo creo -

-Puede usted ayudar a Dios, para que las cosas se den como usted quiere?-

-No-

-Quiere usted luchar contra su propia conciencia?-

-No-

-Entonces madre, que es lo que usted si puede hacer?- se le salieron unas lágrimas entre sentimientos y vergüenza de que su hijo estuviese dándole una lección.

-Soltarlo- poco a poco,el entendimiento le fue abierto. Ella podía soltar a Ulises,en las manos de Dios. No había mejor lugar que esas manos benditas para guardar y sostener su vida. Entonces ella podía soltarlo completamente y descansar.

Descansar en Dios. Descansar en el hecho,de que Dios tiene control de todo, aún de lo que ella no podía controlar. Ahora sí estaba dispuesta a soltar a Ulises,su pasado,su presente y su futuro incierto en las manos de Dios. Inclinó la cabeza e hizo una oración. Sus hijos oraron junto a ella.




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