Bendita Cotidianidad.

Luz.

Luz realmente admiraba a Ulises. Admiraba esa valentía que había tenido y tenía ante la vida,admiraba como poco a poco se acercaba a Dios. Lo veía leer la Biblia con deseos de conocerlo más. Oraba con convicción.

Y Luz admiraba especialmente que, Ulises estuviese dispuesto a confiar en ella completamente. Después de su mala experiencia anterior.

Ella aún dudaba aveces. Aún le parecía un poco increíble que ella realmente fuese amada de esa manera. Cuidada, comprendida.

Es como cuando tienes cierto proyecto, cierta necesidad que tienes que cubrir. Haces planes, ahorras y luego,contra viento y marea, Dios te bendice y lo pones en marcha. Te gozas grandemente por el proyecto concluido,ves los beneficios que te trae, pero después, de alguna manera ves que te faltó esto o aquello y que aún necesita mejoría y comienzas a pensar si realmente valió la pena haber dedicado tanta energía y recursos a algo que aún no está en óptimas condiciones.

Es como si solo vieses lo negativo,no el avance.

Luz había estado contra corriente mucho tiempo, tanto que le parecía difícil de creer que ella mereciera tantas bendiciones.

Ulises la encontró llorando,unos días antes de la boda.

La abrazó silenciosamente, preguntándole que estaba pasando.

-Soy una incrédula Ulises, soy una incrédula y no quiero serlo,-dijo sollozando

- Porqué crees eso?-

-Tengo tantas bendiciones!,tantas!,y yo aún me pregunto si estoy va a durar,si aún tengo que esperar cosas malas que me sucedan a la vuelta de la esquina!- siguió llorando desconsolada.

Ulises la dejó llorar por un rato, hasta que se calmó un poco.

-Entonces...el meollo del asunto es, que no confías en Dios. Crees que él te está probando, que te sorprenderá con una tragedia o con una pérdida o con cualquier cosa adversa y mala en el futuro próximo,no es así?-

-Sii!!- dijo llorando de nuevo lastimosamente.

-Tal vez, estoy equivocado, pero creo que el problema tuyo,no es nuevo.- Ulises inclinó la cabeza hacia un lado.- creo que,todo se inició en tu niñez. Cuando tú papá se fue... cuando tú mamá tuvo que dejarlos para ir a trabajar... cuando tuviste que hacer de madre para Luis y para Claudia... Cuando te casaste con Francisco y las cosas no salieron como esperabas...- ella siguió llorando con más fuerza.- cuando te enfrentaste a los problemas económicos, cuando te sentiste incapaz de ayudar a Paco en la escuela, sabías que el estaba sufriendo, pero te sentías tan impotente,ante la maestra y sus modos - Ulises calló.

Ella siguió llorando, sacó un dolor muy agudo que la hacía gemir y gritar.

-Cuando te sentiste sola,con el mundo encima... Cuando tuviste que luchar contra tu propia negatividad y la enfermedad de tu esposo... Cuando lo perdiste.. Cuando te levantaste y seguiste adelante.

Cuando nos perdimos...- Ulises también estaba llorando silenciosamente - cuando Irene salió embarazada, cuando te quedaste de nuevo sola.-

-Ulises, querido! Quiero pedirle a Dios que me perdone, porque no confío en él. Se que estoy mal, sé que estoy mal -

-Luz ,querida Luz!- dijo abrazándola,- Dios estaba ahí durante todo el proceso.

-Entonces porque me dejó sufrir tanto!, porque no detuvo algunas cosas que me iban a suceder! Porque siento que el lo permitió y me hizo sufrir con ello!-

-Luz,querida mía, no sé porque,solo sé que debido a todo lo que sufriste,eres ahora la exelente persona que Dios usó para atraerme hacia él.-Tu no lo sabes,- le dió un beso en la cabeza - Pero brillabas tanto! Exudabas tanta gentileza y dulzura que, como una abeja,fui atraído hacia a tí. Las personas que sufren, permiten a Dios,entrar a sus vidas, piensan antes de herir a otros. Piensan en como se sienten los demás. Porque saben lo que duele. Tu piensas que eres afortunada por tener tantas bendiciones y yo pienso que el afortunado y agradecido por tenerte en mi vida soy yo.-

Ambos callaron un largo momento. Luz estaba pensando, estaba comprendiendo.

-Quiero orar. Quiero pedirle a Dios que me perdone, por no confiar en él,por no comprender. Quiero que me sane el corazón, quiero perdonar a todos los que me han hecho daño. Quiero ser libre de esta carga emocional. Quiero ser libre.-

Ulises le tomó la mano,y como pudo,hizo una oración sencilla con ella, pidiendo a Dios sanidad para sus corazones y que renovará su fé y su confianza en él.

Sanidad, sí sanidad emocional.




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