Benjamín

El gallo no es despertador

Así pase todo el día, trabajando rápidamente, concentrado y haciendo bien las cosas, siempre una situación así, te activa y te pone las pilas, o te aplicas o vas para fuera.

Llegue tarde a mi casa de trabajar, platique con mi esposa, sobe a Benjamín, y me dio sueño.

Me quede bien dormido, ya que trabaje muy duro, aplicadísimo como nunca.

De momento me desperté y brinqué del susto, vi la hora y eran las cuatro treinta de la madrugada, que alivio pensé.

Fui al baño sin hacer tanto ruido porque a mi esposa le molesta despertarse en la madrugada, tome un poco de agua, me asome por la ventana porque escuche un borracho gritar y mentársela a quien sabe quién y me asome por la ventana a ver a Benjamín, todo bien pensé, bostece y me recosté concentrado en agarrar el sueño rápidamente, cosa que conseguí fácilmente… paso un rato y brinque exaltado, veo la hora y ya eran las ¡siete cincuenta de la mañana!, me volví a quedar dormido, no escuche a Benjamín dije despertando a mi esposa, no te pares, ya me voy, le di un beso y salí corriendo.

--- Otra vez, me dijo llegando mi jefe, estaba exactamente en la entrada.

--- ¡perdón! Me quede dormido; para acabarla de chingar, es super mamón y me dijo:

--- Pase a ver a norma por favor por su liquidación, gracias.

Pensé, ¡que poca ma… !; no me gusta rogar por un trabajo, pienso que las cosas suceden por algo, así que acepté la decisión y di las gracias a mi jefe y a Dios por el trabajo que me dio para comer un buen tiempo.

Llegué a mi casa cansado por el estrés, y le comenté a mi esposa que ya no iba a trabajar ahí, que por llegar tarde me habían despedido; nunca le mientas a tu pareja, tarde o temprano se enterará de la verdad, a ti se te olvidará la mentira, pero a una mujer no, y tienen una habilidad para recordar y preguntar nuevamente lo que te paso, que si mentiste ya no te acordarás lo que le dijiste, lo primero que pensará es que la engañaste ese día con otra mujer, son problemas graves.

Le dije a mi esposa, no tengo otra más que comenzar el negocio de los chilaquiles, aprovechar que tienes algo ahorrado y me va alcanzar.

Al ver la ocasión para poner negocio y que tenía el capital para la inversión, me organice bien con mi esposa y nos dirigimos temprano a la Meche, la Meche es un mercado popular muy grande, aproximadamente unas seis hectáreas, llena de puestos y locales, ahí se encuentran todos lo que necesitas para iniciar un negocio, se vende: carne de todo tipo, frutas y verduras, todo al mayoreo y al menudeo a excelentes precios, encuentras cazos de cobre o inoxidables para hervir carne o derretir azúcar para fabricación y de dulces, encuentras todo tipo de dulces, ropa, contrabando, mesitas, sillas, sombrillas, trastes, herramienta y productos milagrosos, como son los productos naturales, chiles secos, sexo servidoras, drogas, etc. Les dije que hay de todo.

Ir a la Merced, de cariño la Meche, es realmente cansado, hay mucha gente, caminar mucho, ponerte muy listo ya que puedes encontrar un producto a diferentes precios, solo es caminar y ya, lo puedes encontrar hasta a mitad de precio,  así que si quieres comprar barato tienes que ver ir a varios lados, debido a que hay mucha gente eso lo convierte en un lugar peligroso, ya que hay ladrones que no pierden la oportunidad de robar a los comerciantes que llevan dinero para comprar, entran pocos vehículos porque es muy difícil transitar ahí, eso te obliga a caminar y caminar cargando tus cosas, hay estacionamientos que cobran caro por hora pero te puede facilitar tu transporte, muchos se trasladan en metro.

Nosotros solo compramos todo a buen precio, las verduras, los platos de unicel y la bolsa. Nunca pensé que fuera bastante mercancía al grado que el peso de la bolsa me lastimó el hombro y me cansó.

Prácticamente ya tenía casi todo, la mesita la conseguí en mi casa, solo era quitar unas cosas que tenía encima y ya se podía usar.

Con la preocupación de no quedarme dormido nuevamente, no podía dormir, así que mejor me levanté y comencé a preparar los chilaquiles verdes y rojos, acomode todo para salir y espere que ya fuera la hora para despertar a mi esposa.

Cuando la desperté se dio cuenta que ya solo era salir e instalarnos en el lugar, tomamos un Taxi que se pasó de listo, nos cobró cincuenta pesos más por echar cosas en su Taxi; ósea, nos cobró en total ciento treinta pesos cuando el viajecito es de ochenta pesos, ya ni modo, lo bueno fué que llegamos a muy buena hora, bajamos todo y nos instalamos y al poco rato comenzamos a vender.

Al transcurrir aproximadamente una hora llegó la doctora, saludo a todos en general, sin percatarse que nosotros también estábamos ahí vendiendo.

La gente seguía llegando y el plan empezó a dar resultado, ya ganábamos dinero, al ser casi las diez de la mañana salió la doctora nuevamente a comprar su desayuno.

--- Hola, buenos días, ¡señor Oliver, que milagro, ya vendiendo por acá!... me saludaba la doctora Yolanda, sorprendida.

--- Hola doctora Yolanda, buenos días, pues aquí miré, trabajando desde temprano, contesté un poco apenado.

--- ¿que ya no trabaja dónde estaba?, preguntó frunciendo sus cejas.

--- no, fíjese que no, le voy a decir la verdad, aunque no me lo crea... me quede dormido dos días seguidos, no escuché cantar a Benjamín, yo creó me cansé demasiado.



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En el texto hay: humor, aprender, aventura

Editado: 07.02.2020

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