— ¡Oh, aquí viene la dulce Rossy! —grita Jackie a dos chicos en la mesa.
—Hola —me siento al lado de ella.
—Bueno, ellos son... Al ricitos de oro ya lo conoces, es Drake —le resta importancia —. A su lado, el señor llevo mi chaqueta de deportista a todos lados es Morris, mejor amigo de mi familiar directo. Y éste a mi lado —agarra al pobre chico del cuello de su suéter haciendo que él ruede los ojos —, es Vincent, es inteligente.
—Es curioso que tengas un apodo para nosotros y a él solo le digas Vincent —dice Morris abriendo un paquete de Cheetos.
—Vincent, ¿te cabrea que te llame por apodos?
—Sí —Jackie le da un zape en la frente.
—Es por eso que no le tengo nada preparado, se molesta muy feo.
—Un apodo es nada comparado a que tengo que soportarla cuando me golpea —pronuncia Vincent sacando su teléfono del bolsillo.
—Golpea fuerte —agrega Drake.
—Entonces Rossy, ¿en qué estabas pensando cuando te hiciste amiga de esa ñoña?
—Jackie es agradable.
—Gracias —la antes nombrada toca su pecho —, estos simios no me valoran.
— ¡Perdón por llegar tarde! Elton pensó que era agradable armar un robot de lego, era su figura a escala de su próximo "invento". Aunque me pareció estupenda la idea, no quería arruinarle la ilusión porque había ciertas dificultades, quería hacerle unos retoques pero ya saben cómo se pone con sus cosas, en fin, tampoco es que vaya a arruinarles el almuerzo con algo tan tonto. Hola Morris, hola Drake, hola Jackie, hola Vince, hola... ¿Quién eres?
A ver, logré entender algo de lo que dijo, pero no tengo ni la menor idea de a quién se refiere así que no fue como que comprendí todo, sin decir que fue un discurso muy rápido.
—Soy...
—Es Rossy, la conocí hoy, es nueva y se ve tan dulce.
—Oh bueno, soy Yannis.
—Del grupo, ella es la rubia hueca novia de un inteligente, sólo que para nada hueca —Yannis abraza a Jackie y le da un beso en la cabeza.
—Tu humor es más agrio cada vez.
—Es un don.
Doy un mordisco a la manzana, tratando de distraerme de familiaridad que todos parecen tener entre ellos.
—Rossy —me llama Yannis —, ¿a qué club te unirás?
— ¿Debo unirme a algún club?
—Es casi obligatorio, usualmente tienes dos horas libres a la semana, y una tienes que estar dentro de cuatro paredes compartiendo con otros alumnos.
—No entiendo mucho —digo antes de morder de nuevo la manzana.
—Existen dos...
—Tres —interrumpe Drake.
—Tres —se corrige Vincent rodando los ojos, he descubierto que lo hace mucho —. En un salón se comparte cualquier cosa que tenga referencia a los números, y en otro de letras.
—Y el tercero no te olvides.
—Sí, Drake, no me olvido. El tercero es de deportes. Nada interesante.
— ¡Vamos! Es lo que nos queda a los tipos que no queremos quemarnos el cerebro con letras o números —dice Morris.
—Discrepo, no soy tan malo en letras —el rubio pone los brazos en la mesa.
—No atormenten a Rossy, aún tiene tiempo para pensar y de eso me encargo yo —le dedico una sonrisa a Jackie —. ¡Es hora de irnos! Drake y Rossy, vengan conmigo, nos toca la aburrida biología.
— ¿Cómo sabes el curso que me toca? —pregunto.
—Lo supuse. Sólo somos dos grupos, ¿tienes tu horario?
Asiento, saco una hoja doblada de mi bolsillo, se la tiendo y la desdobla.
—Bueno, compartimos la mayoría de clases, así que no hay problema. Vámonos, adiós insectos.
***
Hay muchas cosas que me están sorprendiendo de aquí, y otra de esas, es que sólo estudian cinco horas. Tres horas menos de las que estudiaba antes. No me malinterpreten, es algo agradable, llego temprano a casa, muy aparte de que podría conseguir un trabajo de medio tiempo.
No está tan mal está ciudad.
— ¡Oye Rossy! —volteo encontrándome con Morris sobre un auto muy bonito. No sé nada de autos, pero éste estéticamente se ve muy costoso. Sobre todo porque tal parece que el techo se mueve.
—Hola... Lindo auto.
—Es un descapotable... —es interrumpido por Yannis.
—No vayas a aburrirla con la plática de autos —camina junto a un chico alto y moreno —. Es Elton, mi novio —éste suelta un hola —. Ella es Rossy. ¿Quieres que Morris te lleve? Aún hay sitio.
—No es necesario, mi casa está demasiado cerca.
— ¿Segura? No es problema.
—Basta chicos, yo la acompaño. Se le hace tarde a Yannis para el trabajo —dice Jackie apareciendo de la nada —. Adiós. ¿Tu casa no queda lejos, verdad?
—Eh no, está sólo doblando la esquina.
— ¡Que coincidencia! Drake vive por allí.
— ¿Yo qué? —pregunta el mencionado apareciendo por mi izquierda.