Besos de una Historia

Capítulo veinticuatro: Confiar y no confiar.

Laura es bonita, tiene una seguridad que cualquiera pueda envidiar, unas notas excelentes, es una ex alumna que acaba de ser transferida de nuevo a la escuela hace unas semanas, y sólo necesité dos días de su presencia para saber que es la ex novia de Drake.

He notado, porque no soy malditamente ciega, que siempre lo busca, es como si tuviera un radar exclusivamente para él y no debo decir que me molesta mucho que siempre quiera estar colgada de su brazo, porque la molestia se nota en mi rostro.

—Deja de lanzarle veneno con los ojos —me dice Jackie cuando se sienta a mi lado en la cafetería, luego le sigue Yannis.

—Ella ha cambiado mucho, ahora es...

— ¿Egocéntrica? ¿Narcisista? ¿Una arpía?

—Alguien está muy celosa —responde Yan.

—Intenté hablar con ella, prácticamente me mandó a la mierda porque ya no se juntaba con chicas como yo. Así que la jodí diciendo que ni se le ocurra meterse con Drake, pero parece que le valió mierda y sigue con eso.

—Es tonto —nuestra amiga suelta una risa —. Drake está demasiado idiota por Rossy como para mirar a otra chica.

— ¿Gracias?

— ¿De qué hablan? —pregunta Morris.

— ¿Crees que Drake sería capaz de terminar con Rossy?

— ¿Bromeas, Jackie? No lo haría por voluntad propia.

— ¿Podemos parar de hablar sobre eso? —intervengo.

—Como quieras.

Drake aparece en la cafetería y en seguida Laura está acercándose a él. Quiero evitar el verlos pero me es imposible. Comparten algunas palabras, su mano trata de tocar a mi novio y él se aparta, dejándola allí y caminando hacia nosotros con una sonrisa.

Confío en Drake, pero tengo miedo.

***

En estos dos días no he dormido lo suficiente por estar nerviosa. La abuela prometió que cuando tenga tiempo libre me llevaría a ver a mi papá, y eso me tiene alterada pensando en qué podría salir mal. No quiero que las cosas con él salgan mal y termine decidiendo que no vuelva a visitarlo.

Así que como no logro concentrarme bien, decido salir un momento al baño para relajarme. Pero cuando estoy doblando la esquina me paralizo. Laura está besando a Drake, la ex novia está besando a mi novio. Trato de regular mi respiración porque no noto que él le esté siguiendo el beso y cuando la aparta retrocedo para esconderme detrás de la pared.

—Drake, no puedes hacer esto —dice.

— ¿No puedo qué? ¿Apartar a una chica que no es mi novia? —Su tono no es cruel pero tampoco suena feliz.

— ¿En serio olvidaste lo mucho que nos queríamos?

—Oye, Laura —escucho como suelta un suspiro de frustración —, me enamoré de la chica que era amable con todos, que parecía tener el control de sí misma y que no tenía miedo de ser como realmente es, pero ésta no eres tú.

—Estuve estos años mejorándome para que vuelvas conmigo, ¿y me dices que no te gusto como soy ahora?

—No debería de gustarme a mí, sino a ti.

—Puedo volver a ser la anterior yo, lo prometo.

Mi respiración se va volviendo lenta, no entiende que la está rechazando, ¿por qué no lo entiende?

—El problema es que en este momento tampoco me gustaría la anterior tú —muerdo mi labio —, estoy enamorado de otra chica y malditamente agradezco que ella también lo esté de mí, no puedo corresponderte porque ya no me gustas, y tampoco quiero hacer sufrir a mi novia.

Una lágrima resbala sobre mi mejilla y no logro distinguir por qué. Las palabras de Drake han sido lindas, y estoy feliz de que no necesitara estar presente para que él defendiera mi lugar como su novia, sólo que toda la angustia del momento me tiene terriblemente mal, así que tomo un leve respiro y salgo de allí.

Confío en Drake, y confío en que no me ocultará esto.

***

Estoy sentada en frente de la puerta de la dirección esperando a Drake, porque parece que lo logró. Al fin lo van a sacar del equipo, y no por hacer lo correcto. Porque parece que tanto estrés hizo que tuviera un arranque de ira y rompió el vidrio de una máquina expendedora nueva que el director mandó a comprar.

Me levanto cuando lo veo salir detrás de Noelia, mi mira y pasa de mí caminando hacia la salida. Tomo mi mochila y lo sigo.

—Drake.

Me ignora.

—Drake.

Sigue su camino.

—Maldita sea, Drake, detente.

Se detiene y voltea a verme.

— ¿Qué Rosalie?

—Lo prometiste —doy dos pasos acercándome —, prometiste que hablaría con tu padre pero parece que conseguiste una forma más fácil de solucionar las cosas, ¿no?

—No necesito reproches.

— ¿Es que no entiendes? ¡Golpeaste una maldita máquina expendedora! —Exploto — ¿No notas tu mano ensangrentada? Pudiste lastimarte mucho más...

—Basta —me interrumpe.

—Drake...

— ¿Crees que no es difícil para mí? ¿Crees que no intenté hablar con él? ¿Sabes lo que es no querer decepcionar a alguien porque el haber nacido ya hizo que se sienta todo mal? ¿Sabes lo que es querer complacer a tu padre? Creo que ambos sabemos que no.




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