EMMA
Estoy sobre mi cama escuchando las notas que emite el piano de mi padre interpretando 'Rhapsody' de Rachmaninoff. amo cuando la toca siempre me ha hecho suspirar y me relaja tanto, hoy es el último día de vacaciones antes de ir a la universidad. de nuevo.
Estoy muy orgullosa por haber llegado hasta este capítulo de mi vida y por eso también estoy tranquila, aparte de que Ismael mi adorado hermano es un estupendo estudiante que se ha encargado de que nuestro apellido sea uno de los más reconocidos en esa institución y sí, es todo un reto pero yo Emma Lascurain amo los retos.
–señorita Emma, ¿está ocupada? –sobresalto cuando llaman a mi puerta.
–¿señorita?– continúan llamándome.
–pasa ¿llegó ya? –pregunto entusiasmada.
–Buenas tardes señorita, acaba de llegar la está esperando en la sala junto con su padre, con permiso.
–anda, puedes llamarme Emma.
–como ordene, señorita... –sus mejillas se tiñen de rojo. –digo, señorita Emma.
nunca me han gustado las etiquetas, por ello siempre pido que me llamen por mi nombre.
dejando de lado ese pensamiento me arreglo mi moño y comienzo a bajar las escaleras, ver a la gran y perfecta diseñadora de modas Amelia Parker es un guardarropa seguro y bueno también es mi madre. Y comento que no es nada fácil tenerla como lo segundo, es una mujer imepcable tanto laboral, como familiar.
–¡llegaste, pero que bella estás! Creo que Londres hace maravillas contigo. –abordo con las preguntas al instante.
mi madre es una auténtica inglesa, cabello rubio, ojos verdes, alta, de piel blanca y tersa, todo lo contrario de Ismael y yo.
–cuéntame, ¿Qué tal te fue por allá en las boutiques? –amo que me hable de su trabajo.
–Pero mira a tu hija tan halagadora como tú– mira a mi padre con tanto entusiasmo y después regresa la vista hacía mí –querida, como siempre todo va de maravilla sabes que organizar las pasarelas son un trabajo de día y noche sin parar, todo debe ser ¡perfecto!
–Querida, nada puede ser más perfecto que tú y hermoso– la interrumpe mi padre y la mira como si no hubiera nada a su alrededor – por cierto, reserve una cena solo para los dos así que anda a tomar una siesta y después un baño para irnos.
mi padre es un conquistador, siempre ha amado a mi madre de una forma que todas queremos ser amadas, aunque tengo a Santiago nunca he creído que conoceré a un hombre tan adorable como lo es Israel Lascurain; mi señor padre un auténtico romántico, todo lo contrario de mi madre ella es perfección, elegancia, seriedad y él es tan despreocupado de todo, carismático y efusivo. Pero aún así mamá lo ama y se les desbordan los ojos de amor cuando se miran, se lo dicen todo con una sola mirada y es que es verdad que los ojos son el reflejo del alma, son el conducto de cada sentimiento y emoción.
Ismael, mi hermano mayor es una copia de mi padre, tanto así de romántico que tiene ya a sus 24 años, gemelos. Aunque la madre no era la indicada para tanto amor; se fue dejándolo con todo y niños, llegando a la conclusión de que el amor de papá y mamá fue único y desde entonces se dedica a sus criaturas y a él.
Aunque Santiago y yo tenemos una relación estable, sé que no es mi verdadero amor, tenemos una relación a distancia él vive en Málaga y viene cada dos semanas a verme ya que colabora con su padre en sus negocios.
Es un muchacho muy amable, a mamá le cae muy bien porque es de muy buenos modales y ella quisiera que con él llegará al altar, pero a papá no le agrada mucho aunque lo niegue; ni él ni la idea de que su única hija se casé, pero su lema es que si soy feliz con lo que decido él lo estará también. pero mi opinión es, que soy demasiado joven para pensar en eso.
Después de que mis padres se retiren a su larga cena, cabe aclarar que siguen teniendo citas, como cuando jóvenes, creo que cuando encuentras a tu amor con el que compartirás la vida; esta no parece tan mala.
tomo una ducha y preparo uno de mis libros favoritos junto con un bote de helado de vainilla con trocitos de cereza y chocolate derretido. No hay nada mejor que esto; esto es manjar de los Dioses. pruebo la primera cuchara con helado y cierro los ojos, esto es magnífico.
Comienzo la lectura pero no puedo sostener el libro y comer al mismo tiempo así que opto por solo comer el helado. miro por la ventana y veo la noche tan silenciosa, la vida no es tan mala cuando estás tranquilo contigo mismo y obviamente con un gran bote de helado.
En medio de mi ensimismamiento, siento mi teléfono vibrar y notó que tengo diez llamadas perdidas de Santiago así que decido contestarle en el siguiente timbre.
–hola cariño, ¿todo bien? – es lo primero que suelta, admito que me gusta como hombre.
–hola, todo de maravilla solo que estaba comiendo helado y me quede pensando, ¿Qué tal todo por allá? –espero su respuesta mientras me lleno la boca de helado.
–todo muy bien, espero que esos pensamientos fueran de nosotros, ya mañana salgo hacia allá llegaré como a las dos de la tarde y te recogeré en la universidad, ¿bien? –me suelta su itinerario, pero yo deje de escuchar, en verdad el helado absorve toda mi atención.
–¡JODER, JODER! – comienzo a gritar, se me congeló el cerebro.
–Cariño, ¿Qué sucede? ¿Te molesto algo?
–No, solo se me congeló el cerebro por el helado , claro te espero mañana a las dos.
–te he dicho que tanto helado no es bueno, pero te encanta que te suceda eso, mañana te veo. – si hay algo que le moleste es que coma tanto helado, pero el helado y yo somos uno mismo. –además sé que por estar comiendo, no me has puesto atención a nada, los Psicólogos presumen de su escucha activa y vaya escucha tienen. –dice con burla.
–No voy a discutir contigo, algo que aún no soy. –admito que me baja la moral.
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Editado: 15.11.2022