EMMA
Después de la noche tan especial que he tenido con Santiago llegó a casa. Dispuesta a dormir ya que son las tres de la mañana y no suelo desvelar me ya que eso me pone de muy mal humor. Odio rotundamente desvelarme y más si no es por algo que valga la pena, me gusta seguir mi reloj biológico. A parte d eque dormir es vida y sano.
Cuando mi cabeza toca la almohada empiezo a escuchar música y voces. Sé que es Ismael y la bola de amigos que siempre le siguen, Santiago hoy conoció a uno y dice que el arrogante y mal educado no le tendió la mano y ni lo miró si quiera cuando se fue. Yo siempre me he mantenido alejada de sus amistades así como él con las mías, así que no sé de dónde provienen la mayoría, ni quienes son y la verdad tampoco es que me importen mucho, prefiero evitar problemas con hombres que seguramente deben tener cierta educación, pero son hombres, por muy educados que sean sacan ese lado guarro. Por eso mejor me mantengo de lejitos. Trato de dormir y me es imposible, me siento en la cama, se me hace injusto así que le mando un mensaje, no tarda mucho en bajar su música y volumen de voz, cierro la ventana y el sonido disminuye. tampoco le voy a arruinar su noche. Pero es que mi habitación es la más cercana a donde está.
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Llegó a la universidad y lo primero que ubicó es que los de arquitectura están en los jardines, son unos pesados. «Nos creemos mucho porque sabemos jugar con la gravedad y podemos construir los mejores diseños». Me rio mentalmente, no me han hecho nada, pero es que estoy desvelada.
Alina, mi amiga dice que están los más guapos en esa carrera y la secundan las demás, la verdad es que no me he tomado la molestia de mirarlos en tres años. soy fiel creyente que cuando tienes que conocer a alguien lo conoces en un momento específico aunque ya lo hayas visto otras veces de manera inconsciente llega un punto en que se posa frente de ti y te dice quien es y forma parte de tu vida hasta ese momento. Así que no me gasto la mente tratando de guardar imágenes que no hago de manera consciente.
—Emma, de verdad deberías verlos, están para comerse.
—Alina, tengo novio y le soy fiel.
—ver no te hace infiel...
—bien, no me hace infiel, pero no me apetece ver a esa horda de hombres que se creen superiores solo por entender las matemáticas.
—Orgullosa. —me sonríe.
—Gracias.
las chicas siguen hablando de los futuros arquitectos, mientras yo estoy absorta escuchando la parafernalia que uno de esos chicos esta soltando, cuando alguien le interrumpe. No ubico de donde proviene la voz pero es de otro hombre y al parecer sabe del tema ya que acaban de empezar con un debate. Admito que admiro las agallas del chico por no perder la razón ya que todos parecen estar prestando atención a lo que habla el nuevo invitado, evito voltear, pues no me gusta tragarme mis propias palabras. «Orgullosa»
—Ulises Ferreira, ese hombre es perfecto. —dice Alina, —lo he estudiado y sé que vale la pena. pero su lema es que no se acuesta con ninguna universitaria, y es ahí cuando más quiero que rompa las reglas.
—¿Quién es?—pregunto.
—el mejor amigo de tu hermano y el futuro mejor arquitecto, ya verás, es excelente en lo que hace y me han dicho que no solo es bueno en la arquitectura, sino también en la cama. Diseña buenos orgasmos. —Se ríe.
—sé que es mejor amigo de Isma, pero no lo conozco. —Obvio lo último.
—si voltearas sabrías quién es.
evito voltear, no tengo idea de porque siento cosquillas en mis manos. o bueno, sí sé. Es que su tono de voz, siempre que lo escucho es, fatal en mi cuerpo, no se que me produce.
—Voy por un bocadillo, te veo después. —tomó mis cosas y me pongo de pie.
—Vamos Emm. Voltea.
—Prefiero la cordura.
—¿A que le temes mujer? o ya se, le temes a un orgasmo visual.
—¡Deja de ser tan sexual!
—Eso es lo bonito de la vida, Carajo.
sigo avanzando.
Me compro un jugo de arándano y una paleta de dulce. para Después de comer mi baguette.
Hoy Ismael no vendrá a la universidad en todo el día y además me ha pedido que vaya con uno de sus amigos a la cita en el restaurante infantil para festejar por adelantado el cumpleaños de los gemelos. Nunca me ha gustado el tipo de amigos que tiene y preferiría al chófer pero el señor Martín enfermo y le han dado vacaciones.
Llegó a mi aula y me siento junto con Alina.
—Te lo perdiste, un bombón de Arquitectura le pidió el teléfono a Camil. La vieras visto, tenía las mejillas más rojas que los tomates.
—Pues claro, me Vio viéndolo. —dice con tono coqueto.
—Vaya, me he perdido que actuarán tan indefensas, pero seduciendo. —comento.
estamos conversando cuándo un hombre aparece en el umbral de la puerta. es alto, no es musculoso pero tiene un muy buen cuerpo, y una mirada que no deja ver, no es que la lleve viendo los suelos más bien va en los cielos. «Que estupidez he pensado». A parte su gabardina gris y esa camisa negra que lleva debajo lo hacen ver irresistible.
Sí, yo Emma Lascurain, ha dicho por primera vez que un hombre es irresistible. eso suelo decir solo cuando leo. A personajes inexistentes, no a uno real ¡Carajo!
—Buenos días, busco a quienquiera que este a cargo de este grupo.—una chica levanta la mano y este nada contento le da la palabra. —¿es usted?
—¿No nos presentaremos, o al menos usted no nos dirá su nombre? — Sally le dice segura de sí misma y aunque este parece carbonizarla con la mirada le contesta lo más amable que puede.
—No es necesario, pero si le complace puede llamarme Señor Ferreira.
Tal parece que al "Señor Ferreira" le gustan las etiquetas. La chica le agradece sonrojada, en verdad es que no puedo creer como los hombres a veces nos hacen perder el razonamiento, no me ha pasado pero es algo que no busco.
Andrew sale y habla con él.
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Editado: 20.01.2025