Besos Sabor A Vainilla

CAPÍTULO 6

EMMA

Después de la noche tan especial que he tenido con Santiago llegó a casa. Dispuesta a dormir ya que son las tres de la mañana y no suelo desvelar me ya que eso me pone de muy mal humor.

Cuando mi cabeza toca la almohada empiezo a escuchar música y voces. Sé que es Ismael y la bola de amigos que siempre le siguen, Santiago hoy conoció a uno y dice que el arrogante y mal educado no le tendió la mano y ni lo miró si quiera cuando se fue. Yo siempre me he mantenido alejada de sus amistades así como él con las mías, así que no sé de dónde provienen la mayoría, ni quienes son y la verad tampoco es que me importen mucho.

******

Llegó a la universidad y lo primero que ubicó es que los de arquitectura están en los jardines, son unos pesados.

Alina, mi amiga dice que están los más guapos en esa carrera y la secundan las demás, la verdad es que no me he tomado la molestia de mirarlos en tres  años.

—Emma, de verdad deberías verlos, están para comerse. 

—Alina, tengo novio y le soy fiel.

—ver no te hace infiel...

—bien, no me hace infiel, pero no me apetece ver a esa horda de hombres que se creen superiores solo por entender las matemáticas.

—Orgullosa. —me sonríe.

—Gracias.

las chicas siguen hablando de los futuros arquitectos, mientras yo estoy absorta escuchando la parafernalia que uno de esos chicos esta soltando, cuando alguien le interrumpe. No ubico de donde proviene la voz pero es de otro hombre y al parecer sabe del tema ya que acaban de empezar con un debate. Admito que admiro las agallas del chico por no perder la razón ya que todos parecen estar prestando atención a lo que habla el nuevo invitado, evito voltear, pues no me gusta tragarme mis propias palabras.

—Ulises Ferreira, ese hombre es perfecto. —dice Alina, —lo he estudiado y sé que vale la pena. pero su lema es que no se acuesta con ninguna universitaria. 

—¿Quién es?—pregunto.

—el mejor amigo de tu hermano y el futuro mejor arquitecto, ya verás. 

—sé que es mejor amigo de Isma, pero no lo conozco. 

—si voltearas sabrías quién es.

evito voltear, no tengo idea de porque siento cosquillas en mis manos. o bueno, sí sé.

Hoy Ismael no vendrá a la universidad en todo el día y además me ha pedido que vaya con uno de sus amigos a la cita en el restaurante infantil para festejar por adelantado el cumpleaños de los gemelos. Nunca me ha gustado el tipo de amigos que tiene y preferiría al chófer pero el señor Martín enfermo y le han dado vacaciones.

Llegó a mi aula y me siento junto con Alina estamos conversando cuándo un hombre aparece en el  umbral de la puerta. es  alto, no es musculoso pero tiene un muy buen cuerpo, y una mirada que no deja ver, no es que la lleve viendo los suelos más bien va en los cielos. A parte su gabardina gris y esa camisa negra que lleva debajo lo hacen ver irresistible. 

Sí, yo Emma Lascurain, ha dicho por primera vez que un hombre es irresistible. eso  suelo decir solo cuando leo.

—Buenos días, busco a quienquiera que este a cargo de este grupo.—una chica levanta la mano y este nada contento le da la palabra. —¿es usted?

—¿No nos presentaremos, o al menos usted no nos dirá su nombre? — Sally le dice segura de sí misma y aunque este parece carbonizarla con la mirada le contesta lo más amable que puede.

—No es necesario, pero si le complace puede llamarme Señor Ferreira. 

 Tal parece que al "Señor Ferreira" le gustan las etiquetas. La chica le agradece sonrojada, en verdad es que no puedo creer como los hombres a veces nos hacen perder el razonamiento, no me ha pasado pero es algo que no busco.

Andrew sale y habla con él. 

las horas pasan y las clases se van en un santiamén.

 Salgo a los pasillos y hay un grupo de hombres que cuando paso comienzan con un repertorio de halagos, los ignoro y continuó, pero hay uno en especial que se me adelanta e  intenta que lo que dice  suenen como palabras bonitas pero no es así, no le prestó atención y decido continuar pero me toma del brazo y cuando voy a soltarle un recuerdo a sus antepasados, escucho una voz que dice que me suelte; no volteo pero noto que influye algo en él imbécil ya que me deja ir. Odio cuando los hombres quieren "marcar territorio", lo único que marcan es lo imbéciles que se ven.

Llegó hasta el aparcamiento esperando a que Ismael me conteste para ver con que amigo debo irme, al segundo timbre me contesta.

hola princesa, el auto en el que te irás es un BMW blanco y no te preocupes que es un buen amigo. —como siempre cuando está feliz no me deja hablar, pero lo último me tranquiliza. Se que no me enviaría a nadie si no fuera de su confianza. —te mando el número de placas por mensaje.

—SÍ, hola, gracias. —es lo único que le digo.

te dejo, cualquier cosa me llamas.

Avanzó buscando el auto y me detengo frente a este, no tiene a nadie dentro así que decido esperar.

A los 10 minutos veo que un hombre se acerca rodeado de mujeres que le piden un trago el cual él les termina negando.

Cuando se acerca, me pongo de pie para ver si es él, el que me llevará.

—Hola, oye ¿eres amigo de Ismael? — es lo único que sé me ocurre ya que su mirada es penetrante.

—si eres su hermana sí; si no pues la verdad no sé quién sea el tipo, —simula una sonrisa. —si eres sube al auto que vamos tarde. —me suelta como si yo hubiera sido la culpable de su retraso, pero en fin.

No habla en todo el trayecto parece que va pensando en cómo rescatar el mundo. O destruirlo, no sé qué reacción tiene su cara así que decido ir viendo el paisaje y evitó cualquier pregunta.

—¿No tienes lengua, o no hablo bien tu idioma? — me pregunta a una cuadra del lugar al que vamos y por primera vez en el trayecto me observa.




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