Besos Sabor A Vainilla

CAPÍTULO 20

ULISES

El sueño nos hizo caer.

Ya está amaneciendo y siento mis brazos dormidos, abro lo los ojos y veo a la mujer que tengo entre ellos no puedo evitar sonreír al verla durmiendo.

Es preciosa y ahora es mi chica, soy su chico simplemente somos nosotros. Le acarició el rostro y me preguntó que hacía mientras ella no estaba en mi vida, porque ella me ha marcado más que mi mente, me marcó el alma.
Se mueve entre mis brazos y quisiera retenerla y mantenerla así siempre, pero sé que le permitiré llegar a donde ella desee, porque complacerla será mi nuevo pasatiempo favorito la voy a mimar y la voy a cuidar como se lo merece, porque se me antoja nada más.

—Buenos días, preciosa.
—Buenos días, guapo.
comenzamos una batalla de besos y caricias y ahora que ya no hay restricciones en nuestros cuerpos los unimos y así se nos va la mañana.
En la tarde tomamos una ducha juntos y nos vamos a explorar las calles de la ciudad, porque es nuestro primer recorrido como pareja.

—Te voy a llevar a donde quieras así, —le tomo la cintura y la acercó a mí, es mía soy suyo por el tiempo que el destino nos tenga contemplados y no voy a desperdiciar el tiempo.— demostrándole al mundo que somos nuestros.
—me agrada la idea. Bastante a decir verdad, pero no comamos ansias, disfrutemos un día a la vez. ¿sí?
—Lo que tú digas, preciosa.

La tarde se hizo noche y estamos observando la estatua de la libertad, es nuestra última noche aquí, volveremos a casa un tanto diferentes.
La tengo abrazada y cada que puedo le lleno el rostro de besos se merece cada caricia que sé.
Estoy tan absorto en ella que no sé en qué momento saco su teléfono y nos hizo una foto.

—Y yo pensando que no había fotógrafos.

—No seas huraño y déjate querer bonito ¿sí?
—Tus deseos son órdenes ya te dije.
—Bien, porque seré una novia muy dulzona, Roa me apetece ser contigo.
—y a mí me apetece que lo seas.

me besa y me da una nalgada cuando me volteo.

Volvemos al hotel y hacemos que la última noche sea memorable.

En la mañana ya estamos listos para partir, la acompaño al aeropuerto y veo como mi pareja se marcha a su destino, antes de llegar a la salida voltea y me manda diez besos, «si los conte». Y claramente correspondo enviandole uno. es una coqueta.

Regreso al hotel por mis cosas ya que mi vuelo sale más tarde y aprovecho para ir a comer algo antes de regresar.

—¿cómo la pasaste? —le preguntó a Saúl antes de abordar el avión.
—increíble los tríos son mi puto complemento, me hizo falta tu compañía, pero veo que la pasaste también muy bien. —dice, pero de pronto su cara cambia a preocupación.
—Ulises, Lana no dejo de marcarme y pedirme que te pasara a ella y después de decirle que no estaba contigo como por cien llamadas, tu papá decidió marcarme y preguntar por ti y si me preguntas se escuchaba muy molesto.
Me importa un carajo lo que ese par quieran, ya tengo lo que quiero y me es más que suficiente.
—vaya, sí que les gusta joder. En fin, lléveme a casa, mosquetero.

Le cuento todo lo que pasó omitiendo las partes que solo a ella y a mí me pertenecen. No soy de los que cuentan ninguna experiencia, se me hace de lo más bajo el tener que divulgar algo que hiciste en privado en un momento que valoraste y aceptaste, así que después no vengan con reproches, eso es solo de los que están en ese momento.

llego a casa y veo como todo está decorado de navidad ahora es con más razón mi época favorita.
—No des un paso más, —dice la voz de mi abuelo. —no entras a mi casa hasta que me digas que lo hiciste.
Sigo avanzando.
—Claro que lo hice, me crío alguien que me enseñó todo lo bueno que sé y si te agrada; gracias por hacerme así. —me toma del brazo y me estrecha en un fuerte abrazo.
—Siempre has sido mi orgullo, pero esta vez te pongo más alto del pedestal. Porque mereces ser feliz, mi Muchacho.

Crecí en un lugar donde tuve todo lo que quise y por eso nunca me he conformado con lo que la gente quiere que haga.
Enciendo el móvil que mantuve fuera de servicio todo el tiempo en Nueva York y tengo más de cien llamadas perdidas de Lana.
«Dios, dame paciencia». Pero de todo el caos que es mi teléfono tengo una notificación en una de mis redes sociales. Me meto y veo que Emma me ha etiquetado en una foto, una foto donde me encuentro besándole la mejilla mientras ella tiene una gran sonrisa. El pie de la foto es "Todo lo bueno tarda en llegar, pero tú y yo ya nos encontramos", veo cada reacción que tiene y los comentarios todos nos desean lo típico, mis amistades ponen comentarios de asombro.

Sí, es la primera vez que suben una foto donde me muestro cariñoso con una chica.
Mi teléfono cobra vida con la llamada de Lana, respiro y la tomo.
¿me dejaste por ella? —su voz tiembla, —Cariño, piensa las cosas y vuelve aquí, no estás en un mejor lugar que no sea conmigo...
—Yo creo que las pruebas te dan mi respuesta, las pensé y ¿qué crees? estoy justamente donde quiero estar.
Es un capricho que te estás dando y aquí estoy para complacer te siempre, pero no me dejes por una...
Por mucho que me exaspera, es una mujer que merece más dignidad y que está herida así que me limitó a humillar la.
—Lana, en verdad consigue a alguien y a mi Déjame en paz, se feliz que conmigo no tienes un futuro. —cuelgo la llamada.

—y ¿con ella si tienes un futuro? —la voz del ingeniero.
—Sabes que no me gusta ir tan rápido y siempre tomo lo mejor que la vida me ofrece...
—No creo que tomes lo mejor de la vida, porque acabas de colgarle a la mujer que está dispuesta a complacer te en todo momento a un despreciando la, está dispuesta a estar detrás de ti para sostener a alguien que no es más que un hombre que está envuelto en sueños y no en realidades. Deja de tener miedo y enfréntate a la vida.

Sus palabras me las paso por debajo de las suelas, no me intimidan ni me hieren, sé lo que valgo y sé lo que merezco.




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