Besos Sabor A Vainilla

CAPÍTULO 27

EMMA

Los meses han pasado y disfruto a mi precioso hombre a mi lado cada vez congeniamos más y nos apegamos mucho, deseo seguir durmiendo siempre en sus brazos ya que en un punto ambos somos un soporte para seguir creciendo.

Hemos viajado, platicado de mil cosas y sobre todo nos hemos unido un sinfín de veces, cuando le comente que el preservativo me incomodaba, acepto y fuimos como pareja responsable al médico, para que me diera anticonceptivos para mí fue un gesto muy amable, por el momento no deseo hijos y así poder seguir creciendo como persona, no me hace falta nada por si eso sucediera y mucho menos a él, pero yo por el momento deseo seguir estudiando, organizándome y divertirme mucho.

Él como era de esperarse acepto mi postura y fue él el que propuso que fuésemos con el médico, él sobre todo; aunque no lo haya dicho en voz alta no desea un pequeño contratiempo, su vida va viento en pompa y desea seguir disfrutando de lo que la vida le ofrece. En fin, comunicándonos como siempre lo hemos hecho sabemos llegar al punto de ambos.

Hoy 12 de julio es mi cumpleaños número 24.

Ulises me organizo una pequeña fiesta en su hotel, algo intima pero que agradezco el detalle, cada vez falta menos para que se marche así que todo el tiempo que se puede permanecemos juntos.

Ness, Manuel, Saúl, Paola. Vinieron a festejarme y agradezco enormemente el detalle.

La fiesta es sin duda increíble, mañana por la mañana partiremos al lugar que Ulises eligió para llevarme como regalo, obviamente envío una buena cantidad de helado a mi casa esta mañana, aun me cuestionó que  lo enamore cuando probo mis besos sabor vainilla.

******

Tomamos el vuelo, hoy Saúl no pilotea el avión y veo a Ulises algo preocupado, tengo entendido que tiene un buen tiempo volando con Saúl, antes lo hacía con el padre de este.

—¿primera vez volando con otro piloto? — le pregunto.

—¿se nota mucho?

—ni que lo digas, Ferreira. — dice Ismael.

—disfruta el momento Uli. —comenta Paola con burla.

—lo disfruto aunque no se noté, me encanta disfrutar de la no pedida opinión ajena, no sabes cuánto amo eso.

—Ulises… —Ness trata de controlar su tono de voz.

—Ness querida, déjalo, mejor comentemos lo que hemos hablado. —suelta Manuel.

La mirada de todos se posa en ellos.

—bueno, como saben Manuel y yo llevamos un buen tiempo de pareja; para ser exacta 5 años.

—¿qué no llevaban cómo ocho años? —pregunta Saúl. — que sorpresa.

—yo juraba que menos. —habla Paola, con un notorio sarcasmo.

—y yo pensé que ustedes eran pareja desde que andaban en el vientre materno, por no decir de donde eran compañeros antes.—suelta una estrepitosa carcajada Ulises y los demás lo acompañan.

—Ulises, ¿me dejas terminar de hablar? — habla una Ness muy molesta.

—por favor, por mi no te detengas, hermana.

—bueno, como decía; Manuel y yo hemos decidido unir nuestras vidas me ha propuesto matrimonio y he aceptado, nos casaremos en enero.

La cara de todos es de autentica felicidad, mientras que la de Ulises es de asombro.

Todos los felicitan, Ness mira a su hermano con un atisbo de preocupación.

—yo solo diré qué aunque seas mayor que yo y te deba un cierto respeto por ello, eres mi hermana a la cuál defenderé sobre todos, así que no dudes en pedirme ayuda en todo lo que necesites. —dice con un gesto muy serio. —y a ti, más te vale seguir haciéndola feliz; que no dudo en que mi Ness lo haga por ti. —al fin sonríe y abraza a su hermana, por un muy mínimo instante. —felicidades.

—vaya un abrazo de mi pequeño hermano es lo mejor, nunca te gustaron.

Todos miran con asombro esa escena, Ulises después de eso se marcha al baño.

—¿qué fue eso? —cuestiono a mi hermano el cuál se niega a dar una respuesta.

—ni idea, princesa.

—claro que sabes, solo que no me dirás.

—Touché.

—Debo agradecerte a ti, —dice una sensible Ness con ojos cristalinos. —tenía años sin abrazarlo, Ulises odiaba el contacto físico, lo hacía solo por los abuelos y algunas veces por mamá aunque no le devolvía el abrazo, y mira hoy él fue el de la iniciativa. Dejo de ser un poco menos gruñón y ya no es tan reservado como antes ahora habla y sonríe muchísimo más de lo que lo había visto hacerlo.

—no hay nada que agradecer, tú hermano es una gran persona.

—me alegra que lo conozcas así de bien.

 

Ulises se demora un buen rato en el baño y cuando sale vuelve a ser el mismo que fue antes del abrazo.

 




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