CAPÍTULO 32

NARRADOR.

La vida sigue su curso, el tiempo nunca se detiene y el viento nunca deja de soplar.

Los amores profundos nunca se olvidan y si se hace es porque nunca se amó lo suficiente como para que quedara una piedrita de esa ruina, los amores profundos destacan por que ya no habrá quien te haga sentir lo mismo, pueden venir más y más personas, pero cuando ya se conoció un amor así; no se le permite acceso a la gran parte de tu amor, corazón y mente.

Se mantiene encerrado, pero sabes que en cualquier mínima aparición esas puertas se abrirán y desatará el caos que el hombre más anhela; pero a uno de los que tanto teme “sentir amor”.

cuando dos almas se separan y su destino es estar juntas; por mas que se eviten se tendrán que volver a encontrar y harán la conexión que creen haber perdido, el amor no es fácil de engañar y siempre se sale con la suya, grandes batallas se han presenciado por este sentimiento, el amor nos da paz, nos da esperanza y nos da a otro ser.

Es un virus que no tiene cura y aunque no mata al instante, hace agonizar después de que se marcha.

Todo siempre pasa por que así lo determinaste tú. Los recuerdos son lo que nos ayudan a mantenernos cuerdos del hecho de saber que algo como un amor inolvidable paso por nuestro lado.

Como ya dije la vida ha seguido su curso, el tiempo no se detiene y el viento no deja de soplar; pero la vida, el destino o en lo que creas es sabio y aunque sigue su curso nunca olvida lo que deja pendiente, el tiempo no se detiene; pero deja alarmas para que veas de nuevo lo que anhelas y el viento sopla tan fuerte que hasta pudiese ser que un día si la vida así lo planeo, el tiempo ya fue cumplido el viento te arroje de nuevo aquel tesoro que no creías volver a tener.

Y es que se dice que no hay cosa mas valiosa que el amor ¿será verdad?