ULISES
el fin de semana ya me sentía mejor, supongo que era el cansancio acumulado que tenía, ayer en la noche aún tenía fiebre pero fue menos que el viernes aunque esta vez no tuve a mi enfermera particular. Que por cierto se marchó sin siquiera despedirse. Me hubiera gustado hablar con ella un poco más tranquilos los dos, pero en verdad moría de sueño. Y pese a que me niego a aceptarlo se va a casar y esa noche fue una despedida por su parte.
mientras me estoy arreglando para salir enciendo la música y lo que suena me identifica totalmente del Maestro Napoleón:
Por qué, hoy que te encuentro sin querer, lo reviví
Aquel pasado que creí lejos de mi
Siento que muero sin tenerte junto a mi
No sé, no sé si pueda continuar lejos de ti
Te amo tanto y sigues tan presente en mi
Hoy me doy cuenta que sin ti, ya no es vivir
Yo, por mi hubiera querido abrazarte como ayer
Y besarte aquellos labios, solo míos alguna vez
Más detuve mis impulsos porque era tarde ya
Eras guía de otro sendero, vivías con otro anhelo
Y lo que fue, quedó detrás…
Escucho la letra, ¿cómo es qué hay canciones que nos identifican tanto?
Y es cuando te das cuenta que no eres el único tonto en dejar pasar las cosas buenas que la vida nos ofrece, así como tampoco seré el único.
Es lunes y estoy en medio de una construcción después de horas de dirigir y apoyar voy en busca de Sara. Cuando abre la puerta y me ve se me deja venir a los brazos.
—¡qué sorpresa!, pasa.
Entro y miro todo ordenado, los cuadros en las paredes indican lo orgullosa que esta de su trabajo.
—creí que nos veríamos hasta el viernes. —dice mientras bebe una copa de vino blanco.
—así creía yo también, pero tenía que decirte algunas cosas.
—¿Qué sucede?
—Sin preámbulos te lo diré, mereces la verdad.
Me mira y asiente ligeramente.
—¿estás terminando lo que tenemos? —me mira con detalle. —No es necesario que vinieras. Sabemos cómo funcionamos.
—sí, mereces más. No te doy la atención que necesitas como mujer, independientemente de que no seas mi pareja te he hecho estar conmigo aun sabiendo que no te veo como algo más. Eres guapísima y se te esta yendo la vida esperando a que me decida por ti.
—Bien, sabía en lo que me metía y acepte, quedamos que cuando uno de los dos quisiera terminar esto aceptaríamos sin reproches, pero te confieso que sí, espere siempre a que me eligieras.
—Gracias Fisher. En verdad. — me mira y asiente.
—pero ven a beberte una copa, te ves agotado. —me sirve una copa y aunque no me gusta el vino blanco me lo bebo. — solo te pido que me des dos semanas para sacar mis cosas del apartamento y el coche puedes llevártelo.
—Fisher, esas cosas son tuyas están a tu nombre, así que este departamento y el coche son tuyos, no me debes nada.
—Ulises, claro que no te debo nada. —dice sarcástica. —No nos debemos nada. Para ser honestos.
Después de hablar por una hora. Me pongo de pie y me dirijo a la puerta.
—Tus cosas de mi casa te las enviare después con el chófer. — le doy un beso en la mejilla el cuál me es correspondido.
—De corazón espero que encuentres a esa mujer y no la hagas esperar. Lo mereces.
—Eso espero y deseo lo mismo para ti.
siempre tuvimos claro que solo éramos una portada bonita de revista, a ella le gustaba presumir que salía conmigo y yo no me mortificaba, pero siento que no puedo decirle a Emma que deje algo que no quiere cuando yo estoy igual, con Lana cometí un error cuando la dejé de esa forma, después la vi en Estados Unidos y le pedí disculpas, le dije que no merecía haberle hablado de ese modo y que esperaba que la vida le sonriera mas. después de eso le grito a un mesero, pero comprendí que así era y no iba a cambiar. Con Fisher hice las cosas totalmente diferentes, y aún así merecía que se lo dijera en persona.
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Editado: 20.01.2025