Besos Sabor A Vainilla

CAPÍTULO 56

ULISES

Después de un paseo agotador. Decidimos que es hora de ir al hotel.

En el gran ventanal se refleja la bella y fría noche, el cielo está lleno de brillantes estrellas, la luna en menguante, amo la sensación que siempre me ha provocado mirar el cielo y es triunfo mezclado con paz.

—¿Qué es lo que te provoca tanta atención?

—Lo manipulable que es la noche.

—¿Por qué? —se posiciona a mí lado y mira al exterior.

— hace que veas tus sueños más cercanos, te hace pensar en ti y en lo que de verdad importa. Te hace admirarla y sobre todo te libera.

—¿Qué es lo que en realidad importa?

—Vivir; vivir plenamente, disfrutar de los buenos momentos y aguantar los malos de pie. No rendirse ante ninguna adversidad.

—Excelente respuesta. — me abraza fuertemente y es ella con la que quiero pasar mi vida. Sin duda.

—tal vez.

—me gusta tanto verte mirar el cielo, tus engranajes van a mil por hora.

—No sólo miro a las estrellas de esa forma.

—¿No? ¿Qué más miras así?

—A ti preciosa. Eres una mujer muy especial para mí y todo lo que considero especial lo miro, detallo y cuido. —le beso el cuello.

—Oh, Mon Amour… —esta señorita habla Ingles, Español, pero su hermoso acento Francés es sublime.

Nos perdemos en la cama y hacemos el amor tranquilo y al compás de nuestros latidos.

—¿No usarás preservativo?

—¿Te incómoda? —trato de salir del ensimismamiento y de ella.

—sabes que no, solo preguntaba. —me jala de nuevo y soy consciente de que estoy siendo egoísta al no usarlo, pero es que sentirme piel con piel con ella hace que mi cerebro se de cuenta de que es real.

—Emm, si no te sientes cómoda podemos parar e ir por uno.

—Por favor, amo la sensación, así que no arruines el momento ¿Vale? —Me mordisquea el cuello lentamente y eso aviva más a mi cuerpo.

Minutos después, Soy consciente de lo que puede pasar cuando mi mente se despierta, siendo ya demasiado tarde para evitar el proceso de eyaculación dentro de ella.

—Mierda, Emm lo siento, mañana comprare la pastilla lo prometo.

—Ulises, ya no somos universitarios un mini tú me haría feliz. —me mira con burla.

un hijo nuestro siempre lo he imaginado, sería una increíble creación, su madre es bellísima e inteligente y yo no me quedo atrás.

Sonrió solo de pensarlo.

—Sería la mejor creación que haría en toda mi vida. ¿Pero tú deseas un hijo mío? —cuestionó.

—Sin duda sería nuestra mejor obra maestra, y claro que lo deseo, siempre he querido un pequeño con el amor de mi vida, porque eso sería la muestra del gran amor que le tuve a su padre y que sin duda echo frutos.

La miró maravillado y es que la paternidad deseada es muy bonita, tenemos estabilidad económica, hemos viajado, disfrutado, todo indicaría que es el momento; pero soy consciente de algo más y son sus sueños, metas y objetivos.

—¿y tus metas, conferencias?

—Ulises, la mayoría se han realizado, y las que no, no ocupo un vientre plano para lograrlas, o tú ¿no quieres?

—Emma, contigo quiero todo, pero yo no cargare a un bebé dentro de mí nueve meses ni lo alimentare. Por ello te cuestionó, para mí sería increíble pero no sé si para ti también lo sea, El apego será más contigo los primeros años. Y no quiero que después me digas que yo fui un egoísta que arruinó tu vida. —sonrío con lo último, me prometí a mismo no frenarla nunca.

—Ulises, en verdad te amo… —me besa como una posesa. —Eres un comprensivo, pero no te preocupes tengo un pequeño problema y es que mi cuerpo no acepta bebés, —sonríe, pero algo dentro de mí se rompe. — Además aún me debes muchos viajes y muchas noches de sexo en diferentes partes del mundo, y aunque se haya escuchado bellísimo esa historia, lamento romper tus ilusiones; pero no puedo ni tengo planes de intentarlo dentro de muchos años.

Ya me había ilusionado con mi pequeña Emma corriendo en los pasillos de la gran casa que construiremos, sin embargo; respeto sus decisiones y no le obligare a nada que no quiera.

—¿Todo bien? —me mira tranquilizadoramente.

 Me acuesto de espaldas y la Jalo conmigo hacía mi pecho.

—¿Desde cuándo lo sabes?

—Hace tres años, tuve bastantes problemas con mi período, fui al médico y Después de casi un año y medio de tratamientos y demás…

—¿A qué te refieres con Demás?

—intimidad, intentando quedar embarazada. Ulises, yo creí que jamás íbamos a volver, así que conocí a alguien quién quería una familia y me quería, con esa persona hice todo el proceso de ese año y medio. Después todo se fue por la borda… dejamos todo aun lado y nos distanciamos lo máximo, se quedo porque esperaba una recompensa mas grande, no quería un hijo quería un pase a su objetivo principal.

—¿Alonzo?

Dios, Mierda, ella la paso realmente mal.

—Sí.

—¿Era de esta caída de la que hablabas en el avión?

—Sí, te quería a mi lado, eras la única persona que haría lo que fuera por verme feliz, a la única persona que me seguiría viendo con orgullo después…

No la dejo que termine.

—Después de la gran mujer que eres, —me mira con los ojos cristalizados. Y yo me siento el peor ser humano, pero de algo estoy seguro y es que no importa el tiempo que me tarde, pero ella tendrá lo que deseé. Es mi promesa. —Eres magnífica y no terminaría de halagarte nunca, chiquilla. Y cuando llegue el momento de que desees continuar, estaré a tu lado y buscaremos todas las opiniones que quieras…

—al final de cuentas no se puede extrañar algo que nunca has tenido, estoy bien. De verdad, supongo que al principio solo sentí miedo de nunca llegar a tener, me bloqueé. pero todo pasa cuándo debe ser, nada se adelanta.

Solo me sonríe y la sensación que recorre en todo mi ser es gratificante. 




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