Besos Sabor A Vainilla

CAPÍTULO 59

EMMA

La Navidad llegó, una mesa rodeada de sus hermanos, padres, abuelos y amigos.

Una mesa donde se siente ese impacto de familia, la mesa decorada con postres, platos, copas y el pavo en el centro; los villancicos y los fuegos artificiales sonando de fondo, la navidad es paz y armonía sí, pero también te causa un nudo enorme en la garganta ya que en esas navidades pides que sean eternas con tus personas que mas amas, pides al ser Divino que no dejen de ser así nunca y poder abrazar siempre a todos los que realmente quieres cuando la media noche llega y sentir cálido el abrazo en un crudo invierno.

Ulises, Abraza a todos; pero veo como lucha por contener ese nudo en su garganta cuando abraza a sus hermanos, Padres y Abuelos. es una fortaleza, cualquiera que lo viera le sería intimidante, pero él tiene los sentimientos mas puros para aquellos que realmente le importan.

Después de todo estuvo cuatro años lejos de ellos, debe pensar en esa nostalgia que la Navidad suele desencadenar y queremos que se quede así siempre, el cálido amor.

Me mira con tanta ternura y se deja venir a mí.

—Aquí viene, ¿preparada? —dice Manuel con entusiasmo.

—Bastante, es nuestro primer abrazo de navidad.

Me abre los brazos y me dejo ir hacía ellos como si lo necesitara tanto.

—Feliz Navidad, Preciosa Emma.

—Feliz navidad, Ulises.

Nos fundimos en un abrazo fuerte, cálido y comprendido. Hemos ignorado esta sensación por tanto tiempo que ahora no lo quiero soltar, ¿por qué los abrazos navideños son así? llenos de nostalgia, ímpetu y sentimientos encontrados.

—Sin duda esta es mi navidad favorita de todos los tiempos.

—también la mía, estoy volando contigo.

—Ismael va a matarme por no haberte enviado a casa.

—Mi casa, mi hogar; eres tú también.

—¿recuerdas lo que dije hace unos días?

por ti soy capaz de pensar en todo lo que no ronda en mi mente y ponerle un sí por respuesta. —imito su voz, —¿eso?

—Exacto.

—¿eso qué?

—No me equivoque en decirlo y algún día lo afirmare, te lo aseguro.

Nos hablan para la cena interrumpiéndonos nuevamente.

Antes de llegar su abuela le habla fuera del comedor y le entrega algo que no alcanzo a ver.

A mi lado se encuentra Miguel, el hermano mayor y su encantadora esposa Laila. 

—un placer por fin conocerte ¿cómo hiciste para que tuvieras su atención en ti? Mejor aún ¿cómo tuvo tu atención?

Sonrío.

—Soy un hombre inteligente, encantador, brillante y sobre todo un caballero y bueno ella es Increíblemente perfecta ante mis ojos ¿eso responde tus preguntas?

—Mi hermanito siempre humillando me… —por sus labios se extiende una amplia sonrisa, —el primero salió mal, la segunda salió mejor, pero el tercero es todas las energías de papá juntas, haciendo su mejor creación.

 Miguel abraza a Ulises.

—pero aunque tienes todas esas cosas maravillosas que dices, después...

—Después de todo eres el consentido, hermano. —le responde Ulises. —todos lo sabemos.

Miró a Ulises y veo como su cuerpo se tensa, mínimo pero lo hace.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

—Después de todo eres el consentido, hermano. —le responde Ulises.

 

 

 

 

 

 

 

 

 




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