EMMA
Aunque lo hablamos y aunque todo empezó en París, decidimos contraer nupcias en Italia, Ulises ama aquí y bueno después de aceptar cada uno de mis caprichos le tocaba también algo a él. ¿No es así? Tratar de ceder y negociar los dos.
El gran día ha llegado, estoy frente el espejo viéndome, detallándome, mientras mis damas de honor están sentadas detrás de mí luciendo sus vestidos. ¿Creía que me vería así alguna vez? Creo que no, porque poco me interesaba el matrimonio, mi pensamiento más recurrente era quedarme soltera adoptar un perro y despertarme cada mañana sin nadie a mi lado, beber café y seguir solo mi rutina. Sin embargo, la vida cambia, a veces o en su mayoría de veces lo que pensamos solo son pensamientos y no hechos, no todo está comprobado, lo he verificado.
Veo las perlas que Ulises me dio anoche, un obsequio que su abuela le dio en Navidad, mi hermoso vestido diseñado por Amelia Parker; mi madre. Es corte princesa, pero el cual se puede desmontar y convertirse en corte griego, es una maravilla de vestido.
El velo mide un par de metros y mis sobrinos esperan para llevarlo.
—Dios, me cuestionaba siempre cuándo sería el día en que te entregaría al hombre con quién desearías pasar tu vida y por fin se llegó, Princesa. Y ahora no quiero entregarte.
—Papá…—se me rompe la voz.
—Hija, siempre has sido mi mayor tesoro, te quiero ver feliz siempre; siempre serás mi pequeña princesa y te seguiré protegiendo como cuando tenías cinco años…¿Entendido?
—Nuestra princesa. —dicen mi madre y un Ismael sonriente.
—Ese Imbécil lo esta logrando, siempre decía que iba a tomar todo lo bueno de la vida y así lo está cumpliendo. ¿Podemos borrarle la memoria y dejarte solo soltera? Siento que te ves mejor.
—Ismael, esa boca. —lo reprende mi madre— Te ves radiante hija, mis mejores diseños siempre serán tú e Ismael. Un secreto de familia, —susurra para que las chicas no escuchen. —ya me he realizado al diseñar todos tus vestidos para tus días más importantes.
Sonrío y los abrazo.
—¿Lista? —hablan las chicas al unísono.
Mis damas son Ness, Paola, Alina y mi querida Lucy mi asistente. Quien resultó que no le gustaba tampoco Alonzo, solo era amable y no estaba de acuerdo pero se mantenía en silencio.
—Lista.
Las chicas salen en orden, para empezar la ceremonia.
Mi madre sale después tomada del brazo con Ismael.
Mis sobrinos toman su puesto.
Y mi papá me besa la mejilla antes de sonreír me y tomarme del brazo.
Escucho el bullicio y como al salir mis damas y mi madre, la marcha nupcial comienza a sonar.
Los violines, el violonchelo y el piano se escuchan delicadamente.
Doy unos cuantos pasos y me detengo en el umbral, doy siete pasos y la marcha se detiene abruptamente, haciendo que todos se miren y yo veo a mi padre.
—Todo esta en orden. —susurra. ¿No quieres pensarlo mejor? Tenemos tiempo. Como treinta segundos pero lo tenemos.
Cuando los chicos de la orquesta hacen sonar Only You al ritmo de violines y piano, una sonrisa llena mis labios y volteo al frente donde un Ulises sonríe tan ampliamente que los ojos se le achinan, esta ahí con un impecable traje negro a su medida, luciendo los gemelos que le regale y su reloj. Ismael, Mane, Saúl y un Adam le siguen a su lado.
Mientras camino al altar y escuchar esa canción me lleno de seguridad y recuerdo todo lo bueno que he vivido con Ulises, esas pequeñas contiendas que a veces tenemos, pero que resolvemos antes de ir a la cama. O como a pesar de todo seguimos siendo amigos, pero nunca extraños, ni cuando lo éramos parecía, todo con nosotros se dio rápido y fue cuando comprendí que no era el tiempo; sino la persona. Porque si lo detallamos si paso y mucho tiempo.
Conectamos como imanes que ni una fuerza suprema pudo separar, más bien nos unió, somos extremadamente imperfectos como seres humanos, todos lo somos, peleamos y a veces uno que otro demonio quiere salir y hacer un caos, pero sabemos combatirles y sabemos que están allí, que así como tenemos cosas buenas tenemos malas, pero no intentamos negar que están, que existen.
—Te la entrego, que afortunado eres hijo. Ya no advierto nada, ya te deje claro todo.
—No hace falta que me lo digas Israel.
Me tiende la mano Ulises, veo a mi padre que se le llenan sus ojos de lágrimas.
—Llegó el día en que tendrás que comerte al mundo acompañada ¿Preparada Princesa? —asiento,— Te amo.
Asiento de nuevo y tomo la mano del amor de mi vida, él que supo como tocarme sin ponerme un dedo encima, él que supo apreciarme, escucharme y desnudarme sin ver mi cuerpo, él que tomo mi alma y mi cuerpo por primera vez.
—Preciosa… simplemente sin palabras.
El padre nos sonríe y comienza la ceremonia haciéndola amena y yo estoy inmersa en mi pareja y él en mí. que no sé en que momento todo paso tan rápido.
—sus Votos, Ulises.
Me mira y sonríe.
ULISES
Emma se ve radiante con su precioso vestido hecho solo para ella, Dios, es una preciosidad andante, Emma es el significado de esa palabra, completamente.
Veo su rostro confuso cuando la marcha nupcial se detiene y veo su cálida sonrisa cuando Only You toma el momento.
Cuatro años no bastaron para dejar de amarla y la sigo admirando como el primer día que se subió a mi auto y se lleno la boca de Helado de Vainilla.
Nunca había visto comer a alguien tanto helado como a ella, pero esa cualidad era mi favorita, era su momento de ser libre, me saboree tanto sus labios que me llegué a regañar a mi mismo por pensar en ella en ese sentido, Emma merecía todo el respeto hasta en mis pensamientos.
Luego esa fantasía se hizo real y agradecí a Dios por ser tan buen creador, amo desde sus explosivos rizos hasta la más mínima parte de su cuerpo y alma. Amo sus virtudes y amo sus defectos, amo sus partes lisas y amo sus cicatrices, amo su elegancia al caminar con tacones y también amo cuando sus Crocs la hacen ver mas baja de estatura, amo verla independiente y amo cuando se monta sobre mí uniéndonos en uno. En todas las realidades la amo, asi de complicado, así de fácil.
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Editado: 20.01.2025