Capítulo 1
Año 2027
16 años de edad
Intenté quitar la tensión de mis extremidades superiores mientras tenía de fondo una canción de la banda británica One Direction titulada "More than this". Me quedé observando las palabras en la pantalla de mi viejo computador mientras que una notificación en la parte superior de la pantalla me indicó que mi mejor amiga me había contestado en el chat.
Decidí responder, a pesar de que era un tema que no tenía mucho sentido para mí y que no tenía mi completo interés. Pero contenía el suficiente para no detener la conversación, honestamente.
Ella era lo que muchos llamaban 'ancla' pues debía hablar con ella para sentirme completa y aunque siempre he pensado que soy la más estable de las dos, ella sigue manteniéndome en tierra.
Una vez que terminé de contestarle a Kelly, volví a abrir el documento en el cual estaba tratando de desarrollar la historia que se había presentado en mis sueños unas noches atrás, pero estaba en un tipo de bloqueo de escritor y simplemente no fluían más palabras de mi cerebro hacia mis dedos.
"Ésta historia no tiene ningún futuro", pensé, sintiéndome más patética de lo que ya era. Así que, dándome por vencida –de nuevo–, decidí abrir el documento donde mis sentimientos más profundos se encontraban, lo que era algo así como un estúpido diario.
Comencé a escribir, recordándome a mí misma que solo me quedan unas pocas horas de soledad y debía aprovecharlas al máximo, porque luego mi madre llegaría e iban a comenzar los gritos que no podía dejar de escuchar, ni siquiera en mis sueños.
Tarareé lo que quedaba de la canción sin dejar de teclear, aunque al final terminé cantando en una voz muy alta –que juraba los vecinos podían escuchar. Pero yo no quería detenerme, así que seguí cantando las palabras como si estuviese en un concierto con miles de fanáticos a mí alrededor gritando mi nombre o mi apodo, "Lolah".
Solté un suspiro, y mientras la canción llegaba a su fin pensé en mi familia a solo unas cuatro calles del sitio donde me encontraba, uno al que debía llamar hogar pero era todo lo contrario.
Al pensar en mis parientes lo primero que me imaginaba era que estarían hablando de algún miembro familiar a sus espaldas, tal vez quejándose de la vida aunque realmente no tengan motivo, pero ¿de qué servía recordarlos?
En un principio ellos eran los causantes de mis principales inseguridades, aunque el factor de falta de amigos también estaba presente. Solo una chica había decidido que no era tóxico hablarme y, se convirtió en mi mejor amiga, Kelly.
Ella era la persona que más me conocía en el mundo hasta los momentos. Nuestra relación se basaba en molestarnos y burlarnos de ello al mismo tiempo. Kelly representaba una de las razones por el cual no acabé con mi vida hace dos años.
Sentí frío en mis pies gracias al aire acondicionado encendido, lo que causó que observara mis piernas gruesas y torneadas a pesar de que no hacía mucho ejercicio.
Mis pies estaban hinchados por diversas lesiones que había tenido en ellos, sin contar que eran muy grandes como para ser de "una señorita".
Mi sweater negro dos tallas más grande ocultaba mi abultado estómago de grasa acumulada con los años –que no era tan grande como mi familia deseaba meterme en la cabeza cada cinco segundos–, junto a mis pechos atrapados por un sostén que ha pasado de ser blanco a un color gris con el paso de los años, pero era el más cómodo que tenía para la casa y que le daban la forma que deberían tener.
Malditas malformaciones mamarias.
Por el tiempo sin usar el computador, la pantalla se apagó dándome la oportunidad de observar mi reflejo en él, como en un espejo.
Un espejo muy oscuro.
Humedecí mis carnosos labios con la lengua en un intento por hidratarlos pero fue en vano. Mi nariz no tan grande (pero no tan pequeña como me gustaría que fuera) captó mi atención una vez que tomé un suspiro para finalmente mirar mis ojos pequeños y verdes con escasas pestañas.
Mis ojos se veían muertos.
Mi cabello rubio se encontraba todo enredado y en nudos; atado en un moño feo y sin forma que trató inútilmente de domar mi cabello.
Sacudí mi cabeza, mientras movía el mouse encendiendo la pantalla nuevamente, entonces me dediqué a leer lo que había escrito.
"Quiero levantarme, pero no quiero hacerlo. Quiero dormir, pero aún no es tiempo. Soy un robot que no debe sentir pero que sin embargo lo hace. Soy una ficha más de esta sociedad que me arrastra y como me niego, me rechaza. No soy igual a los demás. No lo soy. Y no quiero serlo, pero solo queda fingir que me he adaptado, aunque todo explote dentro de mí.
¿Es que alguien descubrirá mi voz? ¡Quiero cantar! Soy alguien que generalmente dice lo que piensa, pero que tiene un profundo miedo a que se burlen de ella. Por eso no quiero subir videos a YouTube. No quiero que se burlen. No quiero.