Thursday

"Cada persona tiene su propio color, una tonalidad cuya luz se filtra apenas a lo largo de los contornos del cuerpo. Una especie de halo. Como en las figuras vistas a contraluz."

- Haruki Murakami.

Rojo. Sus mejillas calientes color granate. El rojo de sus orejas, hombros y pecho. La escarlata de su alma, como un rubí adiamantado. El sonido de su voz. Su aliento tibio cada vez más intenso. ¿Qué es este sentimiento arcaico? ¿Por qué sus ojos me miran con tal carga de deseo?

No había marcha atrás en esta danza de fuego, en este dialogo que terminaría en la muerte de ambos.

"Serás mío", nos repetimos. Como brazas ardientes nos consumiremos hasta convertirnos en cenizas: Polvo somos y en polvo nos convertiremos.

Entre suspiros y caricias yacemos en el fin del mundo, donde el cielo se degrada en acuarelas cardenalicias y el suelo huele a flores cortadas. Si lo pensamos de ese modo eso es lo que somos: flores muertas en un jardín bastardo.

El aroma almizclado de tu cuerpo cada vez más caliente anunciando el final de todo se mezclaba con el mío. ¿Por qué tus ojos se muestran enojados? ¿Por qué estoy llorando mientras el sol desaparece en el horizonte?