CIARA
El dulce aroma de mi te me traía gratos recuerdos de mi infancia
Las carreras improvisadas con mi abuelo, sus frutas cortadas en forma de sol. Sus temblorosas manos intentando forrar mi primera cometa. Y sus gigantescas sonrisas cada vez que me oía leer los periódicos diarios
Eran momentos mágicos que se guardaban muy profundo en mi cerebro. mis recuerdos favoritos. que atesoraba con todo mi ser.
A pesar de que hace años esos recuerdos se han ido entre mezclando, aún no entiendo desde cuando o cómo sucedió. Solo se que un día desperté y sentí como si me faltara algo.
La misma sensación que genera el olvidar algo muy importante, pero no tener certeza alguna de que es.
Esos sentimientos me han acompañado por muchos años, y se han intensificado desde que llegue a Londres, ciudad de mis sueños y en donde buscaba escapar de mi vida pasada.
Pero no todo ha salido como lo imaginaba.
Acababa de llegar de una reunión. Con la señora Priyanka. Mi jefa
Una mujer complicada y dificil de tratar
hasta ahora había logrado manejar con perfecta calma, cada uno de sus ataques intencionales.
Ya sabía más o menos cómo lidiar con temperamento. Y por consecuente me volví más tolerante a sus comentarios fuera de lugar e insinuaciones
Pero el día de hoy, definitivamente fue la gota que colmó el vaso.
Hoy como cada día, teníamos algunos proyectos que analizar y en específico una entrega muy importante en la cual yo llevaba meses trabajando.
En la reunión de hoy se definiría algunos detalles minúsculos para al fin hacer el traspaso de propiedad y esas cosas legales
Pero para mi sorpresa, mi "grandiosa" jefa tenía un tema en particular para tratar
El bonus de crédito y participación en el proyecto. Me delegó el 45% de la cifra total.
La desgraciada se había tomado el 55% del crédito de todo MI trabajo. Y lo hacía frente a mis ojos, con un abogado de por medio y los papeles listos.
Solo faltaba una cosa, mi firma
Me negué, me puse de pie enojada y le reclame su falta de ética y profesionalismo.
Fue un error dejarme llevar por mis emociones, pero joder. Me robaban mi trabajo de meses de la manera más sucia y rebajada
Y todos los presentes lo sabían.
Pero claro, nadie podía estar en contra de la jefa. Y menos de alguien con los contactos que ella tenía.
Por un momento pensé en pasar mi carta de renuncia, o levantar un proceso legal.
Pero luego de recibir una amenaza por parte de ella, lo tuve que pensar dos veces.
No podía darme el lujo de permitir que ella manchara mi hoja de vida con falsas acusaciones y sanciones que no me permitirían solicitar un trabajo en esta ciudad o quizás en más ninguna, donde esa víbora tuviera poder
Debía calmarme y pensar con frialdad
Pero la rabia acumulada y el sentimiento de impotencia me podían.
No estaba logrando idear un plan, o alguna salida
Aquí la única alternativa era ceñirse a sus injusticias. Al menos hasta que logrará dejar de ser de su interés y pudiera largarme
Aunque esa era otra cosa que no quería
Irme de esta ciudad donde me costó tanto llegar.