Blume

CAPITULO CINCO

CIARA

Normalmente las citas acordadas con los clientes, se llevan a cabo en nuestras oficinas. A pesar de ello, en el correo que me acababa de llegar especificaba con demasiada intensidad, que era necesario que la reunión se efectuará en el edificio central de los laboratorios Gulbrandsen.

No le quería encontrar tres patas al gato, pero todo este asunto por alguna extraña razón me tenía con los pelos de punta y con un raro presentimiento.

Y es que claro, aún no tenía la menor idea del porqué fui elegida por el cliente como asesora.

No soy de augurios y menos de esas personas que creen en vibras o energías. Pero me era inexplicable el motivo por el cual mi piel se erizaba cada vez que leía su nombre.

Apagué la laptop y me puse de pie con la clara intención de ir a almorzar de una vez por todas. Llevaba toda la mañana sin comer nada y mi cuerpo ya me estaba pasando factura

Tomo mi bolso con lo necesario y salgo de mi oficina, hacia el elevador.

Mi piso se encuentra totalmente vacío y agradezco eso, al no verme obligada a ser cortés.

Cuando salgo del elevador, camino a paso apresurado hacia la salida mientras saco mi celular del bolsillo de mi blazer.

Entro a contactos, marcando el número de Rain, mientras miro a ambos lados de la carretera

Dos pitidos y su cantarina voz me recibe con sus usuales apodos melosos

"Cielo, justo estaba por llamarte" su voz se oía algo amortiguada, pero no le presto atención

"Quería ver si tenías tiempo para venir a almorzar juntas" le propongo mientras cruzo la calle llegando a la cafetería frente a mi trabajo.

Un lugar con un delicioso café.

"Para eso te llamaba cariño, resulta que me surgió algo en el trabajo y no podré verte hoy" se oye apenada

Yo me siento en una mesa al fondo mientras ubicó el bolso en la silla a mi lado

"No te preocupes, entiendo, trabajo es trabajo"

Del otro lado de la línea se escucha como si un fajo de papeles cayera al suelo de forma estrepitosa y un suave bufido se logra escuchar a la lejanía.

"Gracias por entenderlo, nos vemos mañana Cielo" y así sin esperar una respuesta simplemente cuelga, oyéndole realmente agitada.

Miro la pantalla de mi celular con el ceño fruncido, y niego resignada a creerle.

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Tomó un sorbo de mi café, mientras salgo del elevador rumbo a mi oficina.

El almuerzo estuvo delicioso y al fin me sentía un poco más despejada para trabajar como era.

Y así hubiera permanecido el resto del día, si no fuera por el golpe de aromas que me congelo en él marco de mi oficina

Mi boca se abrió ante la sorpresa y me obligó a apretar el vaso en mis manos para no derramar el café.

Frente a mi, encima de mi escritorio, se encontraba un arreglo de flores.

Y quizás eso hubiera sido normal y hasta un poco lindo e inesperado. Si no fuera por la inconfundible flor que era protagonista del arreglo.

Eran las mismas que había recibido días anteriores.

Pero ahora estaban mucho más majestuosas de lo que recordaba, y su perfume se sentía el doble de fuerte. Tanto así que tuve que retroceder para evitar marearme.

No sé si era normal reaccionar así ante una fragancia floral. Pero lo único que tenía claro, era que nada de lo que me estaba sucediendo era normal en sí.

Sentí miedo y mucha incertidumbre al caer en cuenta, que quien sea que mando todos estos regalos, no solo sabía dónde vivía, si no también donde trabajaba.

Esto en definitiva se estaba saliendo de control.

Como pude, logré cerrar la puerta tras de mí e ir casi que a tropezones a la ventana para abrirla de par en par, rogando que el aroma se disipara un poco para poder meditar mis siguientes decisiones.

Me recosté en la pared del otro lado de mi oficina, mientras veía fijamente las flores.

Una hoja doblada, llamó por completo mi atención. Estaba entre los tallos y portaba las iniciales de mi nombre

C.H

Me acerqué tomando aquel papel entre mis manos, sintiendo mi propio corazón retumbar dentro de mi pecho.

Con un suave suspiro desdobló la nota, quedando aún más confundida que antes.

*tus favoritas*

Una simple oración. No tenía ningún significado para mí, ¿qué quería decir con mis favoritas? Hablaba de las flores?

Como podrían ser mis favoritas si es la primera vez que las veía en mi vida.

Tomó el puente de mi nariz con un poco de frustración por tantas preguntas y pocas respuestas.

Dejo la nota a un lado del arreglo, y por un segundo se me ocurre exactamente quién puede saber cómo llegaron estas flores a mi oficina.

Tomo mi celular y con paso apresurado salgo hacia el elevador. Pulso el piso de recepción mientras muevo de forma inquieta mi pie.




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