CAPITULO SEIS

La semana paso entre trabajo y tediosas reuniones que me obligaba a tener la señora Priyanka.
Ni siquiera se molestaba en disimular la poca confianza que le tenía a mi trabajo, parecía vigilar cada paso que hacía, como si buscará el mínimo tropiezo para tener una excusa y arrebatarme esta oportunidad.

Lastima por ella que no le he dado el gusto.

Mi fin de semana pasó volando, casi que no pude hablar con Rain, al verme atareada con los adelantos que estaba haciendo con el nuevo proyecto
Quería ir preparada a la reunión que tendré con él mañana.
Aunque debía admitir lo nerviosa que eso me tenía.
Cosa que me desconcertaba, no es como si fuera la primera vez que me reuniría con un cliente.
Al menos en estos seis meses he tenido bastante trabajo y ya me sentía algo confiada cuando de este tipo de cosas se trataba.

Me levanté de la silla, para estirar un poco mis entumecidas piernas.
Eran las 9 de la noche y me encontraba en el pequeño despacho de mi apartamento. Hace dos horas llegué del trabajo y simplemente decidí seguir acá en casa.

Quizás estaba siendo exagerada con todas las horas que pasaba investigando y ahondando en todo lo que necesitare para que este proyecto sea un éxito. Pero tener la mirada de mi jefa en todo momento, no me permite bajar la guardia ni un segundo.

Cuando me dirigí a la cocina por un vaso de agua, me tuve que sostener a la isla, al sentir un pequeño mareo.
Cierro mis ojos sintiendo mi estómago gruñir y mis extremidades un poco pesadas.

Claro.

Evitó auto reprenderme al caer en cuenta que no he almorzado ni cenado nada.

Mi cuerpo ha estado al límite estos últimos días, y hasta ahora siento las consecuencias de ello.
Con pasos lentos abro la nevera para tomar un porta, con comida que Clara deja.

El tiempo no me alcanza ni para cocinar.

En menos de 20 minutos me encuentro comiendo spaguetti a la boloñesa, mientras reviso de forma superficial los mensajes de mi mejor amiga.
Al parecer el trabajo también la ha tenido algo ocupada. Aunque muy dentro de mí, sospecho que quizás sea algo más

Dejó el plato en la vajilla, al terminar de comer.
Con pesadez me dirijo a mi habitación para tomar una corta ducha y dormir lo que alcance hasta mañana.
Cuando me encuentro en ropa interior, entró a mi cama.

Casi que suspirando de placer al sentir las sedosas sábanas y la calidez que estás me otorgan.
En cuestión de segundos ya me encuentro en un profundo sueño.

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Mis ojos se abren de par en par, mientras siento mi pecho agitado y el sudor cubrir mi cara y cuello.

La fría brisa entra por la ventana de mi habitación, y con movimientos ralentizados me siento en la cama sosteniendo mi pecho, como si eso ayudara a que mi corazón dejara de galopar de aquella forma.

Sentía un nudo en mi garganta.
Otra vez había pasado.

Otra vez el mismo sueño.

Cerré mis ojos con fuerza, mientras repasaba cada imagen en mi mente, quizás con la esperanza de encontrar algo diferente.

Pero nada, el sueño era el mismo
Pasto verde y un gran roble que otorgaba metros de sombra.

Mis pies descalzos y el sonido de una hermosa risa llenar el espacio. Solo veía pequeños fragmentos. Yo corriendo, yo sonriendo hacia alguien o algo. Unas manos que acarician mi mejilla. Y su suave toque sintiéndose tan cálido y correcto, que aún despierta puedo seguir sintiendo sus caricias.

Sin embargo, siempre era lo mismo, me despertaba con un tremendo vacío en mi pecho y unas ganas terribles de llorar. Como si mi corazon me susurrara que algo no andaba bien

Tenía meses sin tener este sueño. Y no entendía por qué había vuelto.

Froto mi sien con leves masajes, y volviendo a acostarme observo el techo como si este me pudiera dar las respuestas que tanto necesitaba.

A mi mente llegó la caja que escondí debajo de mi cama.

Aquella que guardaba algo que aún me inquietaba descubrir. Aún no tenía la suficiente valentía para ir y abrir la pequeña cajita de terciopelo

Quizás lo haga mañana después del trabajo, no tenía sentido seguir aplazando algo que tarde o temprano sucedería.

Con aquellos pensamientos, volví a cerrar los ojos, pudiendo dormir nuevamente, luego de 20 minutos de meditación.