Blume

CAPITULO SIETE

El taxi se detiene justo enfrente de un gran edificio de ventanales enormes y de un pulcro color blanco.

Le pagó al taxista y me bajo del vehículo para inspeccionar de forma más detallada la gran edificación; no tenía mucho conocimiento de lo que se realizaban en estas instalaciones. Lo único claro, es que es un reconocido laboratorio con los más renombrados científicos a nivel nacional.

Me causaba intriga que un renombrado cientifico estuviera solicitando ayuda de una agente de bienes raíces, especializada en diseño de interiores. No parece ser algo que una persona que trabaja en este campo necesitaría

Pero quién soy yo para juzgar.

Detengo mis pensamientos, dirigiéndome a paso rápido a la gran entrada

Todo parece tan limpio y minimalista, solo hay algunos cuadros de reconocimientos y méritos de personas que ni siquiera conozco. La recepción solo cuenta con un par de sillones negros de cuero y una solitaria planta en una esquina de la estancia.

Detrás del mostrador una señora que podría estar atravesando los 40, se encontraba hojeando una carpeta, totalmente ajena a mi presencia
Me acerco más y con un disimulado carraspeo logró captar por fin su atención. La mujer levanta la mirada y me ve con ojos serios
"Bienvenida a laboratorios Gulbrandsen, que necesita?" Habla con un tono monótono

Un escalofrio me recorre al escuchar aquel apellido.
Gulbrandsen...
Aún me sentía extraña al escuchar su nombre.
Centro nuevamente mi mirada en la señora frente a mi, extendiéndole mi tarjeta de identificación de la empresa

"Soy agente inmobiliaria, el Doctor Lucien Gulbrandsen ha solicitado una cita conmigo en estas instalaciones" le informo manteniendo mi tono profesional
Aquella mujer toma mi tarjeta y luego de darle una rápida ojeada, agarra un teléfono fijo y lo lleva a su oreja
Pasan minutos en donde ella contacta a alguien informando de mi llegada
Hasta que cuelga el teléfono y me pide con una forzada sonrisa que espere en los sillones

Yo le doy las gracias y me voy a sentar.
Ahí permanezco quizás unos 10 minutos, donde solo me dedico a leer noticias en mi celular, pero deslizando por el navegador me entra curiosidad por saber quién era realmente lucien. Quizás desde la perspectiva del ojo público.

Muerdo mi labio inferior y presionó en la barra de búsqueda, dispuesta a escribir su nombre. Sin embargo, el piqueteo de unos tacones me distraen de mi tarea

Guardo el celular y levanto mi mirada, encontrándome con una chica de estatura mediana. Joven, quizás de unos 18 o 19 años

Me sorprendo a mi misma quedando perpleja ante su presencia.
Era hermosa.

Mucho más que eso, la simple palabra no describe el aura que desprendía aquella jovencita.
Portaba un hermoso vestido de tul celeste, que la hacía ver aún más joven, su cabello cayendo en una abundante cascada por ambos hombros, tenía un peculiar tono de pelo. Parecía una combinación entre rubio y blanquecino, se veía de fantasía.

Pero quizás lo que más llamaba la atención, era su perlado rostro, tan delicado a simple vista. Que parecía algún tipo de porcelana

Mi cuerpo reaccionó por sí solo al cruzar la mirada con ella. Fue al ver sus grisáceas pupilas que sentí mis vellos erizandose y por un breve instante tuve que sostenerme de la pared a mi lado, por el leve mareo que me atacó de la nada.

La chica se acercó a paso apresurado al ver mi rostro que seguramente estaba pálido

"¡Ciara! ¿Estás bien?" Pregunta algo alarmada intentando tomar mis hombros

Pero antes de siquiera llegar a tocarme, se retractó y dio un par de pasos atrás, mirándose algo perdida y decaída, como si hubiera recordado algo.

No pude evitar sentirme algo desorientada por el extraño malestar.

Como pude me senté, cerrando mis ojos tratando de eliminar el mareo y debilidad que empezaba a sentir.

Genial, preciso el día de mi Reunión con el Doctor.

Me reprocho.
"Toma, es agua fría" con lentitud levantó el rostro al escuchar aquella melodiosa voz

Ella me extiende un vaso de vidrio con agua y en la otra mano una servilleta.

Sus ojos parecen ver cualquier cosa que no sea mi rostro.

Tomó el vaso con cuidado, dando pequeños sorbos sintiéndome un poco mejor
Cuando vuelvo a dirigir mi mirada hacia ella, noto que sus dientes muerden su labio inferior mientras su mirada parece perderse en un punto muerto
Mi ceño se frunce levemente al ver cómo sus ojos parecen cristalizarse
No entendía por qué, pero sentía una extraña molestia en mi interior al verla así de afectada.
¿Que me esta pasando..?

Sacudo un poco mi cabeza poniéndome de pie.

Aquella jovencita, mira hacia el techo como si hiciera una silenciosa Súplica, antes de volver su atención hacia mi.

Claro sin verme a los ojos aun.

"¿Se siente mejor?" Pregunta
Yo me limito a asentir

"Mi nombre es Eleonor Gulbrandsen, soy la hermana de Lucien, un gusto conocerla" su mano se extiende a mi dirección

Yo la tomo y le doy una cortés sonrisa, aún algo perdida




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