CIARA
El sonido de mis tacones resuenan en la vacía estancia. Miro las paredes y el techo que me rodean, mientras anoto detalles que mencionaré cuando Lucien llegue.
Eran las 3 de la tarde, estaba una hora antes. No se si por los nervios o por que realmente necesito tener todo listo.
Salgo de la habitación principal dirigiéndome a la gran sala donde una enorme puerta corrediza da hacia el amplio jardín.
Una de las condiciones para la propiedad, era tener un gran patio, tanto delantero como trasero. Lo había acatado al pie de la letra.
El pasto verdoso se veía tan fresco, que me provocaba descalzarme y caminar un rato para aliviar mi ansiedad.
Elevo mi mirada, notando que las luces no otorgan tanta iluminación a un espacio en específico de la sala. Lo anoto y prosigo a la cocina, donde una enorme isla es la protagonista del lugar, por encima un candelabro y las paredes de un tono diferente del resto de la casa, es un color crema que contrasta con las gavetas de madera oscura.
Abro y cierro cada cajón asegurándome de que todo esté en perfectas condiciones y sin ningún defecto de óxido o algo así.
Salgo de ahí para subir las amplias escaleras que me dirigen al segundo piso.
Eran de caracol y en el centro del techo se ubica una luz que desciende por las escaleras.
Llegó a la primera habitación que se me cruza y doy un fugaz vistazo, ya la había detallado bien en fotos. Tenía un pequeño balcón y un closet de 4 puertas, su propio baño con tina y persianas eléctricas.
La siguiente habitación es un poco más amplia, parecida a la principal pero su closet es más pequeño y el baño no tiene tina.
Así recorro el segundo piso, mirando la mini sala y un área de entretenimiento equipada con paredes insonoras y luces Led en el techo.
Finalizó mi inspección y cuando baje nuevamente por las escaleras, casi tropiezo con un escalón al visualizar una ancha espalda mirar de forma detenida el jardín.
no puedo evitar mis nervios al saber de quien se trataba.
Miro mi reloj de mano, notando que solo faltan 15 minutos para las 4. Llego temprano.
Bajo los últimos peldaños, con sigilo, pero al parecer no es lo suficiente por que al terminar de bajar la escalera, toda su anatomía se gira casi como si sintiera mi presencia a sus espaldas.
"Hola, no note que había llegado" hablo sosteniendo mi libreta con fuerza, al observar sus grisáceos ojos puestos sobre mi. Con la misma intensidad a la que aun no me acostumbro.
Traía un traje de color beige, casi blanco, no traía corbata y la camisa de abajo tenia un par de botones abiertos.
A pesar de la elegancia de su vestimenta, su postura y aquella radiante sonrisa, lo hacían lucir casual, incluso relajado
"Termine antes" dice con simpleza, paseando de forma sutil sus ojos sobre mi "así que, ¿este es nuestro primer destino?" Pregunta mirando los alrededores.
Yo asiento, dando un par de pasos cerca de él.
"¿Salimos para iniciar con el recorrido?" Le señalo la puerta de la entrada con mi mano, él pasa a lado de mi y yo tomo un respiro antes de caminar detrás de él.
Cuando ambos estamos en el jardín delantero, me dedico a enseñarle toda la fachada y respondiendo un par de preguntas que se le ocurrieron en el proceso.
Al entrar empecé con mi discurso memorizado. Sin embargo, su intensa mirada y los instantes donde no mira la propiedad en sí. Si no que me mira a mi, me erizan la piel.
Trato de ignorar ello, pero se siente casi imposible cuando es mi propio estómago el que me manda corrientazos al percibir su escudriño.
Cuando estamos en el jardín trasero, por fin finalizando todo el tour. Me giro para preguntar qué tal le pareció todo. No obstante su respuesta me descolocó un poco.
"Qué te pareció a ti? Te gustó?" Pregunta con verdadero interés.
Yo parpadeo un par de veces, hasta recordar su peculiar petición en la cena que tuvimos.
Miro a mis alrededores antes de responder y buscando algo que me atrejare con intensidad, terminó descubriendo que no siento calidez en este lugar, a pesar de lo hermoso que es, hablando desde una perspectiva de diseñadora de interiores. No se percibe como un hogar.
O al menos no para mí.
Sin siquiera meditar un poco más, decido abrirme por completo. Importando poco, el hecho de que si el compra está propiedad, por su precio en el mercado me podría ganar una buena bonificación.
Por una extraña razón, sentía una terrible necesidad de ser sincera con el
"Es una hermosa casa" lo miro directo a sus electrificantes ojos "pero se siente demasiado ajena, no importa lo lindo de sus acabados y la estructura conveniente. El ambiente no se siente como el de un hogar" termino con mi relato.
Él me ve con una pequeña sonrisa, no dice nada. Solo entra a la casa en completo silencio.
Yo lo sigo, con miedo de haberme excedido.
No quería que pensara que soy una especie de entrometida.
Cuando ambos estamos en la entrada, él voltea a verme con sus manos dentro del bolsillo de su pantalón.
"Una para tachar en la lista, espero con ansias la siguiente opción" su voz suena calmada, no se ve ofendido ni nada de eso.
Pero la duda se me instala en el pecho
"No quiero que mi opinión influya en su decisión, si a usted le gusta puede comprarla, lamento haberme pasado" muevo mis manos, articulando mis palabras con algo de nerviosismo.
Su expresión cambia, cuando escucha el *Usted*. Parece más ofendido por eso que por lo realmente importante.
"No te pasaste Ciara, yo te pedí que fueras honesta y lo fuiste. Si yo decidí no comprarla es por que me siento totalmente identificado con tu opinión. Al momento de pasar esa puerta, sentí de inmediato que no podría llamar esta casa mi hogar" su mirada se dulcifica.
Al escuchar sus palabras el tumulto de pensamientos para y por ende me relajó en sobre manera.
Por un momento pensé que estaba siendo atrevida.