Blume

CAPITULO DOCE

FRANK

Golpeo el saco de boxeo, mientras la música suena por los altavoces del cuarto.

Me sentía exhausto pero ya llevaba una semana sin entrenar. Y todo por que no podía tener la cabeza en un solo lugar.

Estos días habian sido un completo tormento.

últimamente me sentía como un niñero, tenía que vigilar que ambos hermanos siguieran al pie de la letra el plan.

mis nudillos ardieron debajo de las vendas que se suponia debian protegerme de los golpes. Me sentía frustrado.

También la extrañaba. Demasiado.

pero no me sentía con las suficientes fuerzas para pararme delante de ella y fingir que no conozco el sonido de su risa, o que no se sus chistes malos, sus palabras de aliento.... sus abrazos.
una melancólica sonrisa aparece en mis labios al recordar sus torpes movimientos cada vez que le intente enseñar a manejar una motocicleta.

Sin importar lo reacio que estaba Lucien con la idea, ella parecía empecinada en aprender.

más de una vez maldijo el vehículo de dos llantas.

sus descalzos pies por toda la casa, mientras perseguía a Eleonor. Era sin duda una adorable imagen.

pero quizás lo que más extraño era la dulzura y calidez que desprendía su mera presencia, ella era luz en nuestras monótonas vidas.

se ganó el cariño de todos y con una sola sonrisa suya todo parecía estar en su lugar.

la quería, no de forma romantica.

no, con ella era como si hubiera encontrado la hermana que nunca tuve.

la única capaz de quitarme el mal genio y hacerme sonreír de forma genuina.

Tomó la botella de agua dando un trago, apagué la música tomando la toalla para secar mi sudor.

cuando estaba por salir del gimnasio, el sonido de mi celular me detiene en el marco.

Lo tomó enseguida al leer el nombre de la persona que me está llamando.

Llevo a mi oreja el celular y ni siquiera logró articular una palabra, cuando la voz del otro lado me interrumpe dejándome helado en mi lugar.

cuelgo el celular luego de susurrar un par de órdenes, saliendo de mi ensoñación salgo disparado hacia la planta de abajo de la mansión.

entro sin tocar al despacho.
Lucien me ve con una ceja levantada, pero al detallar mi expresión, se levanta de la silla con rapidez

"que pasa? habla!"me mira esperando una respuesta, dejó el teléfono en su escritorio.
"Nicolas me acaba de llamar"si antes estaba intranquilo, luego de escuchar mis palabras, sus ojos se abren el doble mientras rodea el escritorio.

Ya habían pasado meses que no escuchábamos ni una sola novedad de aquel pueblo.

"mierda, que paso? por que te quedas callado??" me habla alarmado.

Yo lo tomo de los hombros para que se tranquilice y piense con mente fría, en estos momentos no necesitábamos alterarnos o las cosas se nos saldrían de control.

"dijo que Estella había recibido una llamada de un número desconocido, que luego de ello se puso iracunda" explico con calma "lograron interceptar la llamada, pero solo alcanzaron a escuchar lo último. Al parecer su amiguita le había ido de bocona a su madre"

Lucien se lleva las manos al pelo en clara señal de frustración.

"ya sabe que la estamos intentando recuperar "finalizó sentándome de sopetón en la silla detrás de mí.

un fuerte golpe me obliga a levantar la mirada, su puño estaba cerrado sobre el escritorio.

"esa hija de puta" murmura entre dientes "le pediste que incrementará la vigilancia, que cualquier intento de localizarla o llamarla se viera interferido? "yo asiento "bien, al parecer tendremos que acelerar un poco las cosas"

su mano afloja la corbata, tiene una expresión de ira.

"pensemos bien qué haremos a continuación " le recuerdo "no olvides que un paso en falso y la perdemos"
él asiente mientras abre la caja fuerte, sacando unos planos de ahí.

"Lo sé, pero por ahora prefiero poner en marcha el plan B" esta vez una sonrisa cómplice aparece en su rostro, y sin decir una sola palabra más, ambos nos dedicamos a organizar un par de cosas que harán la diferencia en todo este panorama.

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dos horas antes.....

Ciara.

"no puedo creer que en esto estoy gastando mi valioso fin de semana" oigo a Rain quejarse, mientras levanta una caja con lo que parece ser vasos y platos de vidrio
giró los ojos y la ignoró mientras terminó de doblar los manteles, ubicándolos en una bolsa.

"recuérdame por que estamos ayudando a la señora marta a mudarse un viernes por la tarde?" se cruza de brazos con su cara sudada y una expresión de cansancio y hastío.

"por que soy una increíble vecina y tu una fenomenal amiga que no me dejara hacer todo esto sola"le digo con una sonrisa de boca cerrada.
ella me ve con cara de pocos amigos."y por que nos prometieron un pastel al finalizar" mencionó bufando.

enseguida una sonrisa abarca su rostro.
"Ahora si tengo motivación. esa mujer tiene manos mágicas, su pastel es el mejor que he probado en toda mi vida"
me río ante sus ocurrencias.

Ambas continuamos con el trabajo
un par de horas después estamos agotadas, pero con cada pertenencia de la sala y cocina empacada en una caja.

La señora Marta nos agradeció una vez más, y antes de irnos nos entregó el delicioso postre y su nueva dirección escrita en un papel, por si queríamos visitarla.

cosa que por supuesto haríamos, sus historias y su comida son lo mejor.

justo en estos instantes, mi mejor amiga y yo nos encontramos desparramadas en el sillón de mi sala. ambas con dolor en el cuerpo

"que calor tan infernal, abre la ventana"me dice subiendo sus pies en mi mesita de centro

Me pongo de pie para abrirla y de paso buscar un vaso de limonada en el refrigerador.

"oye, por cierto, no me has contado qué tal te fue ayer"pregunta desde la sala.
yo me quedo de espaldas con la mano en la jarra.

Rain solo sabía de la cena en el restaurante y que ayer debía reunirme con Lucien a ver la primera propiedad. Pero aún no tenía idea de todas las cosas extrañas que me han pasado a raíz de ello.




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