CIARA
Misma rutina.
La diferencia eran mis ánimos por el suelo.
Me sentía agotada, tanto física como mentalmente
Hoy realmente deseaba con toda mi alma, que el día pasara volando. Mi único deseo era llegar a mi casa y tener unas decentes horas de sueño.
Ni siquiera recuerdo la última vez que me sentí con mucha energía. El estrés del trabajo y mis problemas personales me tenían al límite.
Sin embargo, hoy por la mañana tomé la decisión de no mortificarme por la pelea que tuve con Rain ayer.
Me dolió, por supuesto que sí.
Pero mi vida continúa, y si ella decidió ignorar me y crearse falsos escenarios en su cabeza, eso no era problema mío.
Estaba tan saturada con todo, que agregarle el capricho de ella a mi lista, me podría colapsar. Y sinceramente no estoy para eso ahora.
Gracias al cielo no me había visto ni una sola vez con mi jefa. Y anhelaba que se mantuviera así el resto del día.
Estaba tan concentrada en unas imágenes de una nueva propiedad que adquirió la empresa, que no pude evitar sobresaltarme por el sonido del teléfono fijo de mi oficina. Me encuentro especialmente perceptible hoy.
Tomó el aparato y lo llevó a mi oreja, respondo tratando de sonar casual y seria
Del otro lado, la secretaria principal habla con su monótono tono de voz. Anunciándome que tenía una visita en el vestíbulo
Ladeo mi cabeza confundida y al preguntar de quién se trataba, ella solo se limita a decir que la persona se niega a dar su nombre y vocifera lo urgente que es su encuentro
respondo con afirmación y cuelgo el teléfono aún con cara de desconfianza y hartes
Justamente hoy esperaba tener un día tranquilo, sin regalos misteriosos o extrañas visitas al trabajo
Me levanto del escritorio tomando mi celular en una mano y las llaves de mi oficina en la otra. Miré por última vez un retrato que conservaba de Rain y yo, donde ambas sonreímos a la cámara haciendo muecas.
Solté un suspiro y me gire hacia la puerta tratando de terminar cuanto antes la inesperada visita que me esperaba abajo
Saludo con falsas sonrisas a la mayoría de las personas en mi piso, sin detenerme a hacer alguna decente conversación
El suave tintineo del elevador abriendo sus puertas, me anima a salir de inmediato y buscar con la mirada a cualquier persona que me resulte familiar.
Sin embargo, no encuentro a nadie que logre reconocer
Solo se encuentran un par de mujeres hablando animadamente con la secretaria principal
Un señor con un periódico, sentado en uno de los sillones de espera. Un par de colegas caminando dirección al elevador, con papeles en mano y con cara de estrés notable
Pero cuando gire mi rostro a la entrada, mi ceño se profundizó y escanee de forma automática a cierto tipo de metro ochenta con traje azul marino y aquellas distintivas gafas de sol.
Enseguida caí en cuenta de que él era ese tal Frank. Mano derecha de Lucien.
Nunca había tenido ningún tipo de contacto con él, solo lo había visto un par de veces y siempre mantenía su distancia.
Y a pesar de que una vez quise acercarme para hablarle, ya que la primera vez que lo vi parado detrás de Lucien, note como no apartaba la mirada de mi, y en vez de sentirme intimidada me causó gracia como siempre esquivaba mi mirada cuando lo atrapaba observándome. Pero al intentar entablar una conversación, él se alejaba. Al principio pensé que quizás le caía mal o algo así. Pero al mencionarle a Lucien, él me explicó que Frank solía ser un poco cerrado con personas que no conocía. Y desde ahí intenté no hacerlo incomodar, aunque por dentro tenía mucha curiosidad, algo me decía que ese tipo serio y frío, podría ser alguien dulce por dentro.
Frank se gira al sentir mi mirada, y de forma fría extiende su mano hacia la salida asintiendo una sola vez.
Luego de eso sale de la estancia y me hace entender que debía seguirlo. me encontraba dudosa por esta situacion extraña, era la primera vez que lo veia sin lucien, ademas, no entendia por que tanto misterio.
si era algo relacionado con el trabajo pudieron solicitar una reunion o llamarme, pero decido no darle mas vueltas al asunto, por que al final tenia curiosidad y nunca he podido hablar con el
y no se si era por saber el motivo de su presencia aquí, o por que por primera vez Sentía que los últimos acontecimientos tenían una relación indirecta, o directa con mi cliente
No quería hacer apresuradas especulaciones, tampoco pretendía culpar a Lucien Gulbrandsen por los arrebatos raros que he tenido, o los dolores que me han invadido de la nada
Apretando mis llaves empiezo a caminar hacia la entrada principal del edificio
Salgo de un todo, y la fría temperatura me recibe con parsimonia. El día se ve despejado y más fresco a comparación de los otros
Mi mirada se dirige a un par de metros de la acera, donde Frank se encuentra mirándome fijamente con los brazos detrás de su espalda