CIARA
Llegué a la cafetería de siempre.Pero con una sola cosa en mente: reclamarle todo a Rain.
Al principio quise ahorrarme esto. Realmente deseaba hacer oídos sordos y simplemente olvidarme de ella.Pero no me sentía bien con ello. Algo me gritaba que debía saber sus razones.No tenía nada de sentido por todo lo que me hizo pasar.
Me senté en la última mesa, la más alejada.Ya no me sentía tan cómoda llegando aquí. Siempre que venía, era con problemas. Miré la hora en mi celular y noté que faltaban 10 minutos para la hora que acordé con ella.
Decidí llegar un poco más temprano, con la idea de organizar el discurso de reclamos que le diría. Pero estando aquí, me parecía más sensato dejar que todo saliera sin un orden o regla.
Algo que sí tenía completamente seguro, era que nuestra amistad ya no tenía arreglo. Esto definitivamente jamás podría perdonarle.
Un carraspeo me sacó de mis pensamientos. Levanté mi rostro y la vi sentarse frente a mí. Su mirada estaba fija en sus dedos. Ni siquiera me saludó, solo se sentó sin mediar palabra.
"Me alegra que estés bien", murmuró al cabo de unos segundos. Yo mordí mi labio para no sonreír con sarcasmo.
"Gracias a ti, no", le respondí, negándome a controlar mi tono de voz.
Por fin levantó su rostro, mirándome con fingida interrogación.
"No sé de qué hablas", dijo tratando de regular su voz. Pero ya no servía de nada atrasar lo inevitable.
Me urgía terminar esto cuanto antes. Ver su rostro solo me recordaba los años de engaño. Sus consejos y palabras de aliento. Nuestras noches de chicas, sus relatos sin sentido y las espontáneas salidas que siempre hacíamos. Ya nada de eso se sentía real. No ahora que sabía de lo que fue capaz de hacerme. Y me dolía en el alma, porque yo genuinamente la amaba como una hermana.
Tomé una profunda respiración, intentando contener el ardor de mis ojos. Ni siquiera había hablado y ya quería largarme a llorar.
"Lo sabías", susurré con la voz entrecortada.
Y, a pesar de tratar de evitarlo, ya tenía los ojos nublados en lágrimas. Alcancé a ver con claridad cómo sus hombros bajaban y su rostro se contorsionaba en dolor y angustia.
Sin embargo, no sentí ni una pizca de pena. Ella jamás se tentó ni se puso a pensar en cómo me haría sentir a mí si cubría el engaño de mis padres.
Y al parecer, sin siquiera ponerla en contexto, ya sabía a qué venía mi comentario.
"Y-yo... déjame explicarte".
Su mano intentó tomar la mía, pero retrocedí, reacia a sentir su toque.
"Por favor, por favor. No me alejes así, no hagas esto", suplicó con voz rota.
"¿Que no te haga esto? ¿Qué cosa? ¿Terminar la farsa de amistad que teníamos?".
Hice comillas con mis dedos cuando dije amistad.
Ella negó repetidas veces.
"Escúchame, déjame explicarte el porqué de mi decisión, solo eso te pido".
Su voz entrecortada y el ligero temblor en sus manos me hicieron esquivar la mirada y apretar ligeramente mi bolso. Ya había tomado una decisión. Sin embargo, la escucharía una última vez.
"Bien", susurré sin muchas fuerzas.
Ella abrió ligeramente los ojos y asintió repetidas veces.
"Cuando me enteré del atentado, tuve de los peores días de mi vida. Estaba tan preocupada por ti. Ese mismo día llegué a la ciudad para encontrarte postrada en una camilla, en coma". Sus lágrimas cayeron mientras me miraba con dolor. "Tienes que entenderme, Ciara. Me enojé como nunca, solo pensaba en buscar un culpable de tu situación, y no medité mucho cuando todos en la habitación señalaban a tu entonces prometido como el responsable de todo. Tanta era mi rabia que enseguida estuve de acuerdo en alejarte de él y borrar aquella parte de tu vida. No te niego que hubo ocasiones en que estuve a punto de decírtelo todo, pero a mi mente llegaban escenarios donde me odiabas y me alejabas de ti. Tenía miedo de llegar a donde estamos ahora", finalizó soltando un tembloroso suspiro, seguido de lágrimas que no se molestó en secar.
Con un rápido movimiento me puse de pie recogiendo mi abrigo y bolso.
Ella me vio con tristeza, siguiendo cada uno de mis movimientos.
Me giré dándole la espalda, con claras intenciones de irme. Sin embargo, antes de dar un paso, hablé.
"Me mentiste, me ocultaste parte de mi vida sin detenerte a pensar en las consecuencias. Incluso mantuviste la farsa hasta el final. ¡Estaba comprometida, Rain! ¡Me iba a casar!". Exclamé lo último mientras ocultaba mis propias lágrimas. Quizás el hecho de que ellos me alejaran de Lucien era lo que más me hería.
A mis espaldas solo la oí sollozar. Volteé a verla.
"Por favor, yo solo...". Levanté mi mano para callarla, sintiendo esa misma impotencia de aquel día que supe todo.
"Mis recuerdos, mi vida, mi hogar, mis planes a futuro con él, con Eleonor, con Frank. Ustedes eran mi familia, ellos lo son. Pero no te importó. No solo fuiste parte de algo que me lastimó y me sigue lastimando, también heriste a otras personas. ¿Qué culpa tenía una niña de 12 años como para que decidieras alejarla de la única imagen materna que tenía en su vida?o del dolor que le causarian a Lucien?". a este punto la voz me tembalba y ya no sabria cuanto mas podria seguir esta conversacion