LUCIEN
Me levanto del escritorio, agarrando la carpeta roja entre mis manos. El reloj de pared, indicaba que eran las 10 de la mañana.
Salí de mi despacho dirigiéndome a dos puertas de distancia. No toque, pase derecho hacia la iluminada oficina de Ciara. Ella se encontraba concentrada en unas imágenes que sostenía, se veía hermosa con su cabello recogido.
No aguante mucho y me acerque con la intención de robarle un beso. Pero cuando estaba a centímetros, la veo alzar la mirada con ojos cansados y rojizos. Se veía un poco pálida.
"Amor, hola. Pasa algo?" Deja los papeles a un lado.
Le señaló la carpeta, pero antes de que la tome, paso una mano por su frente.
Esta caliente
"Tienes fiebre corazón" le comento con preocupación.
Anoche se encerró en el baño a llorar, y por mas silenciosa que intento ser, me di cuenta enseguida que faltaba en la cama. No la quise molestar, por que sabía que necesitaba tiempo, Pero el hecho de que su salud se viera dañada por esto, me ponía realmente inquieto.
"En serio? Tal vez por eso me siento algo mareada" comenta tratando de darme una pequeña sonrisa.
Yo suspiro pasando mis brazos por su espalda. Con la intención de cargarla.
"Vamos a la cama, no trabajas más hasta que estés mejor" la levanto con facilidad.
"Bájame, no me siento tan mal" se remueve en mis brazos, pero esta tan débil que no logra moverse muchos centímetros.
"No te sobre esfuerces, estas enferma y no pienso discutir esto" le digo firme.
Salgo del lugar, yendo directo a nuestra habitación.
Justo cuando me acercaba, veo a una de las empleadas de limpieza salir de ahí. Al verme se me acerca algo alarmada, pero con una seña le pido que se retire.
"De verdad no es necesario" murmura adormecida.
La Ignoro, mientras cierro la puerta con mi pie, caminando los pasos que nos separan de la cama. La deposito con suavidad, y luego de quitarle sus zapatos y cubrirla con una frazada. Tomo mi celular marcando al de Frank
A los dos pitidos me contesta.
"Trae al doctor, Ciara tiene fiebre" no saludo, voy directo al grano.
"Que le sucedió? Esta muy mal?" Pregunta escuchándose preocupado también.
"No lo se, solo esta con temperatura y mareo. Trae lo de inmediato" le insisto con impaciencia.
El afirma con un sonido de garganta, y yo cuelgo para acercarme a ella con cautela. Parece que se quedó dormida al instante, le acaricio el cabello con cuidado, mientras intento calmar mis impulsos por llevarla yo mismo al hospital.
Su salud es algo muy delicado para mi. Me aterra todo lo que tenga que ver con ella estando mal.
"Acuéstate conmigo" un suave murmullo salió de sus rosados labios, mientras aun permanecia con los ojos cerrados
Aparto mi mano de su cabeza, y sonrió al escuchar su petición.
"Esta bien, pero prométeme que descansaras"
Ella asiente, y sin esperar más me recuesto a su lado. Pasando mi brazo por sus hombros, logrando que apoye su cabeza en mi pecho y así poderla rodear por completo.
La oigo suspirar, mientras me abraza también.
"Hueles a menta" vuelve a murmurar, y yo sonrió
"Tu hueles a miel y vainilla" le devuelvo el comentario.
Su tenue risita suena por la estancia, mientras la siento pegarse más a mi.
"Detesto sentirme triste por alguien que me lastimo tanto" comenta, cambiando drásticamente de tema
yo me quedo en silencio un momento.
Solo me dedico a acariciarla mientras rebusco en mi cabeza, algo que la haga sentir mejor.
"Es entendible que te sientas así, no tienes culpa de quererla y de haber confiado en ella. Solo tomate tu tiempo para descansar y reponerte de esto" le murmuro "recuerda que siempre estaré aquí" beso su coronilla.
Y la oigo susurrar un gracias antes de quedar en completo silencio.
Se que se ha dormido. La dejo descansar, mientras yo velo por sus sueños y cuido de ella hasta el anochecer.