Blume

CAPITULO CUARENTA

CIARA

No supe en qué momento había llegado a casa, tampoco sentí cundo fui cargada y llevada a mi habitación. Todo lo que sentía era un entumecimiento y una pesadez en mi cuerpo.

No tenía noción del tiempo, pero por la oscuridad de mi ventana presentía que era de noche. Lo que significa que dormí por varias horas.

Permanecí unos minutos inmóvil hasta que sentí a alguien entrar a la habitación.

No tuve que voltear para saber quien era, sabía perfectamente que se trataba de él. Pero no tenía muchas fuerzas para enfrentarlo y tener que contarle todo lo que pasó.

Se situó a mi lado sin decir una palabra, mientras acariciaba mi rostro con delicadeza, cómo si esperara que yo fuera la primera en hablar.

sus dedos dejaron suaves caricias en mi mejilla. Se veía abatido cada vez que me encontraba mal o triste.

así como su cuerpo tenso al pasar sus dedos por la zona donde fui golpeada

Todas sus palabras hirientes se evocaron a mi mente como una pesadilla que no quería repetir.

Otra vez me sentí ahogada con mi propia respiración. Era sofocante lo mal que me sentía, y aunque lo quise evitar mis lagrimas empezaron a descender acompañados de sollozos

Aferrada a su pecho, con un dolor que me mareaba.

Mis jadeos y sollozos cada vez se volvieron más fuertes, haciendo que mi cuerpo temblará. Sus fuertes brazos me rodearon con fuerza, como si tratara de unir mis piezas rotas, y a pesar del dolor, podía sentir la calidez y la seguridad de su abrazo.

No podía parar de pensar en lo que hubiera sido de nuestras vidas si aquellas personas no hubieran entrado a la mansión. Hubiera estado casada con él amor de mi vida... y con un hermoso bebe. Nuestro hijo.

La idea me desgarra más..... pensar en sus manitos, en su rostro, O en su mera vida, me traían sentimientos encontrados que no tenía idea que dolerían tanto. Su existencia nos hubiera traído tantos momentos de alegría.

El saber que me no pude conocerlo o conocerla, me ardía en el pecho.

Luego de unos minutos, logré dejar de sollozar. Aún soltaba lágrimas sin emitir un ruido, Pero al menos podía respirar con más regularidad.

Mis manos aún sujetaban el torso de mi novio. Como si la idea de alejarme de él me dejara a la deriva en un vacío.

Lucien me tomo por los hombros para verme a los ojos

El también se veía afectado. Solo con el hecho de verme así... no me quería imaginar como se sentirá cuando le diga lo del bebé

Agacho la mirada pero en seguida siento sus dedos tomar mi mentón.

Otra vez nos miramos con intensidad.

Su mirada era una suplica silenciosa.

"Que sucedió mi amor? Que fue lo que tu madre te dijo para que estuvieras así..? ¿Como se atrevió a golpearte.?" Pregunta, enfatizando su tono enojado al decir lo último, pero aún con suma preocupación.

Mi estómago se retuerce en asco al escuchar la palabra "madre" salir de su boca

"Ella no es mi madre" digo con mi voz rasposa

El no dice nada y solo asiente entendiendo.

"Que te dijo?" Pregunto en un susurro ansioso

Mis manos retorcieron la cobija que cubría la mitad de mi cuerpo. Y con un entrecortado suspiro tomo sus manos con firmeza

"Te amo, y antes de decirte lo que te diré. Te prohíbo que te culpes por algo" le digo con suavidad. Aún reteniendo mis propias lágrimas.

El traga grueso y con lentitud asiente.

Yo respiro preparándome para lo que diré.

"Ella me dijo muchas cosas. Todo se puso tenso cuando empezó a gritarme que por mi culpa mi abuelo había muerto" Hago una pausa sintiendo mi estómago revolverse, el acaricia mis manos animándome a continuar " pero empeoró... cuando dijo que agradecía que yo halla sido atacada.." susurro lo último, viendo venir como el cuerpo de Lucien se pone rígido y su expresión neutra, cambia a una llena de ira.. pero antes de que el abra la boca para decir algo, yo cierro los ojos y murmuro con claridad lo que tanto temía decirle "que gracias a ello tuve un aborto y perdí a mi bebe"

La oración quedó tendida en un tétrico silencio.... mi corazón parecía querer salirse de mi pecho

Con dificultad abrí los ojos lentamente. Encontrándome con una pasmada expresión.

Lucien se había quedado congelado.. sin embargo, bastaron unos segundos para que se pusiera de pie llevando sus manos hacia su cabeza. Casi que con desesperación.

Yo me pongo de pie, Abrazándolo por la espalda. Pegando mi mejilla en el.

El se queda quieto. Casi temo que tenga alguna reacción precipitada que lo ponga en riesgo.... pero todo queda atrás cuando siento un leve temblor que aumenta de intensidad

Su cuerpo tiembla y su pecho sube y baja con agresividad. Intento rodearlo pero sus manos detienen las mías donde están.

El silencio del lugar se reemplaza esta vez por su llanto...

todo en mi quema.




Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.