CIARA
DOS AÑOS DESPUÉS
El frío de Londres nos recibe, luego de dos meses en las islas caribeñas.
Aunque extrañaría el clima cálido, no hay nada como volver a mi hogar, sobre todo luego de un vuelo tan tedioso e insoportable.
Mi ahora esposo, me toma de la mano para ayudarme a bajar los escalones del jet, lleva un abrigo enorme y esas gafas de sol que lo hacían ver demasiado atractivo.
Ni siquiera los dos meses que estuvimos solos me bastaron para contemplar su perfecto rostro, jamás me aburriría de verlo.
"Cuando lleguemos, llamaré al doctor para que te revise mi amor" su tono preocupado me hace sonreír, mientras entro al auto que nos espera en la mitad de la pista de aterrizaje
"Eso no es necesario amor, seguro fueron esos mariscos que comí en el hotel, debe ser una leve intoxicación" le acarició su mejilla tratando de trasmitirle calma.
La verdad es que llevaba todo el vuelo vomitando y con un mareo insoportable. Hubo un punto donde estaba dispuesta a que aterrizáramos en un país cercano sólo para comprar algo de medicina y descansar, pero era más mi urgencia de llegar a casa. Así que como pude aguante las 14 horas de vuelo.
Estoy segura que debo estar tremendamente pálida y con el semblante cansado. Pero no hay nada que una ducha y un plato de la increíble sopa de Lili, no pudieran solucionar
"¿Segura? No has comido nada desde ayer y no quiero que te empeores" sus manos atrapan las mías dándome un suave apretón, intentando convencerme
Pero con todo el cansancio y malestar que traigo encima, lo único que deseo ahora es dormir mil años.
"Estoy segura, ya no te preocupes, solo quiero llegar cuanto antes a nuestra casa. Deseo tanto dormir tres días seguidos" Abulto mis labios y una tenue risa brota de sus labios, relajándome de inmediato.
"Muy bien, nos tomaremos este fin de semana para descansar de nuestras vacaciones" bromea y ahora soy yo la que río ante la ironía de necesitar un descanso.
30 minutos después nos encontramos frente a nuestra gran propiedad, todo está tal cual lo dejamos hace dos meses.
Me bajo con rapidez del auto y sin esperar a Lucien entro del todo a nuestro hogar, sintiendo el aroma a lavanda.
Dejó mi bolsa de mano en el perchero de la entrada y con afán subo a mi habitación. Pero Justo cuando estoy por quitarme el abrigo, siento como mi estomago se revuelve una vez más, y en automático corro al baño para arrodillarme frente al retrete.
Haciendo arcadas que me lastiman la garganta y me sacan lagrimas gruesas. No logro expulsar nada más que el jugo gástrico.
Permanezco en esa posición unos 5 minutos hasta que tomó fuerzas para levantarme y entrar a la ducha.
Evitó ponerme nerviosa por tantos síntomas seguidos y me concentro en tallar mi cuerpo y tararear una canción.
DOS DÍAS DESPUÉS
Eleonor me mira expectante cuando entro al auto con la bolsa de cartón en mis manos, apretándola por los nervios
"Cuantas compraste?" Pregunta con ansia, y yo saco las tres cajas de pruebas de embarazo con una mirada asustada
"Quise ser prevenida" murmuro guardándolas de nuevo "por favor llama a Mario y pregúntale si tu hermano ya llegó a la casa, no quiero sentir más presión de la que tengo ahora mismo" le pido con súplica
Elle asiente y veo cómo lleva su celular a su oreja marcando el número de Mario, varios segundos después terminan su breve charla y la veo sonreír aliviada
"Todo despejado, tenemos que ir ya mismo si no queremos que llegue antes" enciende el auto y lo pone en marcha mientras yo volteo a ver la ventana con desasosiego.
Tenía tanto miedo, tantas expectativas y al mismo tiempo mucha emoción.
No sabía que esperar de esto, hace dos días había vuelto y no paraba de tener esos vómitos y los mareos.
La idea de una intoxicación pasó a ser una opción imposible cuando note que llevaba una semana de retraso. Todavía no podía creer que se me pasara la fecha de mi periodo.
Pero por la luna de miel y todos los lugares a los que fuimos se me pasó por completo pensar en eso.
No sabía si era muy pronto o si ambos estábamos preparados para algo así.
...........
Salgo del baño con miedo, y le entrego las pruebas ya realizadas a Eleonor.
Ella las extiende al revés, encima de la cómoda de mi habitación y con nervios nos quedamos sentadas en la cama frente al cronómetro que marcaba los 5 minutos que debíamos esperar.
Fueron los minutos más eternos de mi vida, me mordí las uñas mientras veía los segundos pasar y por primera vez ambas estuvimos en completo silencio, como si el ambiente nos hiciera imposible decir algo.
mi mirada se dirige a mi anillo de matrimonio, una alianza plateada que estaba junto con mi anilo de compromiso, ese zafiro azul que nunca dejo mi dedo desde que Lucien me lo regreso. Habia cumplido mi promesa.
Cuando cumplimos un año y 8 meses de relacion le propuse matrimonio, fue intimo y perfecto justo como siempre me lo imagine. estabamos sentados en un mantel, frente al atardecer mas hermoso que nos pudo ofrecer las playas de monte carlo, y luego de leerle una carta que habia escrito con el corazon en la mano, le pedi que se casara conmigo.